El juez Baltasar Garzón cayó victima de su propio afán de reavivar la memoria de los españoles y poner al descubierto los crímenes de lesa humanidad de la época franquista. Un traspié en un procedimiento bajo su control le determinó que fuera penado con inhabilitación de ejercer por 11 años la magistratura.
Esta decisión causó mucho pesar en amplios sectores de todo el mundo, sobre todo de aquellos círculos preocupados por la defensa de los derechos humanos. También en el marco del judaísmo se escuchan voces que enaltecen su accionar y expresan su aflicción y dolor ante una decisión arbitraria.
Los hay quienes llegan a mitificarlo. «En 1492 el inquisidor genocida Torquemada exigió la expulsión de los judíos de España porque el Vaticano así lo decidió previamente. Si hubiese existido un juez como Garzón, los judíos no habrían sido expulsados» («Si hubiese existido un juez como Garzón, los judíos no habrían sido expulsados»; Benjamín Laureano; Enlace Judío; 10.2.12).
La Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (DAIA) se vio en la necesidad de emitir un comunicado especial de prensa donde expresa su consternación por el fallo judicial contra Garzón. En su comunicado, la DAIA no ahorra palabras y exalta la amplia labor del juez en todo el mundo. «A lo largo de su carrera, el juez Garzón ha demostrado compromiso y coraje para impedir que violaciones a los derechos humanos, cometidas en distintas partes del mundo, quedaran impunes. En este sentido, es importante recordar que con su decisión de pedir la extradición de miembros de la última dictadura de nuestro país, acusados por delitos de lesa humanidad, abrió las puertas para que se anularan las leyes que amnistiaban a los criminales. Esto permitió que fueran tribunales y jueces argentinos quienes juzgaran a los responsables. También es importante destacar su valiente lucha y su condena contra el terrorismo internacional. Recordamos aún, con orgullo, el apoyo brindado a los familiares de las víctimas del atentado a la AMIA-DAIA y su pedido para que Irán no continúe contribuyendo con la impunidad, negándose a responder a los requerimientos de la justicia argentina, que solicitó en forma reiterada la presentación de un grupo de ciudadanos iraníes sospechados de participar en el atentado perpetrado en 1994» (Sitio oficial de la DAIA; 22.2.12(.
Llama la atención que a tan destacadas instituciones o a serios analistas vinculados con Israel, que tanto se preocupan por la temática del terrorismo y la defensa de los derechos humanos, se les haya pasado por alto, en sus elogios al juez Garzón, otras de sus actitudes o expresiones, también en defensa de los derechos humanos, que son bastantes molestas al oído de los acérrimos e incondicionales paladines de Israel.
En la ciudad de México, en ocasión de un foro internacional de juristas, el juez Baltasar Garzón declaró: «La lucha contra el terrorismo debe tener límites para evitar la ilegalidad. No se trata con el mismo rasero a los atentados en Estados Unidos, a las ejecuciones selectivas de Israel de objetivos palestinos o a los desalojos de miles de personas de Gaza». Garzón denunció los espacios de ilegalidad en la lucha contra el terrorismo, que son alimentados por la presión fundamental de Estados Unidos, Rusia y otras potencias. (Emol Chile; 30.10.03).
En una declaración en España, pocos meses atrás, el juez Garzón denunció la doble moral de estados sobre justicia. «Garzón citó, como ejemplos en España, los intentos frustrados de juzgar a responsables de Israel por crímenes contra palestinos, o de investigar torturas en la base estadounidense de Guantánamo, y destacó que en la actualidad se aplica la interpretación más restrictiva por la que se investigan casos cuando hay víctimas españolas» («El juez Garzón denuncia doble moral de estados sobre justicia»; Diario El Día; España; 3.6.11).
No hay duda que sería necesario una urgente visita en el consultorio de un reconocido neurólogo que pueda dar un buen tratamiento a estos preocupantes síntomas de memoria judía selectiva.