«Habrá paz el día en que los árabes amen más a sus hijos de lo que odian a los nuestros» (Golda Meír)

En el medio año transcurrido desde que escribí mi artículo «Porqué Golda Meír tenía razón» (1) (Hurryet Daily News, 23.8.12) la cantidad de muertos en Siria aumentó de 2000 a más de 7000 - unas cinco veces las víctimas palestinas en la operación israelí «Plomo fundido» a fines de 2008 y comienzos de 2009.

Estas inquietantes cifras nos hacen recordar necesariamente los famosos dichos del primer ministro Recep Tayyip Erdogan:

1) Los musulmanes no matan.  
2) Los judíos saben como matar.

Sudàn no se encuentra en Oriente Medio propiamente dicho, por lo tanto ignoremos el genocidio que tuvo lugar allí. Ignoremos también las masacres de pakistaníes occidentales en Pakistán Oriental (Bangladesh) que totalizó 1.250.000 muertos en 1971. O las 200.000 víctimas en Argelia en la guerra entre los islamistas y el gobierno entre 1991 y 2006.

Una investigación limitada a lo que se considera estrictamente Oriente Medio nos dará un millón de muertos en la guerra inter-musulmana entre Irán e Irak; 300.000 integrantes de minorías musulmanas aniquilados por Saddam Hussein; 25.000 muertos en la lucha del gobierno jordano contra los palestinos en el Setiembre Negro; y 20.000 islamistas asesinados por Hafez Assad en Hama. Las estimaciones de la Organización Mundial de la Salud señalan que las matanzas perpetradas por los partidarios de Osama Ben Laden en los últimos años en Irak dejaron unos 150.000 muertos.

Un estudio realizado en 2007 por Gunnar Heinsohn, de la Universidad de Bremen, y por Daniel Pipes, director del Foro de Oriente Medio, llegó a la conclusión de que unos 11 millones de musulmanes fueron muertos de manera violenta desde 1948, de los cuales 35.000 murieron durante las guerras árabes contra Israel, o sea una víctima cada 315 bajas. En cambio, más del 90%  perecieron por la acción violenta de otros musulmanes.

Más recientemente, en una dura crítica al apoyo sectario de Irán al régimen sirio, el vice primer ministro Bulent Arinc dijo el pasado 5 de febrero: «Yo me dirijo a la república islámica de Irán: Yo no sé si ustedes merecen ser llamados islamistas. ¿Dijeron alguna palabra sobre lo que está sucediendo en Siria?

El Sr. Arinc tenía razón. Sin embargo, alguien podía haberle preguntado: «Yo me dirijo a los líderes de Turquía que son buenos musulmanes: ¿Alzaron ustedes su voz contra las matanzas en Sudán? ¿O por lo que sucedió en Bahrein? ¿De qué religión son los culpables de los incesantes asesinatos en Oriente Medio y el Norte de África (incluyendo a Siria)? ¿Porqué los musulmanes matan masivamente a otros musulmanes y le dicen al mundo entero: los musulmanes no matan? ¿Cuál es la verdadera población musulmana en el mundo si todas esas matanzas fueron perpetradas por no-musulmanes?

¿Porqué miles de turcos hicieron una manifestación para protestar contra la masacre de 1992 mientras exaltaban al asesino del periodista turco de origen armenio Hrant Dink? ¿Porqué gritaron slogans contra los armenios?  ¿Acaso esos turcos que hubieran estado dispuestos a matar armenios eran budistas?

A juicio del Sr. Erdogan, el discurso de odio en esa manifestación no fue más que un incidente aislado. En otras palabras, ninguna de las manifestaciones de odio debían ser investigadas por la ley. ¿Pensaría el Sr. Erdogan lo mismo si el discurso de odio se hubiera dirigido contra turcos musulmanes? ¿Acaso no somos todos iguales ante la ley?

El Sr. Erdogan apoyó a los sirios oprimidos por el régimen de Bashar al-Assad. Quizás él debería oír a una de las víctimas, a un cantante que tiene una sola pierna y está siendo sometido a tratamiento médico en territorio turco. El semanario «Time» cita a este hombre, uno de los 300 que escapó a Turquía en la última ola de refugiados: «Preferimos Israel a Bashar. Los israelíes no hicieron a los palestinos lo que Bashar hizo a Siria».

En realidad, ¿quién realmente sabe matar?

Fuente: Diario «Hurryet Daily News» de Turquía
Traducción: Egon Friedler