Cannot get Tel Aviv location id in module mod_sp_weather. Please also make sure that you have inserted city name.

Del miedo al miedo

Hace ya algunas semanas que se dispuso una batería de defensa antimisiles «Cúpula de Hierro» en el área metropolitana de Tel Aviv. A los preocupados residentes locales se les comunicó que el ejército sólo buscaba un lugar adecuado en caso de necesidad; en otras palabras, en caso de que hubiera una amenaza de ataque con misiles contra Tel Aviv.

Al mismo tiempo, se produjo una filtración desde el gabinete, referente al probable número de víctimas en Tel Aviv que una acción en represalia habría de cobrarse tras un ataque contra Irán.

De modo que no resulta para nada extraño el hecho de que no pocos residentes fueran presa del pánico al activarse accidentalmente una sirena en una parte de la ciudad. El ministerio de Defensa se apresuró a pedir disculpas; sin embargo, el corazón de cualquiera que haya oído la alarma probablemente experimentara un gran sobresalto. Si de veras ocurre, será una situación realmente difícil.

El Canal 10 israelí reveló, también hace algunas semanas, que, durante los debates del gabinete, un representante de Tzáhal había estimado que un ataque con misiles en el frente interno provocaría «solamente» unos 300 muertos. La primera guerra del Líbano - cuando los libaneses arrojaban arroz a nuestros soldados - terminó después de 18 años y 1.216 muertos, contrariamente a las previsiones iniciales que hablaban de 48 horas. Cuando un país entero sufre por un soldado secuestrado, y ha experimentado una huida masiva de Tel Aviv durante los días de los misiles Scud iraquíes en 1991, no es de extrañar que la gran metrópolis se convierta en un talón de Aquiles y un objetivo deseable del lado islámico.

Tales previsiones ciertamente vuelven loco al ministro de Defensa, Ehud Barak. Está furioso a causa de lo que él llama alarmismo y una campaña de miedo. «La guerra no es una situación agradable», declaró recientemente. «En ningún escenario hay 50.000, 5.000 o 500 muertes». Bien, ahora se ha reducido el número a 300. Supongamos que sea correcto: ¿Es usted consciente de los efectos que un solo funeral por día, los hospitales llenos de heridos, y las casas destruidas, pueden provocar sobre la moral nacional? Entonces, ¿de qué se trata todo este juego de números? ¿Estamos en un «bazar persa», o en un mercado, apostando por el valor de las vidas humanas en la bolsa de valores?

David Ben Gurión se desempeñó como ministro de Defensa durante casi 13 años; nunca habló de número de muertos, ni en público ni indirectamente. En su día, cuando la memoria del Holocausto era reciente, se mostraba particularmente sensible frente a la importancia simbólica de un ataque sobre Tel Aviv; durante la Campaña del Sinaí en 1956, contó con dos escuadras francesas para protegerla.

Cuando un país se embarca en una guerra, su gobierno debe tener en cuenta su costo en términos de vidas humanas y propiedad, y cómo ello habrá de afectar a la moral. No hay probabilidad de milagros tratándose de una ciudad densamente poblada como Tel Aviv, como sí la hay en los amplios espacios abiertos del sur. Tanto el volumen como la precisión de los misiles apuntados hacia allí constituyen una materia insoslayable de cualquier campaña de guerra que se inicie.

El debate público, las conjeturas y las evaluaciones son un escándalo. Nada inteligentes, inexactas y, por sobre todo, un error psicológico. En el análisis final, ¿qué tipo de madre judía hay que concluir de esa orgía de alarmismo en que se deleitan nuestros líderes? ¿Que aquel objetivo por el cual Israel fue establecido - construir un refugio seguro y fuerte para el pueblo judío - no se ha logrado? ¿Y qué podemos concluir de las declaraciones y preparativos ocultos del primer ministro Binyamín Netanyahu y Ehud Barak? ¿Que la vida en Israel pende de un hilo, y que lo principal es asegurarse de que hayan suficientes refugios antiaéreos y máscaras de gas?

Y en verdad, ¿qué es lo que deben hacer aquellos padres responsables o preocupados? ¿Llevar de contrabando a sus hijos al extranjero? Cuando los líderes de la nación se ocupan de prender la cuestión de nuestra seguridad en las barbas del presidente iraní Mahmud Ahmadinejad y del líder espiritual Ayatolá Alí Jamenei, ¿qué es lo que quieren transmitir? ¿Que carecemos de toda seguridad en el Estado judío?

No puede sorprender el que sean muchas las personas que solicitan actualmente pasaportes de sus países de origen. Aquella figura del judío errante está renaciendo precisamente en el país que le ha prometido a él y a sus hijos un futuroy, sobre todo, seguridad.

A menudo me encuentro con jóvenes que han servido en Tzáhal, y que intentan ahora decidir si deben continuar viviendo en Israel. No tanto por la preocupación de ganarse el sustento o por el precio del queso cottage, sino por el temor corrosivo de que, guerra tras guerra, el país no pueda sobrevivir. Lleno de presunción, Netanyahu se encargó de mostrarnos la semana pasada, con la ayuda de un ordenador, lo bueno y exitoso que es en la conducción del país. Incluso aprobó el desalojo de una casa en Hebrón ocupada ilegalmente por judíos. ¡Imagínese!

Hace mucho tiempo que no veía a un primer ministro tan engreído como Bibi Netanyahu. Eso no se corresponde con lo que está ocurriendo realmente. Un observador político bien versado en los secretos del gobierno quiere expresarle a Netanyahu, a través de este escritor, un mensaje en términos no muy parlamentarios: «En lugar de amenazar a Irán, deja de orinarte en los pantalones por temor a los colonos, que son infractores de la ley, y que además están destruyendo el sueño de establecer un Estado judío».

Sí, las guerras causan pérdidas. Uno no se ve arrastrado hacia ellas sin premeditación. La verdadera victoria yace en la capacidad de una dirigencia inteligente para darnos un Estado dentro de fronteras seguras, donde sea agradable vivir.

Fuente: Haaretz - 28.4.12
Traducción: www.israelenlinea.com