«Si la realidad no coincide con mis palabras, peor para la realidad» (John Locke; 1632 - 1704).
Con la primavera en el almanaque europeo, el judaísmo del mundo se unifica para conmemorar la más horrenda tragedia de su pasado reciente: el Holocausto. Junto con los múltiples actos rememorativos en Israel, es ya una larga tradición que se publica el informe anual del Centro de Estudios del Antisemitismo y Racismo Contemporáneo de la Universidad de Tel Aviv, que básicamente analiza cuantitativa y cualitativamente los actos de contenido antisemita en los países del mundo.
En estos días se presentó el reporte correspondiente al año 2011 y fue difundido por diferentes medios de comunicación. «Agencia Judía de Noticias» e «Itón Gadol publicaron el 18.4.12 la misma nota sobre el tema bajo el titulo: «Aumento en la cantidad y la brutalidad de los crímenes de odio contra judíos».
Con referencia a los principales datos reportados por el Centro de la Universidad de Tel Aviv, estos dos medios afirman: «El informe señala un aumento en los casos de hostigamiento y violencia contra los judíos en todo el mundo». Sólo «Reino Unido, Francia y Canadá han registraron una caída general en los crímenes de odio, …Bélgica, Australia y Ucrania han demostrado un número similar de casos que durante 2010 y Bielorrusia y Lituania registraron un aumento de actos antisemitas. Los datos indicaron además un aumento de la violencia física contra judíos y las instituciones».
Quien se sienta seguro de la veracidad de los contenidos de estos importantes medios de información de la colectividad judía hispanoparlante, muy probablemente hoy estará convencido que el judaísmo sufre un recrudecimiento de amenazadoras avalanchas antisemitas en todo el mundo. En realidad, resulta de muy difícil comprensión la enigmática confianza de esta colectividad en los informes de «nuestros medios», tal vez los más leídos, sin el mínimo examen de autenticidad.
A decir verdad, el componente más importante del informe original del Centro de Estudios del Antisemitismo y Racismo Contemporáneo de la Universidad de Tel Aviv para 2011 fue severamente manipulado y distorsionado por los dos medios anteriormente citados.
«Los incidentes de antisemitismo violento en todo el mundo durante 2011 disminuyeron en un 27% en comparación con 2010», señala claramente el informe.
Posteriormente resume: «Continuaron periódicamente e incluso se intensificaron algunas de las principales expresiones del antisemitismo de nuestro tiempo; en especial acoso e instigación, que incluyen amenazas verbales, ofensas, comportamiento injurioso, como así también difusión de mensajes con contenido antisemita, como parte de una incitación antisionista y antiisraelí. Por el contrario, se redujo el número de incidentes violentos que incluyen ataques con y sin arma, vandalismo y amenazas directas» («Antisemitism Worldwide 2011», Kantor Center for the Study of Contemporary Antisemitism and Racism; Tel Aviv; Abril 2012).
Llama la atención que a medios de información tan serios que acostumbran a citar titulares de los principales periódicos, radios o canales televisivos de Israel, en esta oportunidad se les pase por alto los encabezamientos de dos de las más importantes fuentes de información israelíes. «Antisemitismo 2011: menos ataques, mayor brutalidad», tituló Yediot Aharonot, el diario de mayor circulación en Israel en su versión de Internet. Para el portal Walla, el más visitado en Israel, el tema fue presentado bajo el título: «Informe de Antisemitismo: menos incidentes, pero más violentos». Ambos fueron publicados el 18.4.12.
Más aun: los dos medios en español, en su reporte, no prestaron atención que el decrecimiento del 27% de 2011 en el número de incidentes antisemitas en el mundo se une al del año anterior con una reducción del 46% respecto de 2009 - la cima en paralelo con la operación militar «Plomo Fundido» en Gaza - y juntos nos señalan una clara tendencia a la baja acercándose al promedio del periodo de los últimos 22 años que comienza en 1989 (Gráfico en el Informe del Centro Kantor).
Esta información no es motivo de tranquilidad. Al contrario, no hay razón para bajar los brazos en la lucha en contra del condenable fenómeno del antisemitismo. En este esfuerzo se deben invertir el máximo de energías y movilizar todos los medios posibles. Eso no implica que se tenga que llegar al punto de atemorizar y victimizar a la colectividad judía sin una razón genuina.
Con este modo de accionar, los medios de difusión de la colectividad hispanoparlante antes mencionados, trasmiten la impresión de que operan como voceros de la dirección comunitaria y se esfuerzan en crear una imagen amenazadora y conflictiva como elemento aglutinante en vez de comportarse como medio periodístico que informa la realidad tal como se vislumbra según normas profesionales muy claras.
Ojalá me equivoque…