Cannot get Tel Aviv location id in module mod_sp_weather. Please also make sure that you have inserted city name.

Como un reloj de arena

Los relojes de arena no hacen «tic-tac». No emiten ningún sonido, a menos que uno los acerca al oído, tratando de captar el leve roce de los granos de arena que caen lentamente. El reloj de arena carece de todo mecanismo; funciona solamente en virtud de la gravedad. La naturaleza actúa por sí misma.

Los de arena no producen aquel característico tic-tac que estamos habituados a oír en un reloj, y por ende, no molestan a quienes prefieren dejar que el tiempo haga por sí solo su trabajo. Sin embargo, presentan un inconveniente: En algún momento, la arena se agota. De repente todo se detiene y el reloj debe ser puesto al revés para que siga funcionando.

Cada día y cada hora, el silencioso reloj de arena va marcando el progresivo acercamiento de judíos y palestinos a una realidad de un solo Estado para dos pueblos. En ocasiones, suele denominárselo Estado binacional, o Gran Tierra de Israel, o Gran Palestina. Por lo general, no se le da ningún nombre. Es simplemente un poco más de lo que tenemos ahora mismo. No queda mucho tiempo; el reloj de arena ya está casi vacío.

Dos procesos están sucediendo de forma simultánea: El crecimiento natural de la población palestina, y el crecimiento natural y político de la población de los asentamientos judíos en Cisjordania. De hecho, el crecimiento natural palestino se desaceleró en la última década, debido a la elevación del nivel de vida, lo cual no cambia el panorama general.

Unos 2,2 millones de palestinos viven en Cisjordania, y otro 1,6 millones en el pequeño territorio de Israel. Esto hace un total de 3,8 millones de palestinos, vis a vis los 6,2 millones de judíos y los llamados «otros»; es decir, judíos de acuerdo a la Ley de Retorno, pero no conforme a la ley religiosa judía.

Se trata de una sólida mayoría del 60%, siempre y cuando dejamos de lado la Franja de Gaza, que fue separada de Israel. De acuerdo con estimaciones razonables, Gaza es el hogar de alrededor de 1,7 millones de palestinos.

Si esos cálculos son correctos, los judíos mantienen una mayoría en el territorio de Israel, Cisjordania y Gaza: Tenemos 6,2 millones, en comparación con los 5,2 millones del otro lado. No hay nada de qué preocuparse.

Bueno, en realidad sí hay. El «Gran Israel», menos Gaza, constituye actualmente una zona geográfica con un 62% de judíos y un 38% de palestinos. En la práctica, no llega a ser un Estado judío. Es un Estado binacional, donde la mayoría no puede hacer lo que quiera. Hatikvá, por ejemplo, no podría ser su himno.

Después de perder completamente la esperanza de establecer un estado propio, el 38% de los palestinos exigirá el efectivo cumplimiento de sus derechos civiles al votar por un parlamento común, y así sucesivamente.

Sin embargo, el «Estado de Palestina» en Cisjordania será también un Estado binacional. Hoy en día, unos 340.000 judíos viven allí. Otros 60.000 jóvenes judíos residen en seminarios rabínicos de la zona, incluso en asentamientos ilegales. Otros 300.000 judíos viven en los barrios anexos de Jerusalén, al este y al norte de la ciudad. En total, son unos 700.000 judíos los que residen en las fronteras de Cisjordania anteriores a 1967, constituyendo aproximadamente un tercio de la población en el lugar.

Si se estableciera un Estado palestino en todo el territorio de Cisjordania, en principio sería binacional.

Lo único que separa la idea de dos Estados para dos pueblos de una realidad con un solo Estado para dos pueblos que lo comparten (a falta de otra alternativa), es el Acuerdo de Oslo de 1993; o más exactamente, los últimos vestigios de aquel acuerdo. Pero se están disipando rápidamente. ¿Se puede salvar Oslo todavía?

Probablemente sí, pero las posibilidades son pocas. Un mapa geográfico de compromiso que satisfaga la aspiración del pueblo judío y la del pueblo palestino por igual, tendrá que ser necesariamente complejo, con los dedos de un pueblo clavados en la carne del otro. En cuanto a la evacuación y el reasentamiento de cientos de miles de personas, puede afirmarse que tal cosa no ocurrirá.

Por lo tanto, a medida que alcanza su apogeo, el Estado judío va dando paso a un Estado judío-palestino. No obstante, nosotros, la mayoría preocupada y satisfecha, no escuchamos el tic-tac del reloj del destino: Es un reloj de arena.

Fuente: Yediot Aharonot - 6.5.12

Traducción: www.israelenlínea.com

Notas relacionadas:

Abbás: « Negociación con Israel sólo en base a dos Estados»

Abu Alá: «Palestinos dudan de dos Estados»

Dos Estados, tres padrinos