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¡Se acabó la fiesta! ¡Ahora el impuestazo!

Binyamín Netanyahu y Shaul MofazTras diez días de festejos y algarabías cayó el telón al primer acto de la comedia de constitución de la nueva gran coalición nacional detrás del liderazgo de Netanyhau. Es hora levantar el telón del segundo acto. Los bufones con sus ingeniosas predicciones abandonan el escenario para dar lugar a los lúgubres relatores de la tempestad en el horizonte. Se acabo la fiesta y comienza la tragedia.

Los principales medios de información escritos de Israel anunciaron que el ministerio de Finanzas tiene programado el incremento del IVA en el 1% de forma inmediata. (Ynet, The Marker, Globes, 21.5.12). Este globo experimental que se lanzó al aire no es más que el preámbulo de un gran manotazo al bolsillo de los ciudadanos de Israel.

«Stanley Fischer, el Gobernador del Banco de Israel junto a sus altos asesores expresaron su serio temor por el excesivo déficit fiscal que se nos avecina como resultado de la reducción de ingresos por impuestos y un gran crecimiento en los gastos gubernamentales. El déficit previsto podría superar los 24 mil millones de shekels (unos 6,4 mil millones de dólares) del marco original previsto. El Gobernador Fischer acentuó repetidamente durante este último tiempo que incrementos en el presupuesto de seguridad exigirán una suba de impuestos, y no solamente transferencias de partidas entre oficina y oficina» («El Banco de Israel apoya la reducción del déficit fiscal por medio de la suba de impuestos»; Maariv; 10.4.12).

Para comprender el formidable significado de estos anuncios - suba de impuestos o reducción de servicios públicos a los ciudadanos por un importe anual de 24 mil millones de shekels - vale la pena mencionar que, teniendo en cuenta dos millones de familias en la población de Israel, cada una de ellas, en promedio, verá reducido su nivel de vida a partir de los próximos meses en un importe mensual, promedio, de 1,000 shekels (unos 270 dólares) por mes.

No sólo eso. Dado que para el gobierno lo más sencillo y práctico es subir el IVA (el anuncio así lo confirma), queda claro que el objetivo primordial es meter la mano más profundamente en el bolsillo de las clases con menores ingresos medios e indirectamente beneficiar a los potentados («Suba del IVA: impuesto a los pobres en vez de a los ricos»; The Marker; 21.5.12).

Toda la pomposidad alrededor de la formación de una amplia coalición nacional de gobierno no fue más que un buen cebo para hacer caer en la trampa a un pueblo apático que tiene la virtud de continuar creyendo las gastadas promesas de Netanyhau. Llama la atención la credulidad y la indolencia con que repetidamente el pueblo es capaz de tragarse los cuentos de Bibi. Su historia no es reciente. Amplias capas de la población ya sintieron sus zarpazos económicos como ministro de Finanzas durante el gobierno de Ariel Sharón desde 2003 a 2005.

La experiencia práctica demuestra que el aspecto central de la política de Netanyhau está dirigido a dos sectores principales:

1- Fortalecer la capa de magnates dueños de los mayores emporios económicos del país. Las masivas reducciones impositivas y otro tipo de beneficios que en años anteriores se otorgaron a grandes companies, fue el motor que produjo el ya conocido gran retroceso en la distribución del ingreso a favor estos grandes magnates. Las medidas previstas para los próximos días vuelven a fortalecer esta tendencia.

2- Mantener y desarrollar la conquista territorial judía en Cisjordania. Al respecto, y no por casualidad, la coalición del Likud y su nuevo socio Kadima, decidieron en el Parlamento que todos nosotros debemos financiar gran parte de las donaciones de los adinerados extremistas para fomentar el saqueo de tierras palestinas en Cisjordania. «La coalición de Kadima y Likud obliga a todos a donar dinero a la colonización judía en Cisjordania. El pleno del Parlamento israelí aprobó la ley que modifica las normas de impuesto a la renta según la cual quien done a los asentamientos judíos en Cisjordania recibirá una bonificación en el pago de impuestos« («Una nueva ley: ¿Donaste a los asentamientoss judíos? Recibe descuentos fiscales»; Ynet; 21.5.12).

Vale la pena tomar en cuenta: Los discursos del milagro económico y el festival de la nueva gran coalición gubernamental no fueron más que la vaselina para que Netanyhau nos deslice el impuestazo.