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El festín de los magnates continúa

El denominado milagro económico israelí es un paradigma digno de admiración. La clarísima contradicción entre la idolatría y culto del que goza y los nefastos resultados directos para la gran mayoría de los ciudadanos de Israel, tendría que ser un serio fundamento para adjudicar al pueblo judío un nuevo Premio Nobel: a la inocencia e indolencia.

Un año atrás describí la paradoja de este milagro en base a los resultados de la distribución del magnífico crecimiento económico del año 2010 en Israel (un 4,5% anual): «La economía israelí incrementó la creación de riqueza anual en 9,450 millones de dólares, pero los millonarios se apropiaron de un ingreso anual de más de 12,000 millones de dólares (basado en informe de la Evaluadora Merril Lynch). De aquí que el resto de la población, en promedio, no sólo que no incrementó su ingreso en la media teórica de 1,227 dólares anuales,  sino que fue saqueada por los millonarios y redujo sus entradas con respecto al año anterior en un importe anual promedio por persona de más de 330 dólares» (Ver: «Positivo más positivo en Israel puede llegar a ser negativo»; 24.6.12).

Un último informe del Banco Central de Israel no sólo que reconfirma este fenómeno, sino que demuestra que no se trata de un traspié de un año, sino que se está proyectando una clara tendencia de los últimos cuatro años y tal vez desde antes.

«En general, la remuneración real de los asalariados en Israel permanece desde principios de 2010 en un nivel fijo y más bajo de aquel que se registró antes de la última crisis económica (2008). En la práctica, el Banco Central de Israel descubre la verdadera cara del mercado israelí del trabajo. Pese a que el desempleo continúa controlado a niveles bajos en comparación con Europa y EE.UU, el poder de compra, y por lo tanto el nivel de vida, del trabajador israelí bajó y permanece fijo» (Informe del Banco de Central de Israel; «Globes»; 17.6.12).

Si entrelazamos esta información con el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) per cápita de Israel, la paradoja salta a la vista. En cuatro años la creación de riqueza media real por persona creció un 7,4% en tanto que la remuneración promedio real por asalariado se redujo en un 2,8%. Esto tiene un sólo significado: ante la permanencia de la ocupación y desocupación a niveles estables, la retribución de la viveza, el capital, la cercanía a los grifos presupuestarios oficiales y el codeo con los encargados de la regulación nacional se apoderaron, en promedio, de todo el incremento nacional en la creación de riqueza y, además y de forma grosera, saquearon a los asalariados de parte de lo que fueron sus niveles históricos de salarios.

De esta manera se confirma que el despojo de 2010 no fue un episodio esporádico sino que los magnates continúan durante años con su festín.

Israel: Índices cambios de salarios en comparación a crecimiento de PIB

 

Año

Índice de Salario Individual (Precios fijos)

Índice de Producto Bruto Interno Per Cápita (Precios Fijos)

2008

100,0

100,0

2009

98,1

99,1

2010

94,3

102,0

2011

96,2

104,9

2012

97,2

107,4


Fuente:

Índice de Salario Individual: Banco Central de Israel; «Globes»; 17.6.12.
Índice de PBI per cápita: Oficina Central de Estadísticas; Israel.
Año 2012: en base al primer trimestre del año.

Hasta fines de 2012 es probable que este pillaje sea mucho más feroz. En el día de hoy se informó que el ministerio de Finanzas acordó una enorme rebaja de impuestos sobre ganancias de unos pocos grandes emporios económicos que operan en Israel y en el exterior. Éstos acumularon ganancias no distribuidas por un importe astronómico de 27 mil millones de dólares. Según la ley de incentivación de inversiones, estas ganancias están exentas o gozan de una imposición mínima si son reinvertidas en el país.

Las empresas internacionales están interesadas en invertir esos importes en el exterior, y por lo tanto, según la ley vigente tendrían que pagar enormes sumas como impuestos. Pero, como dice el titular del diario «Globes»: «El ministro de Finanzas se arrodilló delante de los grandes emporios y les otorga beneficios impositivos por miles de millones por ganancias que estaban en cepo» («Globes»; 19.6.12). Las estimaciones de estos beneficios rondan entre 2,5 a 10 mil millones de dólares (entre el 1,1 al 4,4% del PIB total de un año del país); es decir, pueden llegar a ser iguales o mayores a todo el crecimiento económico del país en un año.

Para el caso de Israel, da la impresión que los clásicos de la economía - David Ricardo, Thomas Malthus y Karl Marx - mayormente no se equivocaron en su visión del salario en el sistema capitalista: la tendencia a largo plazo es mantenerlos a niveles mínimos de existencia de la población.

Hoy, con toda honestidad, deberíamos acercarnos a los cementerios y dar por sepultadas definitivamente las visiones de aquellos próceres del sionismo a quienes tanto nos enseñaron a venerar. Junto a la tumba de David Ben Gurión, Aarón David Gordon y Dov Ber Borojov tendríamos que erigir un panteón en memoria de las históricas predicas de nuestros afamados líderes del pasado: la conquista del trabajo (kibush haavodá en hebreo) y la pirámide invertida.