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Nerviosismo en Washington

Mitt Roney y Barack ObamaEl programa nuclear iraní provoca nerviosismo y controversias en Washington, donde gobierno y oposición admiten conocer todos los detalles sobre ese tema, mientras que Israel viene evocando una posible operación militar contra Teherán en pleno año electoral en Estados Unidos.

El presidente Obama interviene de cerca en este debate que agita su administración, grupos de reflexión y medios de comunicación, insinuando que no cree que Israel haya tomado aún la decisión de atacar las instalaciones nucleares iraníes que el Estado hebreo considera una amenaza a su seguridad.

En la cadena NBC, el presidente repitió hace una semana que gracias a su mandato, las sanciones económicas «sin precedentes pusieron bajo presión a Teherán».

También afirmó que su país tenía un «buen conocimiento» del estado del programa nuclear iraní y que se está preparando desde hace tiempo para una eventual operación militar en caso de que fuera necesaria.

«Es complicado saber quién toma las decisiones en un momento dado en Irán», opinó Obama, quien resumió las dificultades de su administración frente al tema.

Las especulaciones sobre un posible ataque se multiplicaron después que el especialista israelí de Inteligencia, Dr. Ronén Bergman, publicara en The New York Times que semejante acción podría tener lugar durante lo que resta de este año.

Por su parte, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, no déja de hablar sobre una operación contra Irán, aunque no precisó una fecha. «Quien diga 'más tarde' podría descubrir que 'más tarde' es demasiado tarde», afirmó.

Un editorial de The Washington Post sostenía la semana pasada que el secretario de Defensa estadounidense, Leon Panetta, que llegará en estos días a Israel, estimaba que existía una «gran posibilidad» de que Israel realizara una intervención militar a finales de 2012 contra las instalaciones nucleares iraníes.

Algunos observadores piensan que Israel simplemente alardea con el uso de la fuerza, ya que nunca lanzó advertencias semejante antes de realizar ataques contra Siria en 2007 - según fuentes extranjeras - o contra Irak en 1981. Eventuales represalias de Hezbolá o Hamás en caso de una operaci?ón contra Teherán también son consideradas por las autoridades israelíes.

A pesar de que puede no tener decidido actuar, Israel podría utilizar sus amenazantes declaraciones para ejercer más presión sobre Irán, estiman esos expertos.

«Israel exhorta de hecho al Congreso norteamericano, a la Unión Europea, a la ONU y a Obama a aprobar más sanciones y a aplicar lo más rápido posible las ya promulgadas, pero considera que estas no tienen ninguna influencia positiva», afirmó Cliff Kupchan, especialista en temas iraníes en el Eurasia Group.

De hecho, Obama firmó este fin de semana una ley reforzando nuevamente su compromiso con la seguridad de Israel que incluye la entrega de armamentos sofisticados; y lo hizo durante la visita del candidato republicano, Mitt Romney a Jerusalén.

Según Panetta, las señales que envía Israel podrían ser útiles para Washington en la medida en que ayudarían a persuadir a Irán de no militarizar su programa nuclear.

«La administración estadounidense al igual que la oposición saben que hay engranajes que EE.UU no controla», agregó Kupchan, autor de un libro sobre la política iraní de Obama.

Tanto el presidente de EE.UU, que aspira a un segundo mandato en noviembre y cuyas relaciones con Netanyahu son notoriamente difíciles, como Romney, que mantiene un vínculo especial con el premier hebreo, tienen demasiados motivos para temer una crisis abierta entre Israel e Irán.

En ese caso, cualquiera de los dos candidatos se vería sumergido en un enésimo conflicto en Oriente Medio inmediatamente después de asumir el cargo.

Una guerra con Irán provocará con toda seguridad una explosión de los precios del petróleo, con el consiguiente riesgo de reducir a la nada la recuperación económica que tanto necesita EE.UU.

«Tal vez esa sea la clave por la cual los israelíes estén alzando la voz», aseguró Daniel Levy, del grupo de reflexión New America Foundation.

«La única razón por la que este tema está a la cabeza de las preocupaciones en este momento es la elección presidencial estadounidense», explicó Levy.

Según el analista, «las autoridades israelíes saben muy bien que cualquiera que esté en la Casa Blanca el año próximo se encontrará en mejor posición para obligar a Irán respetar sus acuerdos con Occidente».