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Deslegitimar a Israel - El fracaso árabe

La idea de deslegitimar a Israel no tuvo el eco deseado por sus creadores. Y aunque sigue existiendo entre organizaciones palestinas y árabes en el mundo, está siendo contrarrestada. Hoy en día, frente a nuestros ojos, se desarrolla una revolución al respecto.

Quien ideó la idea maliciosa de deslegitimar a Israel conocía muy bien a los israelíes por el mero hecho de ser uno de ellos. Él sabía que así nos devolvería a la naturaleza personal y nacional del judío, a sus pesadillas más temidas, a sus intensos deseos de ser aceptados por el resto de la gente, no repudiados.

Nos hizo retornar a las zonas más amenazadas de nuestro espíritu personal y colectivo. Ha llegado el momento de terminar con esta vileza y salir del laberinto de dudas en los cuales han querido arrojarnos para ser presentados como los héroes (o heroínas); aquellos que nos saquen de allí.

Sócrates, el mayor filósofo de la Grecia antigua, quería hacerle entender a la gente que lo que ellos tenían por conocimiento era superficial y engañoso. ¿Qué hizo? Él sabía que si intentaba una forma directa, lo más probable sería que el público lo rechace y se fortalezca en sus propias ideas. Sócrates ideó una nueva forma a la cual definió como  "el laberinto de las dudas".

Empezaba por presentarse como un ignorante y le explicaba a su público, en su mayoría jóvenes, que él sabe muy pocas cosas, y que los comentarios acerca de su sabiduría son sólo rumores. Alababa a los jóvenes y a sus conocimientos.

Entonces, empezaba a dialogar con algunos de los que estaban en el público al mismo tiempo que desmoronaba sus argumentos, los mismos que había alabado momentos antes. Nunca decía algo negativo en forma directa, sino que haciendo uso de preguntas les hacía entender las mentiras que él mismo proclamaba. El diálogo continuaba varios días, y a través de éste metodo los jóvenes empezaban a formular por sí mismos preguntas sobre el mundo. Ahora ellos ya estaban listos para el verdadero conocimiento, para algo nuevo. Él no les implantaba conocimientos, sino que hacía uso de las dudas que se encuentran dentro de cada uno.

El éxito de Sócrates fue tan grande que marcó a toda una generación con su genio. Platón, su más famoso alumno, fue quien difundió el método por doquier.

El procedimiento de Sócrates lograba controlar exitosamente el conciente: al principio se degradaba a sí mismo y elevaba a todos los demás, bajando de esta manera sus barreras de protección. Entonces los encerraba en un laberinto de dudas, del cual ya no podrían salir jamás igual como entraron. Él penetraba en sus mentes y las dominaba.

Ciertos elementos han intentado atemorizarnos usando al menos tres ideas distintas para manipular nuestros cerebros y conducirnos al laberinto de las dudas: la idea de que Irán está fabricando armas atómicas para ser usadas contra Israel; la idea de que la mayoría árabe en Israel acabará con el Estado judío por medio de su crecimiento demográfico, y la idea de deslegitimar a Israel hasta conseguir convertirnos en Sudáfrica. En las tres seremos exterminados. Todas fueron ideadas por judíos e israelíes. Este es el primer caso en la historia en el que una guerra sicológica es dirigida contra el propio bando y no contra el enemigo.

Esta forma de controlar violentamente al conciente de la sociedad israelí me preocupó mucho. No por las proposiciones falsas y engañosas, sino porque muchos las adoptaron y entraron en un estado de angustia nacional. Ese fué el resultado del uso cínico de las aspiraciones israelíes a una existencia independiente, aprovechándose de los miedos internalizados por los judíos a raíz de su magra experiencia histórica, la de una nación de 3.000 años de existencia.

Fué a razón de ese "laberinto de las dudas" que empecé con mi sitio GPlanet en 2006 para combatir ideas como "Hezbolá triunfó", "Irán avanza", "nuestros enemigos nos aventajan", "pase lo que pase, estamos condenados", y otros designios más falsos aún que inundan nuestros medios de comunicación.

Gplanet fué y sigue siendo el antídoto contra los intentos de controlar nuestro conciente colectivo y atemorizarnos; y cuanto más gente lo siga, más venceremos en esta guerra.

Las tres ideas están destinadas al fracaso. Irán, y esto ya lo publiqué en varios artículos anteriores, va a pensar varias veces antes de usar su arsenal nuclear, porque un hecho de tal magnitud conducirá al fin a la revolución islámica desde su interior por aquello del "quien mucho abarca, poco aprieta". El gobierno iraní lo sabe. Tales acciones impulsarán verdaderas sanciones sobre el país, hasta tal punto que el régimen fundamentalista chiíta será destruída por sus propios súbditos.

Con respecto a la idea demográfica islámica en Israel, justamente el índice de natalidad de población musulmana en el Estado hebreo ha declinado, mientras que el de la población judía aumenta continuamente. Si en 1969 el índice por mujer árabe era seis veces mayor que el de la judía, en 2007 se redujo a 0.8, y muy pronto el de la mujer judía será mayor.

Y por último, la nueva idea que se apoderó del conciente nacional israelí y que preocupa a muchos, la de deslegitimar a Israel, no tuvo el eco deseado por sus creadores; y aunque sigue existiendo entre organizaciones palestinas y árabes en el mundo, está siendo contrarrestada. Hoy en día, frente a nuestros ojos, se desarrolla una revolución al respecto, y la justicia por fin está empezando a triunfar.

¿Cómo fue que se consiguió inflar semejante globo? Los medios de comunicación en Israel aglutinaron cada granito de información por más diminuto que fuera; cada mínima manifestación (aunque no proveniera de más de cuatro o cinco personas), y las agrandó para crear en nuestras mentes una cadena infinita de acontecimientos. Así fué como nos engañaron, dándonos la sensación de que estamos cercados y hasta perdidos. Nos hicieron entrar en el "laberinto de las dudas", y muchos empezaron a formularse interrogantes existenciales que a ningúna otra nación en el mundo se le ocurriría preguntar. Una considerable mayoría se encontró, innecesariamente, en una situación de depresión nacional.

¿Qué acontece últimamente?

* El cabecilla de la campaña para deslegitimar a Israel, el juez Goldstone, se retractó de su propio informe. Él entendió que fué engañado, y que bajo la cobertura de "derechos humanos" él mismo causó más daño aún de lo que ya se había hecho. Su cambio de opinión repercutió en muchas instituciones a nivel internacional.

* Israel salio victorioso en el Informe Palmer sobre la legalidad del bloqueo a Gaza. La ONU, siempre en contra de Israel, nos dió el visto bueno total y legal al sitio. Ningún Erdogán podrá apelar a organizaciones internacionales al respecto, porque así lo determina la ley. Dicha resolución de la comisión de la ONU se ha transformado ahora en ley internacional. Israel, con el bloqueo marítimo a Gaza, está implementando la ley.

Hace un año atrás, la flotilla turca a Gaza fué percibida por el mundo como un asunto de derechos humanos. Ahora la apreciación en los países occidentales ha cambiado totalmente: se trata de algo invasivo e ilegal; una provocación violenta; y fué así que la coalición de países (entre ellos Turquía) anuló la segunda flotilla, ante la mirada estupefacta de sus organizadores.

* La maniobra de los palestinos de solicitar el reconocimiento de la ONU fué detenida magistralmente. No sólo no hubo veto americano, sino que ni siquiera consiguió la mayoría en el Consejo de Seguridad. Europa entendió, y aparentemente otros países también, que no apoyarán la petición palestina ni siquiera en la Asamblea General, donde es necesario obtener una mayoría de dos tercios para el cambio de estatus. Hace algunos meses estos logros parecían ciencia ficción.

* Esto sucedió porque no se trata ya de la creación de un Estado palestino. Eso Israel ya lo aceptó. Se trata de las condiciones en las que será creado, y es aquí donde los palestinos han vuelto a su tradicional posición de opositores al proceso. En un mundo que se basa en diálogo y negociaciones, nadie quiere aceptar una imposición unilateral palestina en la cual no existe ni paz, ni reconocimiento, ni seguridad. Quienes están bajo presión internacional son los palestinos, no Israel.

* Hace unos días, en un dictamen firmado por la misma reina de Inglaterra, fué anulada en forma oficial la ley que permitía en ese país llevar a juicio a autoridades israelíes, poco después que una ley similar haya sido revocada en Bélgica. Ahora queda claro que se han aprovechado maliciosamente de una ley para usarla en contra de Israel. Este es un precedente que demuestra al resto de los países que en el futuro podrán ser malinterpretados en temas de leyes de derechos humanos. Reino Unido, que se tiene que medir con una avalancha de matones islamistas, ya lo entendió.

* La semana pasada fué conmemorado en la ONU el décimo aniversario de la conferencia antisemita de Durbán. Todos los países del primer mundo, más de una veintena, lo boicotearon y condenaron fuertemente. Los estados que participaron se posicionan automáticamente como anti-occidentales, regresivos y racistas. Quienes vienen a presentar a Israel como racista, terminan autodeterminándose como antisemitas y racistas. Lo mismo pasa con líderes que despotrican contra Israel, Ahmadinejad y Erdogán, quien, con mucho talento, va conduciendo a Turquía cuesta abajo hacia el tercer mundo. Aquellos que intentan aislar a Israel, están siendo aislados.

* Australia fue uno de las primeras naciones que decidió ponerle fin a las orgías racistas. Después de una discusion muy agitada en el Congreso, se decidió incluir en el código penal las manifestaciones y boicots contra empresas israelíes en el país. La razón: la apertura de un comercio de "Max Brenner" en Melbourne que ofrecía al público australiano chocolates de Israel. La coalición de organizaciones palestinas (BDS) organizó una manifestación (de 19 personas) frente al local de Max Brenner que desembocó en una violencia descontrolada contra la policía australiana con varios agente heridos. Desde ahora, estas organizaciones tienen prohibido acercarse a negocios de israelíes, donde pueden ser arrestados. La nueva ley establece que el boicot infringe la "Ley del consumidor y la competencia" y pronto será incorporada al código penal. El ministro de asuntos de consumo, Michael O'Brien, declaró que el hecho de que "ellos piensan que van a influenciar la política del gobierno de Israel con ataques a comercios operando en nuestro país es totalmente inaceptable. Seguramente hay razones ocultas y malintencionadas en los manifestantes, y eso no funcionar? en Australia". El Parlamento australiano definió ese tipo de boicots "como en las épocas de los nazis". Todo ello sirve también como antecedente para otros países.

En lugar de que Israel se tenga que defender, son ahora las organizaciones pro-palestinas quienes deben hacerlo. En lugar de aislar a Max Brenner, el hombre del chocolate ha logrado confinarlos. ¿Podría ser también que "Mi caramelo diario de Israel" haya contribuído con 50.000 "Me gusta" de todo el mundo en seis meses en Facebook y millones de entradas? http://www.facebook.com/Mi.caramelo.diario.de.Israel?v=wall

* Unos pocos ruidosos manifestantes árabes que empezaron a gritar en el concierto de la filarmónica israelí fueron expulsados inmediatamente mientras el público abucheaba ruidosamente y gritaba "¡Fuera, Fuera!". Semejante servicio a favor de Israel, el democrático, occidental, y cultural Israel, no le hicieron los palestinos desde hace muchos años. La opinión pública en Occidente se está hartando de ellos y de sus gritos. Hé aquí un nuevo branding: Israel es cultura; quienes están en contra son anti-cultura.

La respuesta de la B.B.C., que transmitió el concierto en directo, fué típica: cuando empezó el griterío palestino los venció el pánico e interrumpieron la transmisión; tradicional respuesta occidental. Pero se recuperaron rápidamente y volvieron a emitirla.

* En universidades de varios lugares del mundo ya se siente la diferencia, que sólo irá creciendo. Se han creado decenas de grupos de judíos e israelíes que presentan los asuntos centrales desde el punto de vista de Israel y reciben un eco formidablemente positivo. Las universidades dejaron de ser abandonadas como en el pasado, a pesar de que varias aún son regidas por una agenda liberal-promusulmana confusa. Un ejemplo del cambio: La Universidad de Columbia, que recibió anteriormente a Ahmadinejad con honores reservados a reyes, le ha negado la entrada a su campo. Esta institución representa el corazón del liberalismo confuso de Estados Unidos, y no es el único: es un antecedente que influenciará a organizaciones académicas en todo el mundo. Otro ejemplo: Un jurado en California declaró culpables a once musulmanes de haber interrumpido el discurso del Embajador de Israel en Estados Unidos, Michael Oren, en febrero de 2010 en la Universidad de California. La sentencia será dada a conocer a fines de septiembre, y de acuerdo a la ley norteamericana podrán ser condenados a prisión.

* Varias apelaciones contra universidades están siendo llevadas a cortes judiciales en diferentes países por haberse ligado al terrorismo musulmán, como por ejemplo la apelación contra la misma Universidad de Columbia. Y cuando de dinero se trata, estas instituciones se mueven con cuidado. La sensación que existía hace unos años, que todo estaba permitido contra Israel, se acabó. Hay una ley vigente, y quien quiera infrigirla, tendrá que pagar el precio.

Los mismos manifestantes que proclaman que Israel viola las leyes, son en realidad quienes las infringen. No se debe dudar: a partir de ahora hay que apelar a las cortes en todos los países del mundo. Cualquiera de nosotros puede hacerlo en forma particular. ¿Por qué no beneficiarnos a cuesta de las malas intenciones de nuestros opositores?

¿Cómo fue detenido el proceso de deslegitimar a Israel, una técnica que nació en las mentes judías e israelíes, y que nunca representó un verdadero peligro político, económico ni diplomático para el Estado judío?

La "primavera árabe" fué uno de los factores decisivos. El mundo la vé como un proceso de autodestrucción. Libia sigue en llamas, Yemen vuelve a arder, Siria también está calcinándose y los otros estados árabes se encuentran al borde de sumarse a dicha autodestrucción. Sólo Israel se presenta sólido como una roca occidental, con un sistema legal, con democracia y seguridad. Israel es el único estado de Oriente Medio que puede ser considerado un verdadero aliado de los países occidentales; sin guiños de ojos al estilo Erdogán y sin acuerdos secretos al estilo de la junta militar que gobierna Egipto. Un verdadero amigo del progreso. No es que nosotros hemos subido, son ellos quienes han bajado. El efecto del Tulipán florece ahora. Justamente los acontecimientos recientes contra Israel atestiguan mejor que cualquier otra explicación cuan histéricos y frágiles son los regímenes en esta zona; y aunque traten de culpar a Israel, no logran convencer.

Hay otros factores. Hace una década los países occidentales creían que si sacrificaban a Israel, ellos mismos se salvarían. Ahora entienden que no existe ningún nexo entre los ataques a Israel y los ataques en su contra; de la misma manera que no hay conección alguna entre un Estado palestino y la estabilidad y el orden en Oriente Medio. La sensación de muchos en Occidente es que se debe fortalecer a Israel porque él es quien los proteje al ser un Estado moderno y fuerte. Es el punta de lanza contra la barbarie moderna.

Y finalmente, los países occidentales se están despojando de su inocencia. Ya entienden que son usados cínicamente. Los resultados de los balotajes en diferentes estados europeos lo reflejan. Ellos han entendido que su hospitalidad es usada en su contra, sus leyes liberales son utilizadas para conseguir metas ocultas y oscuras, totalmente contrarias a los derechos humanos. Se puede vislumbrar un despertar, y nosotros hemos contribuído a ésto. Se habla de Israel como un gigante de la creatividad, de los inventos tecnológicos y de talento con el cual todos quieren establecer relaciones. Boicotear a Israel es boicotear a la computadora personal que se encuentra en todos los hogares y que fué inventada por ingenieros israelíes de Intel en Haifa y Jerusalén, nuestra capital.

Sí. Los árabes ya intentaron todo contra Israel, y fue en vano. Probaron la guerra directa, y fracasaron. Procuraron el boicot, y fracasaron. Trataron de hacer maniobras políticas como la "paz" para debilitarnos, y fracasaron. Desataron intifadas internas junto con la incitación de las minorías nacionales y fracasaron. Y en la última década, se jugaron la última carta que tenían en la manga, aislar a Israel y luchar contra él aprovechándose de la inocencia internacional, y también en eso fracasaron.

Sócrates nos ha enseñado: si salimos del "laberinto de las dudas", ya hemos ganado. Mas aún cuando la historia, la justicia, nuestra determinación y los recientes acontecimientos demuestran estar a nuestro favor.

En este año nuevo, levanten sus cabezas con orgullo: tenemos muchas razones para hacerlo.

Fuente: GPlanet
Traducción: Sergio Goldfeld