Considero que es profundamente perturbador que uno de los primeros viajes de quien acaba de ser elegido presidente de Egipto, Mohammed Mursi, haya sido para asistir a la reunión cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Irán.
Discúlpeme, presidente Mursi, pero existe una sola razón por la que el régimen iraní efectuó la reunión en Teherán y llevó a que asistan jefes de Estado como usted. Es para indicarle al pueblo iraní que el mundo aprueba a la dirigencia clerical de su país y por tanto ellos nunca, nunca jamás, deberán pensar de nuevo en lanzar un movimiento por la democracia; exactamente del mismo tipo de movimiento por la democracia que lo llevó a usted, Sr. Mursi, al poder en Egipto.
En 2009, este régimen iraní literalmente asesinó a la Revolución Verde. Acribilló a balazos a cientos y encarceló a miles de iraníes que deseaban lo único que no desean los egipcios: hacer que sus votos fueran contados honestamente y que se respetaran los resultados.
Mursi, quien fue llevado al poder por una valerosa revolución por la democracia que ni él ni su partido de los Hermanos Musulmanes lanzaron - pero que salieron beneficiados de las elecciones libres y justas que siguieron a ella - le está dando legitimidad a un régimen iraní que aplastó brutalmente a un movimiento de esa naturaleza en Teherán. Esto no es buen augurio para la presidencia de Mursi. De hecho, él debería estar avergonzado.
«El régimen iraní le ha ofrecido a Morsi un recorrido blanqueado de sus instalaciones nucleares», notó Karim Sadyapour, el experto en Irán por la Fundación Carnegie. «Como ex prisionero político del Egipto de Mubarak, Mursi también debió solicitar una visita a la notoria prisión Evin. Eso le recordaría su propio pasado y le ofrecería un atisbo del futuro de Irán».
Funcionarios egipcios dicen que Mursi sólo se detuvo en Teherán durante unas cuantas horas para entregarle la presidencia del Movimiento de Países No Alineados de Egipto a Irán. ¿En serio? Él podría haber hecho eso por correo. Habría enviado un potente mensaje por la democracia. Dicho sea de paso, ¿qué es el Movimiento de Países No Alineados?
«¿No alineados en contra de qué y entre quién», preguntó Mijael Mandelbaum, especialista en política exterior de la Universidad Johns Hopkins.
El Movimiento de Países No Alineados fue concebido en la reunión cumbre de Bandung en 1955, pero había cierta lógica en esa época. El mundo estaba dividido entre capitalistas democráticos de Occidente y comunistas de Oriente, en tanto estados en desarrollo como Egipto, Yugoslavia e Indonesia se declararon «no-alineados» con estos dos bloques. Sin embargo, «actualmente ya no hay bloque comunista», agregó Mandelbaum. «La principal división en el mundo es entre países democráticos y no-democráticos».
¿Está Mursi no-alineado en esa decisión? ¿Está no-alineado cuando se trata de elegir entre democracias y dictaduras; particularmente la iraní que también es un gran cómplice para aplastar a la rebelión siria? Y por cierto, ¿por qué está Ban Ki Moon, el secretario general de Naciones Unidas, prestando su ayuda a este festival de encubrimiento? Vaya traición a los demócratas iraníes.
Esto no tiene nada que ver con Israel o con las armas nucleares de Irán. Si Mursi quiere mantener una fría paz con Israel, ese es su problema.
En cuanto al mismo Mursi, me gustaría verlo teniendo éxito para darle un giro de 180 grados a Egipto. Sería un enorme impulso a la democracia en el mundo árabe. Pero lo que más necesita Egipto no se encontrará en Teherán.
El primer gran viaje de Mursi no debería haber sido meramente a Irán y China. Debería haber sido a lo largo de Europa y Asia para brindarles tranquilidad a los inversionistas y turistas en cuanto a que Egipto está abierto para los negocios una vez más; y quizá después al Silicon Valley y después a Caltech para reunirse con el químico egipcio ganador del Nobel, Ahmed Zewail, para indicar un compromiso enfocado a revivir la educación en Egipto, donde la mitad de las mujeres son analfabetas.
Si Mursi necesita un manual básico sobre el movimiento por la democracia en Irán - cuyo régimen islámico rompió relaciones con Egipto en 1979 para protestar por el tratado de paz con Israel -, puede leer el que ofreció el experto de Stanford en Irán, Abbás Milani, en el sitio web del Instituto Estadounidense por la Paz: «El Movimiento Verde alcanzó su cúspide cuando hasta tres millones de manifestantes pacíficos salieron a las calles de Teherán para protestar por alegatos oficiales en el sentido que Mahmud Ahmadinejad había ganado de manera arrolladora la elección presidencial de 2009. Su simple lema era: «¿Dónde está mi voto?».
Durante los seis meses siguientes, el Movimiento Verde evolucionó de un grupo de enojados electores a una fuerza a lo largo del país exigiendo los derechos democráticos que se buscaron originalmente en la revolución de 1979, derechos que fueron secuestrados por clérigos radicales. A medida que fue creciendo el impulso detrás del Movimiento Verde, la respuesta del gobierno fue cada vez más dura. En otoño de 2009, aparecieron más de 100 de los líderes, activistas y teóricos más prominentes del Movimiento Verde en farsas de juicios que evocaban los infames juicios de Stalin en la década de los '30».
Para comienzos de 2010, el régimen había sofocado toda oposición pública.
Ese es el régimen que Mursi estará contribuyendo presentar de manera aséptica.
Cuando menos uno esperaba que él leyera la carta que le envió un grupo por la democracia iraní, Mensajeros Verdes de Esperanza, exhortando a Mursi a recordarles a sus anfitriones iraníes «de la suerte de los líderes que siguieron dándole la espalda a los votos de su pueblo, y para exhortarlos a gobernar su país dependiendo del apoyo de personas iraníes, en vez de fuerzas militares».
Mursi pudiera incluso querer recordar eso.
Fuente: The New York Times
Traducción: www.israelenlinea.com
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