Sr. Presidente de la Cámara John Boehner; Sr. Presidente Pro Témpore Senador Orrin Hatch; Senadores por la minoría; líder de la mayoría Mitch McConnell; líder por la minoría Nancy Pelosi, y al líder por la mayoría Kevin McCarthy. Asimismo quiero mencionar al Senador demócrata Harry Reid. Harry, es bueno verlo de nuevo de pie. Por lo visto es real el dicho de que no se puede mantener caído a un buen hombre.
Amigos mios, estoy profundamente honrado por la oportunidad de hablar por tercera vez ante el cuerpo legislativo más importante del mundo, el Congreso de Estados Unidos.
Quiero agradecerles a todos por estar hoy presentes. Sé que mi discurso ha sido objeto de mucha controversia. Estoy profundamente apenado de que algunos perciban mi presencia como un hecho político. Nunca fue mi intención. Quiero agradecer a ustedes, demócratas y republicanos, por el apoyo común brindado a Israel, año a año, y década a década.
Sé que no tiene importancia el lado del recinto en el cual se sienten, mientras estén con Israel.
La destacable alianza entre Israel y Estados Unidos siempre ha estado por encima de la política. La misma, siempre debe permanecer por encima de la política.
América e Israel compartimos un destino común, el destino de las tierras prometidas que albergan libertad y ofrecen esperanza. Israel está agrecido por el apoyo de los norteamericanos, del pueblo norteamericano y de sus presidentes, desde Harry Truman a Barack Obama.
Apreciamos todo lo que el presidente Obama ha hecho por Israel. Ahora, parte de lo realizado es extensamente sabido.
Parte de lo realizado es ampliamente sabido, como el fortalecimiento de la cooperación en materia de seguridad y de inteligencia compartida, y como la oposición de las resolciones anti-Israel de la ONU. Parte de lo que el presidente ha hecho por Israel es menos sabido.
Cuando en 2010 tuvimos el incendio forestal en el Monte Carmel lo llamé, e inmediatamente él accedió a responder mi urgente pedido de asistencia. En 2011, nuestra embajada en El Cairo estuvo bajo amenaza, y otra vez, él proveyó vital asistencia en ese crucial momento. O su apoyo por más interceptores de misiles durante nuestras operaciones durante el último verano, cuando fuimos contra los terroristas de Hamás.
En cada uno de esos momentos, yo llamé al presidente, y él estuvo. Y parte de lo que el presidente ha hecho por Israel probablemente nunca se sepa, ya que toca alguno de los temas más sensibles y estratégicos, entre el presidente norteamericano y el primer ministro israelí. Pero yo lo sé, y siempre voy a estar agradecido al presidente Obama por ese apoyo.
E Israel está agradecido con ustedes, el Congreso norteamericano, por su apoyo. Por apoyarnos de tantas maneras, especialmente con su generosa asistencia militar y con misiles defensivos, incluyendo la Cúpula de Hierro.
El último verano, millones de israelíes fueron protegidos de miles de cohetes de Hamás gracias a que este fundamental domo ayudó a construir nuestra propia Cúpula de Hierro.
Gracias, América. Gracias por todo lo que has hecho por Israel. Amigos mios, he venido hoy aquí porque, como primer ministro de Israel, siento la profunda obligación de hablarles sobre un hecho que puede amenazar la supervivencia de mi país y el futuro de mi pueblo: El requerimiento de Irán para armas nucleares
Somos un pueblo antiguo. En nuestros casi 4.000 años de historia, muchos han tratado repetidamene de destruir al pueblo judío. En la noche de mañana, en la festividad judía del Purim, todos leeremos el Libro de Ester. Todos hemos leído sobre el poderoso virrey persa llamado Hamán, quien planeó destruir al pueblo judío hace 2.500 años. Pero la Reina Ester, una valiente mujer judía, reveló el plan dandóle al pueblo judío el derecho de defenderse de sus enemigos.
El plan fue frustrado. Nuestra gente fue salvada.
Hoy el pueblo judío enfrenta otro intento por parte de otro persa, potentado para destruirnos. El líder supremo el ayatolà Jamenei arroga el odio más antigo, el odio más antiguo del antisemitismo junto con la más avanzada tecnología. Él tuiteó que Israel debe ser eliminado. Ustedes saben, en Irán, no existe precisamente, el internet libre. Pero el tuiteó en inglés que Israel debe ser destruido.
Para aquellos que creen que Irán amenaza al Estado judío, pero no al pueblo judío, escuchen a Hassan Nasrallah, líder de Hezbolá, el jefe terrorista cliente de Irán. Él dijo: Si todos los judíos se reúnen en Israel, nos ahorrara el problema de tener que perseguirlos alrededor del mundo.
Pero el régimen iraní no es un problema solamente de los judíos, así como tampoco fue un tema enteramente de los judíos, el régimen nazi. Los seis millones de judíos asesinados por los nazis fueron sólo una fracción de las 60 millones de personas asesinadas en la Segunda Guerra Mundial. Por lo tanto, el régimen de Irán constituye una grave amenaza, no sólo para Israel, sino para la paz del mundo entero.
Para entender lo peligroso que sería Irán con armas nucleares, debemos comprender exhaustivamente la naturaleza del régimen.
El pueblo de Irán es gente muy talentosa, que ha alzado una de las más grandes civilizaciones del mundo. Pero en 1979 han sido secuestrados por fanáticos religiosos, fanáticos religiosos que impusieron de manera inmediata una brutal y oscura dictadura.
Ese año, los fundamentalistas redactaron una constitución, una nueva para Irán. Se dirigió a los guardias revolucionarios no sólo para proteger las fronteras de Irán, sino también para cumplir con la misión ideológica de la Yihad. El fundador del régimen, el ayatolá Jomeini, exhortó a sus seguidores a exportar la revolución en todo el mundo.
Estoy de pie aquí en Washington y la diferencia es tan marcada. El documento fundacional de Estados Unidos promete vida, libertad y la búsqueda de la felicidad. El documento fundacional de Irán promete muerte, tiranía y la búsqueda de la Yihad. Y a medida de que colapsan los Estados en Oriente Medio, Irán se está cargando en el vacío para hacer precisamente eso.
Miembros armados de Irán en Gaza, sus lacayos en Líbano, sus guardias revolucionarios en los Altos del Golán, están tomando a Israel con tres tentáculos del terror. Con el respaldo de Irán, Assad está masacrando a los sirios, las milicias chiítas están avanzando violentamente a través de Irak. Apoyados por Irán, los huzíes están tomando el control de Yemen, amenazando los estratégicos estrechos de la desembocadura del Mar Rojo junto con el estrecho de Ormuz, que daría a Irán un segundo punto estratégico en el suministro de petróleo del mundo.
Precisamente la semana pasada, cerca de Ormuz, Irán llevó a cabo un ejercicio militar volando un simulacro de un portaaviones estadounidense. Eso ha ocurrido precisamente la semana pasada, mientras se llevaban a cabo las conversaciones en materia nuclear con Estados Unidos. Pero, desgraciadamente, durante los últimos 36 años, los ataques de Irán contra Estados Unidos han sido de todo menos simulacros, y los objetivos han sido demasiado reales.
Irán tomó a docenas de americanos como rehenes en Teherán, asesinó a cientos de soldados norteamericanos y marines en Beirut, y fue responsable de matar y mutilar a miles de hombres y mujeres del servicio estadounidense en Irak y Afganistán.
Más allá de Oriente Medio, Irán ataca a Estados Unidos y a sus aliados a través de su red terrorista global. Voló el centro de la comunidad judía y la embajada de Israel en Buenos Aires. Ayudó a Al Qaeda a bombardear las embajadas estadounidenses en África. Incluso trató de asesinar al embajador saudita, aquí en Washington.
En Oriente Medio, Irán domina hoy en día cuatro capitales árabes, Bagdad, Damasco, Beirut y Saná. Y si la agresión de Irán es dejada sin control alguno, seguramente las seguirán más.
Por lo tanto, en un momento en que muchos esperan que Irán se una a la comunidad de las naciones, Irán está ocupado engullendo a naciones.
Debemos permanecer todos juntos para frenar la marcha de conquista, sometimiento y terror de Irán.
Ahora bien, hace dos años nos dijeron que les diésemos al presidente Rohaní y al canciller Zarif una oportunidad para traer el cambio y la moderación a Irán. ¡Menudos cambios! ¡Menuda moderación!
El gobierno de Rohaní ha linchado a gays, perseguido cristianos, encarcelado a periodistas y ejecutado a más prisioneros que nunca.
El año pasado, el mismo Zarif, que encanta a los diplomáticos, dejó una ofrenda en la tumba de Imad Mughniyeh. Imad Mughniyeh es el ideólogo terrorista que ha derramado más sangre norteamericana que cualquier otro terrorista, además de Osama bin Laden. Me gustaría ver a algunos cuestionarle eso.
El régimen iraní está más radical que nunca, el mismo clama más fuerte que nunca: «Muerte a Estados Unidos», el mismo Estados Unidos al que llama «El gran diablo».
Ahora bien, esto no debe sorprendernos, ya que la ideología del régimen revolucionario de Irán, está profundamente arraigado en el islam militante, y eso explica porque este régimen siempre será un enemigo de Estados Unidos.
No se engañen. La batalla entre Irán y el Estado Islámico (EI) no convierte a Irán en un amigo de Estados Unidos.
Irán y el EI están compitiendo por la corona del islam militante. Una se llama a sí misma la República Islámica. El otro se llama así mismo Estado Islámico. Ambos quieren imponer un imperio militante, primero en la región y después en el mundo entero. Sólo que no se ponen de acuerdo entre ellos mismos quien gobernará ese imperio.
En este mortal juego de tronos, no hay lugar para Estados Unidos o para Israel, no hay paz para los cristianos, judíos o musulmanes que no comparten las creencias islámicas medievales, no hay derechos para las mujeres, no hay libertad para nadie.
En lo que respecta para Irán y el EI, el enemigo de tu enemigo es tu enemigo. (Aplausos)
La diferencia es que el EI esta armado con cuchillos de carnicero, armas robadas y YouTube, mientras que Irán pronto podría estar armado con misiles balísticos intercontinentales y bombas nucleares. Siempre debemos recordar, - yo diría más de una vez -, que el mayor riesgo que enfrenta nuestro mundo es el matrimonio entre el islam militante con las armas nucleares. Derrotar al EI y dejar a Irán obtener armas nucleares, sería ganar la batalla pero perder la guerra. No podemos dejar que eso suceda. (Aplausos)
Pero eso, amigos mios, es exactamente lo que podría pasar, si el acuerdo que está siendo negociado hoy en día, es aceptado por Irán. Dicho acuerdo no va a prevenir que Irán desarrolle armas nucleares, sino que le garantizaría la obtención de esas armas, muchas armas.
Dejenme explicar porqué. Mientras el acuerdo final no ha sido firmado todavía, ciertos elementos de cualquier acuerdo potencial son hoy en día, materia de dominio público. Ustedes no necesitan agencias de inteligencia y servicios secretos de información para saber esto. Pueden googlearlo.
En ausencia de un cambio dramático, todos damos por sentado que cualquier acuerdo así incluirá dos grandes concesiones a Irán.
La primera gran concesión sería dejarle a Irán una vasta infraestructura nuclear, brindándole un plazo corto hacia la bomba. El plazo es el tiempo que se requiere para acumular el grado armamenticio de uranio y plutonio para obtener una bomba nuclear.
Según el acuerdo, ni una sola facilidad nuclear será derribada. Miles de centrifugas usadas para enriquecer uranio se dejarían girando. Miles más serían desconectadas de manera temporal, más no destruídas.
Porque el programa nuclear de Irán sería dejado en gran parte intacto, el plazo de Irán sería muy corto, - alrededor de un año, según la evaluación de Estados Unidos, incluso más corto según Israel.
Y si, - si el trabajo de Irán sobre centrífugas avanzadas, veloces y más veloces centrífugas, no para el plazo podría ser aún más corto, mucho más corto.
Es verdad, ciertas restricciones serían impuestas al programa nuclear iraní y la adhesión de Irán a esas restricciones sería supervisada por inspectores internacionales. Pero he aquí el problema. Ustedes podrán notar, violaciones a los documentos de los inspectores; ellos no los detienen.
Los inspectores supieron cuando Corea del Norte incumplió para obtener la bomba, pero eso no detuvo nada. Corea del Norte apagó las cámaras, echó a los inspectores. En unos pocos años, obtuvo la bomba.
Ahora, nosotros estamos avisados de que en unos pocos años Corea del Norte podría tener un asenal de 100 bombas nucleares.
Como Corea del Norte, también Irán desafió a los inspectores internacionales. Lo hizo en al menos tres ocasiones anteriores: 2005, 2006, 2010. Como Corea del Norte, Irán rompió candados y apagó cámaras.
Sé que esto no va a sorprender a ninguno de ustedes, pero Irán no sólo desafía a los inspectores, también juega muy bien a las escondidas con ellos.
El organismo de vigilancia nuclear de la ONU, la AIEA, dijo una vez más ayer que Irán se sigue negando a ser franco sobre su programa nuclear militar. También se encontró, no una sino dos veces, que Irán operaba instalaciones nucleares secretas en Natanz y Qom, instalaciones que los inspectores ni siquiera sabían que existían.
Ahora mismo, Irán podría estar escondiendo instalaciones militares que nosotros no conocemos, Estados Unidos e Israel. Como dijo el ex jefe de inspectores de la AIEA en 2013, «Si hoy no hay ninguna instalación sin declarar en Irán será la primera vez en 20 años que no tiene una». Irán demostró una y otra vez que no se le puede confiar. Y por eso es que la primera concesión mayúscula es fuente de honda preocupación. Eso deja a Irán con una amplia infraestructura nuclear y depende de los inspectores para prevenir una violación del acuerdo. Esa concesión crea el real peligro de que Irán llegue a la bomba violando el acuerdo.
Pero la segunda concesión mayúscula crea el peligro aún mayor de que Irán llegue a la bomba respetando el acuerdo. Porque prácticamente la totalidad de las limitaciones al programa nuclear iraní van a vencer en forma automática en una década.
Puede que una década parezca mucho tiempo para la vida política, pero es un abrir y cerrar de ojos en la vida de una nación. Es un abrir y cerrar de ojos en la vida de nuestros hijos. Todos tenemos la responsabilidad de considerar qué pasará cuando la capacidad nuclear iraní no tenga prácticamente restricciones y todas las sanciones se levanten. Irán estaría en condiciones de construir una gran capacidad nuclear que podría producir muchas, muchas bombas nucleares.
El líder supremo iraní lo dice abiertamente. Dice que Irán espera tener 190.000 centrífugas, no 6.000 y ni siquiera las 19.000 que tiene hoy en día, sino diez veces esa cifra: 190.000 centrífugas enriqueciendo uranio. Con esta capacidad masiva Irán podría fabricar el combustible para un arsenal nuclear entero en cuestión de semanas, una vez que lo decida.
Mi viejo amigo John Kerry, secretario de Estado, confirmó la semana pasada que Irán podrá poseer en forma legítima esa masiva capacidad de centrifugación al vencimiento del acuerdo.
Ahora quiero que piensen acerca de eso. El patrocinador más importante del terrorismo global podría estar a semanas de tener suficiente uranio enriquecido para todo un arsenal de armas nucleares y esto con completa legitimidad internacional.
Y por cierto, si el programa de misiles balísticos intercontinentales de Irán no es parte del acuerdo, y hasta el momento, Irán se niega incluso a ponerlo en la mesa de negociaciones. Bueno, Irán podría tener los medios para entregar ese arsenal nuclear a cualquier rincón de la tierra, incluyendo a todas las partes de Estados Unidos.
Así que ya ven, mis amigos, este acuerdo tiene dos concesiones importantes: uno, dejar a Irán con un vasto programa nuclear y dos, el levantamiento de las restricciones a ese programa por una década. Es por eso que este acuerdo es tan malo. No bloquea el camino de Irán a la bomba sino que allana el camino de Irán hacia una bomba.
Así que ¿por qué iba alguien a hacer este acuerdo? ¿Debido a que confían en que Irán va a cambiar para mejor en los próximos años o creen que la alternativa a este acuerdo es peor?
Bueno, no estoy de acuerdo. Yo no creo que el régimen radical de Irán vaya a cambiar para mejor después de este acuerdo. Este régimen ha estado en el poder durante 36 años y su apetito voraz por la agresión crece con cada año que pasa. Este acuerdo sólo aumentaría ese apetito - sería sólo aumentar más el apetito de Irán.
¿Podría Irán ser menos agresivo cuando se eliminen las sanciones y su economía sea más fuerte? Si Irán está devorando cuatro países en este momento mientras está bajo sanciones, ¿cuántos países más devorará si se levantan las sanciones? ¿Financiará menos al terrorismo cuando tenga montañas de dinero con las que pueda hacerlo?
¿Por qué el régimen radical de Irán cambiaría para mejor cuando se puede disfrutar de ambos mundos: la agresión al exterior y la prosperidad en el hogar?
Esta es una pregunta que todos nos hacemos en nuestra región. Los vecinos de Israel y los vecinos de Irán saben que Irán será aún más agresivo y patrocinará el terrorismo aún más cuando a su economía le hayan quitado las cadenas y se le dé un camino claro hacia la bomba.
Y muchos de estos vecinos dicen que van a responder fabricando armas nucleares ellos mismos. Así que este acuerdo no cambiará a Irán para mejor sólo cambiará a Oriente Medio para peor. Un acuerdo que se supone para prevenir la proliferación nuclear, lo que hará es desatar una carrera armamentista nuclear en la parte más peligrosa del planeta.
Este acuerdo no será un adiós a las armas. Será una despedida al control de armas. Y Oriente Medio pronto sería un campo minado nuclear. Una región donde una pequeña escaramuza puede desencadenar una gran guerra se convertiría en un polvorín nuclear.
Si alguien piensa que este acuerdo patea la lata para adelante se equivoca. Cuando lleguemos al final del camino, nos enfrentaremos a una mucho más peligros: Irán, Oriente Medio lleno de bombas nucleares y una cuenta regresiva para una potencial pesadilla nuclear.
Señoras y señores, he venido aquí hoy para decirles que no tenemos que apostar la seguridad del mundo con la esperanza de que Irán vaya a cambiar para mejor. Nosotros no tenemos que jugar con nuestro futuro y con el futuro de nuestros hijos.
Podemos insistir en que las restricciones sobre el programa nuclear de Irán no se levanten mientras que Irán continúa con su agresión en la región y en el mundo.
Antes de levantar esas restricciones, el mundo debería exigir a Irán que haga tres cosas. En primer lugar, detener su agresión contra sus vecinos en Oriente Medio. En segundo lugar, dejar de financiar el terrorismo alrededor del mundo. Y tercero, dejar de tratar de aniquilar mi país, Israel, el único Estado judío.
Si los poderes del mundo no están preparados para insistir en que Irán cambie su comportamiento antes de que se firme un trato, al menos, deberían insistir en que Irán cambie su comportamiento antes de que el trato llegue a su final.
Si Irán cambia su comportamiento las restricciones se deberían levantar pero si no lo cambia no deberían levantarse.
Si Irán quiere ser tratado como un país normal entonces dejémoslo que actúe como un país normal.
Mis amigos, ¿Qué pasa con el argumento de que no hay alternativa a este trato, que no se puede borrar el conocimiento nuclear de Irán, que su programa nuclear está tan avanzado que lo mejor que podemos hacer es retardar lo inevitable, lo cual es esencialmente lo que este acuerdo se propone hacer?
Bueno, el conocimiento nuclear no sirve de mucho sin infraestructura nuclear. Un piloto de carreras sin un coche no puede conducir. Un piloto de avión no puede volar sin un avión. Sin miles de centrifugadoras, toneladas de uranio enriquecido o instalaciones de agua pesada, Irán no puede fabricar armas nucleares.
El programa nuclear de Irán se puede revertir más allá de la propuesta actual, insistiendo en un mejor trato y manteniendo la presión sobre un régimen muy vulnerable, especialmente teniendo en cuenta el reciente colapso en el precio del petróleo.
Ahora, si Irán amenaza con dejar la mesa - y esto sucede a menudo en un bazar persa - es su regateo. Volverán, porque necesitan el acuerdo mucho más que ustedes.
Y manteniendo la presión en Irán y en los que hacen negocios con Irán van a hacer que ellos necesiten ese acuerdo todavía más.
Mis amigos, durante un año nos dijeron que no hacer un acuerdo es mejor que hacer uno malo. Bueno, este es un mal acuerdo, es un muy mal acuerdo. Estamos mejor sin el.
Ahora, nos dicen que la única alternativa a este mal acuerdo es una guerra. Eso no es verdad. La alternativa a este mal acuerdo es un mucho mejor acuerdo.
Un mejor acuerdo que no deja a Irán con una vasta infraestructura que podría poner en marcha en poco tiempo. Un mejor acuerdo que mantenga las restricciones al programa nuclear de Irán hasta que terminen sus agresiones.
Un mejor trato que no le deja a Irán un camino fácil hacia la bomba. Un mejor trato que a Israel y sus vecinos podrá no gustarle pero con el que podrían vivir. Y ningún país tiene más interés que Israel en conseguir un buen trato que termine pacíficamente con esta amenaza.
Damas y caballeros, la historia nos puso en una encrucijada del destino. Tenemos que elegir entre dos caminos. Uno lleva a un mejor acuerdo que en el mejor de los casos postergará momentáneamente las ambiciones nucleares iraníes o negociar un mejor acuerdo que evite un Oriente Medio nuclearizado.
El segundo camino, aunque difícil, podría guiarnos a un mucho mejor acuerdo que prevendría un Irán armado nuclearmente y un Oriente Medio nuclearizado y las horrendas consecuencias de ambas cosas para toda la humanidad.
No tienen que leer a Robert Frost para saberlo. Tienen que vivir para saber que el camino difícil es generalmente el menos transitado pero será el que haga la diferencia para el futuro de mi país, la seguridad de Oriente Medio, la paz del mundo, la paz que todos deseamos.
Mis amigos, enfrentarse a Irán no es fácil. Enfrentarse a un oscuro y asesino régimen nunca lo es. Con nosotros hoy está el sobreviviente del Holocausto y ganador del Nobel Elie Wiesel.
Elie, tu vida y trabajo nos inspira para darle sentido a las palabras «nunca más».
Y desearía poder prometerte Elie, que las lecciones de la historia han sido aprendidas. Sólo puedo pedir a los líderes del mundo no repetir los errores del pasado.
No sacrificar el futuro por el presente, no ignorar agresiones con la esperanza de ganar una paz ilusoria. Pero puedo garantizarte esto, los días en que los judíos nos quedábamos pasivos ante los enemigos genocidas, esos días terminaron.
Ya no estamos diseminados por las naciones, sin poder para defendernos. Restauramos nuestra soberanía en nuestro antiguo hogar y los soldados que lo defienden tienen coraje ilimitado. Por primera vez en 100 generaciones los judíos podemos defendernos nosotros mismos.
Por esto es que como primer ministro de Israel, puedo prometer una cosa más: aunque Israel tenga que plantarse solo, lo hará. Pero sé que Israel no está solo, sé que Estados Unidos está con Israel. Sé que ustedes estarán con Israel.
Ustedes están con Israel porque saben que la historia de Israel no es sólo la historia del pueblo judío sino del espíritu humano que se niega una vez y otra vez a sucumbir a los horrores históricos.
Vi arriba en la galería de la Cámara la imagen de Moisés. Moisés guió a nuestra gente desde la esclavitud a las puertas de la tierra prometida.
Y antes de que la gente de Israel entre a la tierra de Israel, Moisés nos dio un mensaje que nos ha endurecido durante años. Los dejo con su mensaje hoy: «Sean fuertes y resolutos, sin miedo o temor a ellos».
Mis amigos, Israel y Estados Unidos siempre estarán juntos. Que no temamos los desafíos que vengan. Que enfrentemos el futuro con confianza, fuerza y esperanza.
Que Dios bendiga el Estado de Israel y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América.
Gracias. Muchas gracias. Gracias a todos.
Ustedes son maravillosos.
Gracias Estados Unidos, gracias.