"Esto es una guerra", declaró el Jefe de Estado Mayor de Tzáhal, el Teniente General Benny Gantz, mientras inspeccionaba la carga de armamentos del navío Victoria en el puerto de Ashdod. "Y en una guerra no es posible tomarse ni un solo minuto para descansar".
Las naves se acercaron rápidamente. Horas antes, la marina había recibido reportes sobre Victoria, un barco de carga de 179 metros de eslora, de bandera liberiana, que había partido del puerto de Mersin, en el sur de Turquía, con Alejandría, en Egipto, como destino.
Según los informes de inteligencia del sistema de defensa recibidos varios días antes, el navío llevaba 39 contenedores de los 100 que habían sido cargados en Latakía, al oeste de Siria, la semana anterior.
Latakía es uno de los principales puertos de Siria y es además el hogar de una base naval rusa recientemente construida. Es allí donde los misiles de crucero supersónicos rusos P-800 Yakount serán presentados a finales de este año como parte de un acuerdo que Israel trató de desbaratar.
Se trata del mismo puerto donde dos buques de guerra iraníes - la fragata Alvand y el buque de abastecimiento Kharq - atracaron a finales de febrero luego de cruzar provocativamente el Canal de Suez.
Israel no ha aclarado si se trata de una mera coincidencia o si los barcos iraníes efectivamente estaban a cargo del arsenal capturado a bordo del Victoria. "Es una buena pregunta", fue todo lo que una alta fuente de la marina declaró.
Pero volvamos a la operación.
Los primeros en acercarse al Victoria fueron corbetas lanzamisiles de tipo Saar 5 de la Flotilla 3, con base en Haifa. Se pusieron en contacto con el capitán del barco de propiedad alemana por el canal de radio internacional y comenzaron un interrogatorio acerca de su punto de partida y destino previsto. Entonces, un oficial de marina le comunicó que su barco estaba bajo sospecha de transportar carga ilegal y le solicitó autorización para llevar a cabo una inspección a bordo. "Sí", dijo el capitán, "Le diré a los ingenieros que detengan el buque".
Pasaron unos pocos minutos antes de que las veloces lanchas con comandos armados de la Flotilla de 13 se detuvieran al lado del Victoria, de donde les arrojaron una escalera para que pudieran subir a bordo.
Sin saber qué esperar, los comandos procedieron a abordar el buque, listos para entrar en acción ya que temían encontrar en cubierta combatientes iraníes o incluso miembros de Hamás. Ordenaron a la tripulación del buque que se ubicara en el puente para luego comenzar a examinar los certificados de carga.
Liderados por el comandante de la Flotilla de 13, el Capitán S - un oficial calvo, de baja estatura pero de aspecto serio -, los comandos aparentemente sabían lo que estaban buscando. De los 39 contenedores subidos al Victoria en Latakia, se suponía que tres iban a ser descargados en Alejandría.
De acuerdo con los certificados de su carga, los tres llevaban lentejas y algodón, pero cuando los comandos logaron ubicarlos en el piso superior, los hallaron cerrados con grandes candados, no del tipo de los que se usan para cargas normales. Después de abrirlos a la fuerza, los comandos hicieron a un lado las primeras filas de sacos y descubrieron una serie de cajas, cada una de ellas con una etiqueta con la leyenda "Made in Britain".
Las primeras contenían granadas de mortero de distintos tamaños, así como munición regular. Pero el Capitán S. conocía la verdadera razón por la cual él y sus comandos habían sido enviados 350 kilómetros al interior del Mediterráneo en medio de la noche, y no era precisamente por unos morteros.
"¡Abran la puerta trasera de los contenedores!", ordenó a sus hombres. Fue entonces que los comandos pudieron ver dos grandes tubos de aspecto metálico, cada uno con un misil de cuatro metros de largo conocido en Irán como Nasr-1 y en China como C-704, un misil anti-buque muy sofisticado.
Luego de ser descargados los contenedores en el puerto de Ashdod, la marina descubrió que llevaban seis cohetes C-704 y dos radares de fabricación británica que se utilizan para guiarlos.
Con un alcance de 35 km. y una ojiva de 130 kg., capaz de hundir buques de 1.000 toneladas, los misiles - una vez llegados a la Franja de Gaza - habrían obligado a la marina israelí a cambiar el modo de sus operaciones. En la actualidad opera a pocos kilómetros de la costa; eso ya no hubiera sido posible.
A pesar de que la marina logró detener este envío, es probable que ocurran más intentos. Ya que existe la posibilidad de que algún día estos misiles logren abrirse paso hacia la Franja de Gaza, la marina trabaja incansablemente para desarrollar sistemas adecuados para sus pequeñas lanchas de patrulla Dvorá que, a diferencia de los buques de mayor tamaño de tipo Saar 5, no cuentan con sistema de defensa antimisiles.
El hecho de que estos cohetes fueran interceptados en camino a Gaza muestra la audacia de Hamás y de Irán como así también la posibilidad de que Mahmoud Ali Mabhouh, quien operó como el principal contrabandista de armas de Hamás hasta su asesinato en enero de 2010 en Dubai, haya sido sustituido.
Al mismo tiempo, la ruta elegida - Siria a Egipto - además debe plantear el problema acerca del papel que el Desierto de Sinaí habrá de jugar en futuras estrategias del tráfico de contrabando. Irán, según cree Israel, trabaja actualmente para establecer nuevas infraestructuras terroristas y de contrabando para, de ese modo, incrementar la cantidad de material con destino a Gaza.
Por otra parte, el uso de la ruta del Sinaí podría significar que Irán está sintiendo la presión en otros lugares, principalmente en el Mar Rojo, a través del cual se cree que los buques navegan desde el puerto de Bandar Abbás, controlados por la Guardia Revolucionaria iraní, hacia Eritrea y Sudán. El armamento se transporta luego a través del Sinaí hasta el corredor de Filadelfia, donde se completa el contrabando por medio de alguno de los cientos de túneles abiertos en la Franja de Gaza.
Algunos informes señalan que la ruta marítima es la preferida por Irán al ser tan vasta y extremadamente difícil de rastrear. En 2010, la marina examinó cientos de buques que navegaban por el Mediterráneo y se embarcó en una docena de ellos. La OTAN, Estados Unidos y los buques de la FPNUL han investigado otros miles.
El hombre responsable del contrabando de armas es el General Qassem Suleimani, comandante de la Fuerza al-Quds de la Guardia Revolucionaria iraní. Fundada a comienzos de la década de 1990 para operar en secreto fuera de Irán, la fuerza actúa como una unidad de élite que responde directamente al líder supremo, el ayatolá Ali Jamenei. Su misión principal es exportar la revolución fuera de Irán.
No se sabe mucho acerca de Suleimani pero se cree que desempeñó un papel clave en el envío de misiles de largo alcance a Hezbolá en los años anteriores a la Segunda Guerra del Líbano en 2006.
Según las agencias de inteligencia occidentales, miles de agentes operan bajo Suleimani, quien se desempeña como comandante desde 1998; la mayoría de ellos son iraníes y el resto de otras nacionalidades. El denominador común es su conocimiento del árabe y una devota e incondicional entrega a la revolución.
El primer comandante de la Fuerza al-Quds, el General Ahmed Vahidi, obtuvo el mayor de los éxitos de Irán hasta la fecha para exportar la revolución: Hezbolá. En agosto de 2009, se convirtió en ministro de Defensa, poco después de dictarse una orden de extradición internacional en su contra por su participación en el atentado contra la AMIA en 1994.
Al asumir Suleimani el cargo, el foco aún estaba puesto en Hezbolá y también en Hamás. Después del fin de la Segunda Guerra del Líbano, Irán comenzó a enviar su asistencia de forma regular e incluso estableció centros de entrenamiento en Irán para sus combatientes.
Suleimani también trabaja con países africanos.
En octubre, dos de sus agentes fueron hallado en Nigeria, donde presuntamente intentaban introducir armas de contrabando en Gambia. El embarque fue catalogado como transporte de materiales de construcción, pero en su lugar se encontraron proyectiles de 107 mm., granadas de mortero de 1210 mm. y armas ligeras.
La dificultad para localizar e identificar envíos de armamentos no puede ser subestimada. Miles de barcos viajan a través del Mar Rojo y el Mediterráneo, y corresponde a los servicios de inteligencia israelíes el identificar los tres o cuatro contenedores que transportan armas de contrabando.
"Esto es una guerra", declaró el Jefe de Estado Mayor de Tzáhal, el Teniente General Benny Gantz, mientras inspeccionaba la carga del Victoria en el puerto de Ashdod. "Y en una guerra no es posible tomarse ni un solo minuto para descansar".
Fuente: Jerusalem Post - 21.3.11
Traducción: www.argentina.co.il