Sus señores le enseñaron: la tierra se consigue con dinero.
Se compra el papel y con él metemos la pala.
Y digo: la tierra no se compra con dinero.
Y con la pala cavamos y sepultamos los muertos.
Y digo: la tierra se conquista con sangre.
Y sólo la tierra que se conquista con sangre es sagrada para el pueblo.
De «Una verdad y no dos» de Uri Zvi Greenberg, poeta, periodista y político que inspiró a grupos de combatientes clandestinos del revisionismo judío de derecha, Etzel y Leji, como parte de la lucha por la independencia de Israel.
Proyectando la imagen de un frustrado director de reformatorio de jóvenes violentos, John Kerry, canciller de EE.UU, advirtió a israelíes y palestinos por la presente escalada de violencia y llamó a las partes a calmar los ánimos. Pero, casi sin prestar atención y con mucha intuición, agregó una sabia perspectiva. Este espiral conflictivo muy bien puede ser interpretado como una degustación del menú previsto para el trágico festín que se está gestando: un Estado binacional [1].
Netanyahu, en la suya, continúa pertinaz en su política y fiel a su derrotero. En su comparecencia en la Comisión de Exteriores y Seguridad del Parlamento israelí confesó que «no quiero un Estado binacional, pero Israel debe dominar todo el territorio de Cisjordania por tiempo indeterminado» [2]. Conclusión: En la visión de Bibi el Estado judío se reafirma como apartheid.
Dejando de lado aquellas críticas de sectores opositores al actual gobierno, vale la pena señalar algunos párrafos de un par de notas de vástagos de la conocida «familia combatiente». Este clan es sangre de la sangre del revisionismo sionista, esa corriente ideológica de la que Bibi mamó desde su infancia y que fue la base del partido Likud que hoy gobierna Israel.
Dice Avishai Katz, general retirado del Ejército de Israel: «Soy la sexta generación en Israel. Mi abuelo fue uno de los fundadores de la ciudad Petaj Tikva. Mi padre y su hermano fueron terroristas, miembros del grupo Etzel. Mi padre estuvo fue encarcelado por los ingleses durante 4 años en Akko».
«Pese a mi pasado militar, no puedo reprobar el terrorismo palestino que proviene de Cisjordania. Si lo haría, denegaría el legado de mi padre y su hermano, miembros de la organización militar clandestina Etzel, que fue la semilla de la cual surgió el movimiento Herut que se convirtió en el Likud, que hoy se retracta de su pasado».
«No puedo entender a Netanyahu, que se enorgullece del legado de su padre, el historiador, capaz de desentenderse con tal ceguera del terror palestino que pretende crear una Estado independiente. Tal vez, por ese temor, inventa una historia que él no está dispuesto a reconocer, y todavía es la realidad» [3].
En los mismos días, Zehava Ahimehir, hija de Abba Ahimehir, uno de los principales fundadores e ideólogos del movimiento revisionista judío en Israel, también no ahorró palabras para criticar a Bibi. «Hoy veo con mucha preocupación la conducción errónea y peligrosa de líderes de derecha, hijos de conocidos revisionistas».
«Cuando un preso palestino protestó por su detención administrativa sin juicio por medio de una huelga de hambre que puso en peligro su vida, retornó a mi memoria el recuerdo de mi difunto padre, que luchó contra el invasor inglés durante el Mandato (1917-1948). Exactamente igual al preso palestino, también mi padre protestó por su detención sin juicio por medio de una huelga de hambre que hizo peligrar su vida».
«Mi padre, Abba Ahimehir, escritor y periodista, junto a sus camaradas, el Dr. Yehoshúa Yabín y el poeta Uri Zvi Greenberg, fueron los primeros que llamaron a luchar contra el invasor inglés. Ellos fundaron el Brit Habirionim. Sus discípulos crearon los grupos clandestinos Etzel, Leji y Haganá, que llevaron adelante una guerra terrorista pagando por ello con arrestos, detenciones prolongadas y también la horca».
«Hoy se dio vuelta la torta de la historia. Israel se convirtió en un Estado conquistador, conducido por el poder de la fuerza, humillación, usurpación, torturas, detenciones, profanación de mezquitas e iglesias, incitación al racismo, deshumanización del pueblo palestino que oprime y desprecia su vida».
«Conociendo los principios morales de mi padre y sus camaradas, especialmente su guía y líder, Zeev Zabotinsky, estoy segura que ellos hubiesen condenado la vergonzosa conducta de la sociedad israelí y hubiesen luchado con toda su fuerza contra esa ceguera, negación, torpeza moral y pérdida de conciencia humana del primer ministro y su allegados, que traicionan el legado de sus padres y conducen a la sociedad israelí y al Estado de Israel a una siniestra tragedia y catástrofe moral y existencial» [4].
Pareciera que la asignación de conceptos como «terrorismo» o «lucha por liberación naciona»l está muy influenciada por las gafas del observador y las herramientas de la causa.
[1] «Ola de violencia: degustación de un Estado binacional»; Ynet; 28.10.15.
[2] «Netanyahu: No quiero un Estado binacional»; Haaretz; 26.10.15.
[3] «Traicionan el legado del Likud»; Avishai Katz; Haaretz; 20.10.15.
[4] «Zabotinsky y mi padre se avergonzarían de Netanyahu y sus amigos»; Zehava Ahimehir; Haaretz; 28.10.15.