Las relaciones entre la Unión Europea (UE) e Israel se vieron afectadas esta semana luego de que el bloque comunitario adoptó el etiquetado de los productos procedentes de los asentamientos judíos en los territorios palestinos ocupados, algo criticado por las autoridades israelíes, que anunciaron una serie de represalias diplomáticas.
La medida de la UE, que se produjo después de años de trabajo y meses de dilaciones, subraya el descontento del bloque por la continua expansión de Israel de los asentamientos en los territorios que los palestinos buscan para su futuro Estado.
La instrucción obliga a los estados miembro a señalar la procedencia en las etiquetas de los productos elaborados en los asentamientos israelíes y a no poner que provienen de Israel. Se refiere a los bienes producidos en los territorios ocupados en 1967 en la Guerra de los Seis Días, que incluye Cisjordania, Jerusalén Este y el Golán, ya que en Gaza no hay colonias.
La medida tiene que ver con que la UE considera que los territorios ocupados no forman parte del territorio soberano de Israel, pero, según este organismo, la implementación de dicha norma no se trata de una medida política, ni de un boicot. En consecuencia, todo lo que provenga de los asentamientos no puede ser etiquetado como producto hecho en Israel.
La UE, donde Israel disfruta de un régimen arancelario preferencial, asegura que - por lo que se ve en Reino Unido, Bélgica y Dinamarca, donde rige ya la norma - la medida no afectará negativamente el comercio con Israel; en los últimos dos casos incluso aumentó. La comunidad europea importa de Israel productos por 13.000 millones de euros y exporta por 17.000 millones. Los productos de los asentamientos se calculan en menos del 1% del valor total del comercio de la UE con Israel.
Ahora que se implemente el etiquetado, los consumidores europeos podrán leer en la etiqueta de los productos si fueron producidos en los asentamientos judíos. Israel teme que las etiquetas se conviertan en un estigma político. Por eso, el gobierno hebreo convocó en forma instantánea al embajador de la UE en Tel Aviv, Lars Faaborg-Andersen, para pedirle explicaciones y reprocharle la aprobación de la norma, con una nota de Netanyahu, que iguala la medida a las normas antisemitas del nacionalsocialismo alemán.
«No hay duda de que el principal propósito es ejercer presión política en Israel», afirmó la cancillería israelí y rechazó el carácter «técnico» de la resolución.
Bibi se quejó de la decisión y negó que tenga que ver con los asentamientos ni los terrritorios. «Tenemos memoria histórica de lo que pasó cuando Europa etiquetó productos judíos». La UE debería avergonzarse. La decisión demuestra la hipocresía y la doble moral del bloque comunitario. Es intolerable que Israel sea el único país individualizado para esta política, a pesar del hecho de que hay más de 200 territorios disputados en el mundo. La legislación fue promovida por organizaciones anti israelíes», afirmó.
Israel, por su parte, suspendió algunos diálogos diplomáticos con la UE en represalia por la decisión del bloque. La inusual medida del gobierno de Bibi atañe a una serie de encuentros bilaterales programados para las próximas semanas sobre relaciones con los palestinos, derechos humanos y proyectos que organizaciones internacionales realizan en la Cisjordania bajo control administrativo y de seguridad del Estado hebreo.
Además, Israel considera que las normas de etiquetado ayudarán a la idea de boicotear sus productos y advirtió que este paso afectará negativamente a las relaciones con la UE, a la solución de dos Estados y a la situación económica de miles de familias de los 30.000 palestinos que trabajan en los asentamientos.
Sobre este tema, la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) destacó como correcta, pero insuficiente la directriz aprobada por la UE, según comentó un portavoz de la institución.
«Consideramos el etiquetado como un paso en la dirección correcta. Sin embargo, creemos que es insuficiente por cuanto los productos de los asentamientos, hechos con recursos naturales de tierras robadas, constituyen un crimen de Guerra y deben ser prohibidos y no simplemente etiquetados», dijo el vocero Xavier Abu Eid.
Mientras tanto, líderes de la sociedad civil palestina también apoyaron la medida, que será de cumplimiento obligatorio en todos los países comunitarios.
Mahmud Nawajaa, coordinador general del Comité Nacional palestino del movimiento BDS, que promueve el boicot, la desinversión y sanciones a Israel, consideró que «es un signo positivo que los gobiernos europeos reaccionen a su opinión pública, a las campañas de la sociedad civil y a la intransigencia israelí».
Nawajaa agregó que «la medida se queda corta especialmente dado el extendido uso de métodos fraudulentos por parte de exportadores israelíes para engañar a funcionarios de aduanas y cadenas comerciales sobre el origen de sus productos robados».
Entretanto, el presidente palestino, Mahmud Abbás, instó a los países de América del Sur a tomar las mismas medidas que la UE adoptó sobre el etiquetado de productos procedentes de las colonias israelíes en Cisjordania.
«La UE considera que los territorios ocupados no forman parte del territorio soberano de Israel y que por ende todo lo que provenga de los asentamientos no puede ser etiquetado como productos hechos en Israel», afirmó Abbás durante la IV Cumbre de América del Sur y Países Árabes (ASPA), celebrada en Arabia Saudita.
Abbás recordó que hay comunidades de origen palestino en América Latina que pueden desempeñar un papel muy importante para desarrollar las relaciones entre los países árabes y Latinoamérica y así impulsar el intercambio comercial y cultural entre ambos bloques que se libere del control israelí.