"Sharika", llamó Shimón Peres a la cantante colombiana Shakira en una rueda de prensa conjunta - y ante las sonrisas de los presentes - en el Foro de Conferencias auspiciado por el Presidente de Israel, bajo el título "Enfrentando el mañana".

La renombrada artista llegó esta semana a Jerusalén junto a su novio, el jugador del F.C. Barcelona, Gerard Piqué para participar en el evento.

Peres argumentó enseguida que se había confundido porque pretendía establecer un paralelismo entre el nombre de la intérprete y dos palabras en árabe que significan "gracias" y "belleza".

Shakira dijo que su deseo es ver al mundo funcionando como un equipo, tal y como lo hace el Barça, para ganar el partido contra la discriminación, la desigualdad y la falta de oportunidades. Además, señaló que lo bueno con la educación es que no hacen falta cincuenta o cien años para ver los resultados, sino que se pueden observar todos los días de forma inmediata.

A los 88 años (¡hasta 120!), Peres puede confundirse al pronunciar tal o cual nombre, pero su iniciativa, a la que acudieron 1.700 invitados de todo el mundo incluyendo líderes políticos y expertos en ciencias, cultura, economía, educación, así como filántropos, y que abordó entre otros asuntos, estrategias para garantizar el desarrollo de la educación infantil, es realmente de admirar.

El Instituto Peres para la Paz tiene firmado sendos acuerdos de colaboración tanto con la Fundación F.C. Barcelona como la fundación de Shakira, "Pies Descalzos", destinadas a promover la educación y formación de los niños en valores como el deporte y por medio de él.

Shakira y Piqué visitaron además una escuela bilingüe judeo-árabe donde el ambiente de los alumnos era de ilusión y exaltación máximas. Gran parte de ellos lucían camisetas del Barça mientras cantaban y bailaban el Waka Waka junto a la diva colombiana.

En lo que respecta a nuestro presidente, sólo cabe agregar: "¡Salud Pimon Sheres! ¡Vida larga! Y brindarle una palma de salvas.