La agenda de Bibi no está tan llena como aparenta. A los palestinos no los ve. Con los asistentes sociales que están de huelga no quiere encontrarse. Las fiestas con Mubarak en Sharem se acabaron. Los padres de Guilad Shalit que viven en una carpa pegadita a su casa lo ven sólo por la tele. La mayoría de los líderes del mundo escuchan su nombre y miran para otro lado. ¿Qué hacer con tanto tiempo libre? Nada mejor que cenar con Sarah Palin. Cuando uno está en dificultades es cuanto más necesita rodearse de buenos amigos, especialmente si el nivel intelectual y analítico de éstos - o estas - es de tal envergadura que puede aportar soluciones a cualquier cosa. En tal situación una Sara no es suficiente; mejor dos, y si la segunda es Palin, mejor todavía.
La posible candidata a la presidencia de EE.UU llegó esta semana a la cena con los Netanyahu con las respuestas a todos los problemas, las cuales ya han sido archivadas en los anales de la historia y que ella no deja de repetir cada vez que se da la ocasión..
Si Bibi le preguntó sobre política exterior, Sarita respondió: "Los líderes de EE.UU enviaron a los soldados a Irak para llevar a cabo una tarea ordenada por Dios". Si fue interrogada sobre el medio ambiente, dijo: "El calentamiento global no lo han producido los seres humanos. Es Dios que nos está abrazando más fuerte". Si Bibi quiso hablar de la crisis económica, la ex gobernadora de Alaska le dio a entender que: "Si Dios no quisiera que comiéramos animales, ¿cómo es que los hizo de carne?"
Tampoco debemos olvidar la filosofía y la concepción humanista, materias tan destacadas en el credo de esta "súper iluminada" a la cual Bibi le dedicó toda una velada. Cuando fue electa "Señorita Alaska" le preguntaron: ¿Si usted pudiera vivir para siempre, cómo lo haría y por qué? Sarah no dudó en contestar: "Yo no viviría para siempre, porque no deberíamos vivir para siempre, porque si se supusiera que debiéramos vivir para siempre, entonces viviríamos para siempre, pero no podemos vivir para siempre, que es por lo cual yo no viviría para siempre". Una vez que el animador descifró el enigma y consiguió recuperar el conocimiento, la volvió a cuestionar: "¿Usted cree que todas las mujeres bonitas son tontas?", a lo que ella respondió: "No, también hay feas que son tontas".
Lo dicho; en momentos de soledad, ni palestinos, ni asistentes sociales, ni líderes del mundo. Si Bibi lo necesita, tráiganle a Sarita.