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¿Ser o no ser?

El tema central para Israel y EE.UU es éste: ¿Puede Irán ser detenido con un ataque preventivo, o debemos esperar hasta que lance - o amenace con lanzar - un cohete nuclear contra Israel, o detone - o amenace con detonar - «maletas-bombas» en ciudades estadounidenses?

Esta semana, en la edición del diario «Israel Hayom», el ex diplomático israelí Yoram Ettinger escribe sobre la historia de ataques preventivos que no se materializaron y las consecuencias de esperar a ser atacados antes de actuar.

Ettinger cree que la renuencia en ordenar un ataque preventivo contra las instalaciones nucleares de Irán «es perjudicial, ignora los precedentes, le hace el juego a Irán y amenaza la existencia de Israel» porque da la impresión de «dudas, escepticismo y fatalismo, encaminado a eliminar lo preventivo y dando por sentado que Israel puede coexistir con un Irán con armas nucleares», que claramente no puede ser, al igual que Estados Unidos no hubiese podido coexistir con Cuba cuando la Unión Soviética puso cohetes nucleares allí durante la presidencia de Kennedy.

El continuo problema para Estados Unidos es que todas las administraciones modernas han creído equivocadamente que lo que Israel y Estados Unidos hagan o no hagan puede desviar los objetivos anunciados de los líderes radicales árabes y musulmanes.

La historia y consecuencias de la renuncia estadounidense e israelí en los ataques preventivos ha sido narrada por Ettinger. He aquí dos de varios ejemplos: 5 de octubre de 1973: La primera ministra Golda Meir, rechazó la opción de un ataque preventivo contra Egipto y Siria que estaban movilizándose. Golda no quería aparecer como agresora y dañar los lazos con EE.UU, que presionaba a Israel para que no hiciera nada, probablemente por miedo a que la incendiaria situación se inflamase. Después de la resultante Guerra de Yom Kipur, muchos vieron el costo de esperar como mayor de lo que hubiese sido si Israel hubiese atacado antes.

En junio de 1981, el primer ministro Menajem Begin, consideró un ataque preventivo contra el reactor nuclear de Irak. Muchos de los líderes militares y de inteligencia en Israel se oponían. Begin llegó a la conclusión que el costo de la contención sería mucho mayor que el costo de la acción. El ataque aéreo sorpresivo de Israel destrozó el reactor nuclear que estaba construyéndose cerca de Bagdad. El Consejo de Seguridad de la ONU denunció el ataque y el presidente Reagan emitió denuncias «pro forma» sobre las acciones de Israel, aunque hubo reportes de que Reagan las aprobaba tácitamente. Los resultados fueron favorables para Israel y Estados Unidos, demorando más acciones contra Saddam Hussein hasta la Guerra del Golfo en 1991 y su derrocamiento definitivo en 2003.

Ahora Israel y Estados Unidos se enfrentan a otra posibilidad: un ataque preventivo que atrasaría, o destrozaría, la capacidad nuclear de Irán, o esperar para ver qué pudiera suceder.

¿Hay alguien que niegue el desastre que pudiera ocurrir si Irán tuviese un arma nuclear y la capacidad de dispararla contra objetivos en Israel y Estados Unidos?