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Entre Mark e Inodoro

Este semana Mark Zuckerberg añadió un «evento vital» en su «timeline» de Facebook. Al mismo tiempo, Priscilla Chan, su novia desde la Universidad, hizo lo mismo. Se casaron. También colgaron la misma foto de su boda en el jardín de su casa en Palo Alto, California.

¡Vaya semanita para ambos! El lunes, el fundador de Facebook cumplió 28 años y Chan se graduó en Medicina. El viernes, la red social salió a Bolsa y Zuckerberg se convirtió en una de las personas más ricas del mundo. El sábado, algo menos de un centenar de amigos y familiares fueron invitados a su casa para festejar la semana y, en particular, la graduación de la chica.

La sorpresa para la mayoría fue descubrir que, en realidad, se trataba de una ceremonia de matrimonio. Chan, china-americana, apareció con un vestido de boda tradicional, con velo incluido, y Zuckerberg se puso un esmoquin, algo inusual para el joven que a principios de este mes fue con una simple camiseta a presentar su compañía a los grandes inversores de Wall Street.

La pareja se conoció en Harvard mientras hacían cola para ir al baño. ¿Será que en esa pobre y conservadora Universidad no hay baños separados para damas y caballeros? Llevan nueve años juntos y un par compartiendo una casa de cuatro dormitorios en San Francisco; dos para ella, dos para él. Tienen un perro llamado Beast, un pastor húngaro que también tiene página de Facebook y cuyas fotos son fondo de pantalla habitual de la pareja.

Priscilla, que quiere dedicarse a la pediatría, también suele aparecer en sus fotos con camiseta y a veces en el suelo, jugando con el perro.

El debut bursátil de Facebook disparó la cuenta de Zuckerberg. Ahora mismo sólo hay 28 hombres más ricos que él en todo el mundo. Al cierre de Wall Street el viernes, su fortuna rozaba los 19.300 millones de dólares.

Pero el fundador de Facebook siempre insistió en que no le importa el dinero. Zuckerberg, hijo de un dentista de una pequeña ciudad al norte de Nueva York, repite que quiere un coche cómodo, pero no ostentoso, y lleva una vida sencilla, con pocos amigos. Juega al hockey de vez en cuando y se va de vacaciones un par de semanas al año con Priscilla.

Y uno, que no es envidioso, pregunta: ¿Si Mark se casó con la chica de su vida, a la cual conoció hace nueve años atrás, qué necesidad tenía de crear una red social gigantesca para entrometerse en la vida de millares de personas en todo el mundo?

La respuesta a ese enigma la proporcionó hace tiempo el gran humorista argentino, Roberto Fontanarrosa, en su tira «Inodoro Pereyra, el renegau», en un inolvidable diálogo que publicó el «Negro» entre Inodoro y su amigo Mendieta: 

«Dígame don Inodoro», pregunta Mendieta, «¿Usté está con la Eulogia por alguna promesa especial?». A lo que Inodoro responde: «Mendieta; uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se casa con la que le da pelota».