Isaac Newton no es que el más grande genio científico de todos los tiempos viajó a la tierra de Netanyahu, pero sí se encuentran algunos de sus manuscritos resguardados en la Biblioteca Nacional de Israel, y ahora, gracias al esfuerzo que relata Aharón Heller, están disponibles en versión digitalizada para todos los interesados en ellos.
A quien se le debe la gran síntesis del conocimiento físico de su época plasmada en los «Philosophiae Naturalis Principia Mathematica» (Londres 1687), el desarrollo del cálculo diferencial e integral y una de las primeras descripciones modernas de la naturaleza de la luz (Opticks, Londres 1704), además de la invención de un nuevo tipo de telescopio que se asocia a su apellido, también le interesaron temas a los cuales no se les puede calificar de científicos.
Dice Heller: «También fue un influyente teólogo que aplicó un enfoque científico para el estudio de las Escrituras, el hebreo y el misticismo judío». Así se pueden ver títulos tales como «La cronología de los antiguos reinos», «Los sincronismos de las tres partes de la interpretación profética», «Catolicismo Romano y profecía», por mencionar algunos de los que ahora ofrece en consulta virtual la Biblioteca Nacional de Israel, materiales que pertenecieron a la colección del profesor Abraham Shalom Yehuda (1877-1951), quien los adquirió en una subasta de la afamada casa Sotheby's realizada en 1936.
De esta faceta de Newton escribió Antonio Escohotado en el estudio preliminar de la edición canónica de los «Principia» en castellano: «El primer gran positivista es un puritano devoto del ocultismo, irresistiblemente atraído hacia la teología especulativa. Laplace y especialmente Biot pretendieron considerar estas inquietudes extracientíficas como un rasgo de demencia senil en Newton».
En la colección resguardada en Israel, que comprende cerca de 7.500 páginas de puño y letra de quien además fungiera como Guardián de la Casa de Moneda Real, también se encuentra el texto producto de la «conspiración» entre Halley y Newton para publicar la obra «Historia Coelestis» de sir John Flamsteed, quien fuera designado como el primer Astrónomo Real.
La digitalización de los papeles de Newton fue posible gracias al generoso apoyo de la Fundación de la Familia de David y Fela Shapell.