El Gobierno colombiano pidió ayuda a cuatro países, entre ellos Israel, para fortalecer su sistema de seguridad informática tras la denuncia de que dos correos personales del presidente Juan Manuel Santos fueron espiados, afirmó el ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón.

El ministro manifestó en una rueda de prensa que Santos conocía desde hace varios días la interceptación de su correo personal y le había manifestado su «preocupación» por este hecho que Pinzón consideró «un tema delicado».

«Hoy puedo contar que incluso le pedimos de manera específica a cuatro países amigos que nos envíen algunos de sus mejores expertos en estos temas para entrar a evaluar. Se lo pedimos a Israel, España, Reino Unido y Corea del Sur», manifestó Pinzón.

Según el ministro, esos países «tienen una alta sofisticación en estos temas» y se les pidió ayuda para que Colombia pueda ser más efectiva «en estos hechos cambiantes de la tecnología» especialmente en materia de investigación, pero sobre todo para «fortalecer capacidades».

La cuenta personal de Santos fue interceptada ilegalmente pero hasta el momento no hay indicios claros de quién podría estar espiando al mandatario, según publicaron medios locales citados por «Haaretz».

En los correos espiados se tratan asuntos personales, uno de los cuales se refiere a un posible negocio de obras de arte que finalmente no se concretó, y el otro es sobre los giros hechos por Santos para cubrir la matrícula de su hija, María Antonia, que estudia en una universidad del exterior.

Pinzón agregó que conversó con el mandatario colombiano «precisamente para entrar a investigar y analizar esa situación, para tratar de identificar el origen de un hecho como este».

La prioridad, agregó, es «fortalecer la seguridad para detener cualquier intención contra el presidente de la República».

Según la investigación, en la sefe gubernamental se extremaron los protocolos de seguridad del jefe de Estado y de otros altos funcionarios de su Ejecutivo para evitar nuevas intervenciones.

De acuerdo con «Haaretz», la denuncia del ministro se suma a la hecha por la revista colombiana «Semana» a principios de febrero, cuando desató una controversia en Colombia luego de revelar que al menos tres miembros del equipo negociador del Gobierno en las tratativas con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) fueron espiados por militares.

«Semana» indicó que la intercepción de correos electrónicos fue hecha por la unidad de inteligencia militar, denominada «operación Andrómeda», que funcionaba en un restaurante y un centro de informática en un sector comercial de Bogotá.

Santos señaló inicialmente que el espionaje puede obedecer a maniobras de «fuerzas oscuras» que supuestamente pretenden sabotear las negociaciones entre su Gobierno y las FARC.

Sin embargo, matizó sus palabras cuando el Ejército le confirmó que desde esa fachada sí se realizaban tareas encubiertas, aunque sin efectuar un espionaje ilegal.

Aunque no se confirmó si los negociadores, además de varios periodistas internacionales que cubren las negociaciones y algunos líderes de izquierda, fueron espiados o no, el Gobierno tomó las primeras decisiones sobre el caso.

Los principales jefes de inteligencia militar fueron relevados de sus cargos, mientras que la investigación quedó en manos de la Fiscalía General.

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