Diplomáticos extranjeros y funcionarios del Gobierno de Jordania temen que el grupo terrorista ISIS (siglas en inglés de Estado Islámico de Irak y Siria), vinculado a Al Qaeda, y sus seguidores, cuyo número creció significativamente, estén ganando terreno en el reino hachemita.
El Gobierno jordano, así como el de Estados Unidos y el de Israel expresaron sus temores sobre la capacidad del país, un importante aliado en la región, de mantenerse estable, mientras que las facciones extremistas operan a lo largo de dos de sus fronteras.
A principios de la semana pasada, las tropas jordanas fueron enviadas a la línea divisoria con Irak reforzando sus defensas con convoyes de tanques, efectivos y lanzadores de cohetes, ya que los insurgentes sunitas del ISIS se hicieron con el control del puesto fronterizo oficial en el lado iraquí.
Jordania, cuya Dirección General de Inteligencia trabaja en estrecha colaboración con Estados Unidos, es considerada como un «tapón» esencial entre Irak y Siria, históricamente tumultuosos, e Israel.
El presidente norteamericano, Barack Obama, trató de garantizar que este status quo permanezca, proporcionando 5.000 millones de dólares para un fondo de lucha contra el terrorismo en los países en las líneas del frente.
Sin embargo, la verdadera amenaza a la monarquía gobernante en el reino hachemita la representan no los extremistas que están fuera del país, sino sus simpatizantes que están dentro. En Jordania, las conquistas del ISIS en Irak están inspirando a las facciones radicales de la sociedad de mayoría sunita del país, que simpatizan con la ambición del grupo para deponer al primer ministro de Irak, Nouri al-Maliki, y el Gobierno dominado por los chiítas.
«El ISIS está siendo visto como un protector de la identidad sunita», afirmó hoy el ex director del Consejo de Seguridad Nacional israelí, Yaakov Amidror, en una entrevista con la radio militar hebrea Galei Tzáhal.
«Antes de que el ISIS se trasladara a Irak, cuando operaba principalmente en Siria, hubo poco apoyo para este subgrupo de Al Qaeda en Jordania, ya que los jordanos lo asociaban con una serie de atentados que sacudieron la ciudad de Ammán en 2005, matando a decenas de personas», explicó.
«No obstante, desde que los radicales del ISIS se trasladaron a Irak y forjaron una alianza con las tribus sunitas locales y remanentes baazistas del régimen de Saddam Hussein, la percepción de los insurgentes por la población jordana empezó a cambiar. El número de sunitas en Jordania que se suscriben a las ideas extremistas del ISIS está aumentando a pesar de los esfuerzos del Gobierno jordano para apaciguar los sentimientos extremistas. El número de ciudadanos que se une a luchar con los grupos vinculados a Al Qaeda se triplicó desde la década de 1980», agregó.
«Ellos se sienten atraídos por el nuevo poder del ISIS. La gente lo venera ahora», aseveró Amidror, y estimó que hoy en día hay aproximadamente 1.200 yihadistas jordanos luchando en el ISIS y Jabhat Al-Nusra, rama de Al Qaeda en Siria.
Según el ex funcionario de seguridad israelí, muchos de esos yihadistas jordanos vienen de la ciudad de Maan, una localidad pobre y oprimida que está ubicada en el desierto del sur. «En los últimos tres años, muchos de sus residentes expresaron su apoyo a Jabhat Al-Nusra. Pero en las últimas semanas cambiaron su lealtad al ISIS», añadió.
Amidror explicó la popularidad del ISIS por el estado de la economía local. «No hay oportunidades de trabajo allí. Las enseñanzas y las canciones de los yihadistas salafistas son muy atractivas. Todos esos jóvenes sin empleo y con un bajo nivel educativo, son fácilmente persuadidos por ellos», señaló.
Últimamente, el apoyo a los extremistas se vio acompañado por un aumento de los enfrentamientos entre los lugareños y las fuerzas gubernamentales, tras los cuales cuatro personas murieron y hasta 200 fueron heridas. Mientras que el número de redadas nocturnas de la Policía en las casas de la ciudad va en aumento, los seguidores del ISIS en Jordania siguen centrados en el objetivo de derrocar a los líderes chiítas en Irak y Siria. Sin embargo, los residentes de Maan advierten que ello cambiará si Estados Unidos apoya a Al Maliki en la lucha contra el ISIS.
Según Amidror, si Jordania ayuda a Estados Unidos en Irak, la monarquía hachemita se convertiría en un blanco legítimo para el ISIS.
«La población de Maan está en contra de cualquier participación norteamericana en Irak. Si esto sucede, veremos represalias. Bombas suicidas podrían comenzar a estallar en Ammán una vez más», recalcó.
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