El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, advirtió que cualquier intervención en la crisis de Irak debe evitar un aumento de la influencia de Irán tanto en ese país como en la escena internacional.
En declaraciones a la cadena norteamericana NBC, Netanyahu dijo que «lo que se ve hoy en Oriente Medio, en Irak y en Siria es el odio visceral entre los chiítas radicales, en este caso liderados por Irán, y los sunitas radicales encabezados por Al Qaeda, el EIIL (Estado Islámico de Irak y el Levante) y otros».
«Ambas partes son enemigas de EE.UU, y cuando los enemigos de uno se baten entre sí, no hay que fortalecer a ninguno, hay que debilitar a los dos», agregó.
«Por lejos, el peor resultado sería que una de estas facciones, Irán, surgiera con capacidad de producir armas nucleares. Eso sería un trágico error, haría que todo el resto fuera nada en comparación», señaló Netanyahu.
Asimismo, el mandatario hebreo estimó que hay que «tomar las medidas necesarias para impedir que el EIIL tome el control de Irak, y evitar que Irán domine a Irak de la forma que lo hace en Líbano y Siria».
Israel teme que EE.UU ceda terreno a Teherán en las conversaciones sobre su programa nuclear militar para lograr que Irán intervenga en ayuda del primer ministro chiíta iraquí, Nuri al-Maliki.
«A diferencia de los morteros y las ametralladoras, capaces de matar a miles de personas; a diferencia de las armas químicas, capaces de matar a decenas de miles de personas; las armas nucleares pueden matar a millones de personas, por lo que deben evitarse a toda costa», agregó Netanyahu.
Tanto el presidente de EE.UU, Barack Obama, como su secretario de Estado, John Kerry, que Irán podría jugar un papel constructivo en la solución de la crisis de seguridad en Irak ante el avance de los yihadistas, lo que generó una reacción negativa del Gobierno israelí.
«Nuestra opinión es que Irán puede jugar un papel constructivo, si ayuda a enviar al Gobierno iraquí el mensaje que queremos enviar, que es que Irak sólo seguirá unido si es incluyente y si los intereses se chiítas, sunitas y kurdos son respetados», argumentó Obama.
«Las conversaciones que puedan darse, no incluirán la coordinación militar. No estamos interesados en ningún esfuerzo de coordinación militar con Irán», aseguró Kerry.
Por su parte, Irán condicionó una eventual colaboración con EE.UU en Irak al éxito de las negociaciones en curso con el Grupo 5+1, que se aceleraron el martes en Viena y que deben concluir antes del 20 de julio.
El líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, expresó su oposición a la injerencia de EE.UU en los asuntos internos de Irak y aseveró que el conflicto que atraviesa el país no es una lucha entre chiítas y sunitas.
«Estamos totalmente en contra de la interferencia de EE.UU y cualquier otro país en los asuntos internos de Irak y no la aprobamos, ya que creemos que el Gobierno de Irak es capaz de poner fin a la sedición», apuntó.
«El principal objetivo que hay detrás de los últimos acontecimientos en Irak es arrebatar a su pueblo los éxitos logrados a pesar de la presencia de EE.UU, siendo el más importante de ellos la existencia de un sistema democrático», valoró.
«Se trata de un conflicto entre aquellos que quieren que Irak se una al eje que lidera EE.UU y aquellos que están a favor de la independencia del país», añadió Jamenei.
En la última semana, los yihadistas sunitas del EIIL lanzaron una ofensiva sobre el norte y el centro de Irak con la que consiguieron hacerse con el control de importantes ciudades, provocando un éxodo de chiítas.
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