La fiesta Eid al-Fitr, al finalizar el mes de Ramadán, una de las más importantes del calendario musulmán, se tiñó de sangre en Gaza, donde murieron 22 personas, ocho de ellas niños. Mientras, Israel sufrió los peores ataques en 20 días de ofensiva con diez soldados muertos.
Las bombas rompieron el muy breve alto el fuego oficioso que había permitido un respiro a la asediada región.
Las brigadas Izz a-Din al-Qassam, brazo armado de Hamás, asumieron la incursión a través de un túnel cerca del kibutz Najal Oz, que dejó cinco soldados muertos y ocho heridos.
Otros cuatro militares perdieron la vida al ser víctimas directas de los estallidos de varios proyectiles de morteros lanzados desde Gaza hacia una población del Consejo Regional Eshkol. El décimo soldado murió en combate en la ciudad de Jan Yunis, en la franja.
Los soldados caídos cerca de Najal Oz son: Daniel Karmi (18), de Tzofim; Barkai Yishai Shor (21), de Jerusalén; Saguí Erez (19), de Kiryat Ata; Dor Derhi (18), de Jerusalén; y Nadav Raimond (19), de Shdamot Dvorá.
Los caídos en el Consejo Regional Eshkol son: Eliav Eliahu Kahalón (22), de Tzfat; Midán Maimón Biton (20), de Netivot; Nirán Cohen (20), de Tiberíades; y Adí Briga (23), de Shikmá.
El soldado caído en Jan Yunis es Moshé Danino (20), de Jerusalén.
Nada más producirse los ataques, Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) advirtieron a los habitantes de los barrios de Seyahía y Zaitum, y del campo de refugiados de Jebalia, en la ciudad de Gaza, que abandonen sus casas y se dirijan al centro en previsión de duros bombardeos.
Antes, dos bombardeos aéreos paralelos, uno en un parque al norte de la ciudad de Gaza, y otro en un hospital, mataron al menos a diez personas, en su mayoría menores.
Las FDI no se responsabilizaron de esos ataques y aseguraron que responden a cohetes fallidos de Hamás lanzados hacia el sur de Israel.
Además, siete personas, cinco mujeres y un niño, murieron en un bombardeo sobre la ciudad de Rafah, en la frontera con Egipto, según informó el portavoz del Ministerio de Sanidad en Gaza, Ashraf al-Qedra.
El vocero señaló que uno de los bombardeos tuvo como blanco un parque situado al oeste del campo de refugiados de Shati, donde según las FDI fue destruida la casa del líder del Gobierno de Hamás en Gaza, Ismail Haniyeh.
Otro ataque se realizó sobre clínicas externas del Hospital Shifa, el más grande de la franja. Tres personas perdieron la vida y numerosas resultaron heridas.
Los últimos bombardeos israelíes elevan a más de una docena, en su mayoría menores de edad, los palestinos fallecidos durante la jornada del lunes, que se suman a las 1.030 víctimas mortales en Gaza desde el inicio el 8 de julio de la operación militar israelí.
Las FDI confirmaron que sus tropas atacaron varias posiciones en el norte y este de Gaza en respuesta al disparo de 12 cohetes y proyectiles de mortero. Algunos alcanzaron más de 100 kilómetros y las alarmas de alerta se escucharon en Cesárea, Hadera y Zijrón Yaakov, entre otras muchas localidades del norte de Israel.
Las presiones internacionales para el fin de las hositilidades no están dando frutos. La ONU pidió el cese «inmediato y sin condiciones» de los combates.
El secretario general de la organización, Ban Ki Moon, alertó de la situación «crítica» que se vive en la Franja de Gaza como consecuencia del «ataque masivo» lanzado por Israel, a quien criticó por la dureza de su intervención militar en ese territorio palestino.
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