El grupo de 32 «cascos azules» filipinos de la ONU que se hallaban atrapados bajo el asedio del movimiento yihadista Jabhat al-Nusra, vinculado a Al Qaeda, en el lado sirio de los Altos del Golán logró trasladarse a Israel, según confirmó Naciones Unidas y las Fuerzas Armadas de Filipinas.
La ONU afirmó que las fuerzas de paz abandonaron la zona cercada por los rebeldes - que se enfrentan a las fuerzas de seguridad leales al presidente sirio, Bashar al-Assad - poco después de la medianoche, durante un alto el fuego acordado con elementos armados que operan en la zona. Así, los cerca de cuarenta «cascos azules» fueron finalmente trasladados a un lugar seguro en Israel.
Por su parte, el general Gregorio Catapang, jefe de las Fuerzas Armadas de Filipinas, informó en una rueda de prensa que Israel y Siria ayudaron en lo que fue el «mayor escape» de tropas filipinas, después de haber mantenido un tiroteo de cerca de siete horas con unos 100 militantes islamistas.
De acuerdo con la información facilitada por Catapang, los militares filipinos «se escaparon en el medio de la noche, mientras que los rebeldes estaban durmiendo. Las fuerzas de paz filipinas, tanto de la posición 68 como de la 69, se recolocaron con éxito en un campamento en la zona israelí del Golán, muy cerca de la frontera con Siria.
Además, otros 32 «cascos azules» retenidos desde el pasado jueves por milicianos rebeldes sirios en los Altos del Golán fueron liberados con éxito tras una operación, según confirmaron fuentes de la ONU.
«Al menos 30 de ellos fueron evacuados sanos y salvos», dijo una fuente de Naciones Unidas.
No obstante, ante la niebla de confusión y combates en una zona clave para el devenir de la guerra civil en Siria y la estabilidad del norte de Israel, la ONU afirmó que 44 soldados fiyianos de su misión de paz secuestrados por Jabhat al-Nusra se encuentran en buenas condiciones.
No se puede decir lo mismo de los que caen en las ensangrentadas manos del Estado Islámico que ayer sábado mostró otro macabro «trofeo»: la decapitación de un soldado libanés. Además, puso a la venta para los suyos en Siria a 300 mujeres yazidíes capturadas en Irak como «botín de la guerra contra los herejes».
Manila aseguró que su misión acabará, como estaba previsto, a finales de octubre. Será cuando evacue a sus 331 soldados sumándose a la retirada de Croacia y Austria.
Los militares filipinos, integrantes de la Fuerza de las Naciones Unidas de Observación de la Separación (FNUOS), encargada de velar por el alto el fuego entre Siria e Israel se vieron rodeados por los rebeldes el pasado jueves, pero se negaron a entregar las armas, como pedían los sublevados.
La FNUOS cuida el mantenimiento del alto el fuego entre Israel y Siria; supervisa la separación de las fuerzas de ambos países; y vigila las áreas de separación según lo establecido en el Acuerdo de Separación de 1974.
Notas relacionadas:
FDI: «Guerra en Siria avanza hacia Israel»
Estado Islámico: Más de 1.100 ejecutatos en Irak y Siria
Estado Islámico decapita a periodista de EE.UU