Tropas del Estado Islámico ejecutaron a 700 miembros de la tribu Al Sheitaat en el este de Siria, según informó el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, organización con sede en Londres y con una amplia red de informadores en el país árabe.
La mayoría de los fallecidos son civiles de esta tribu, cuyos integrantes combaten a los yihadistas radicales en la provincia de Deir al Zor, según la misma fuente.
«Los ejecutados pertenecían a los Al Sheitaat», aseguró el director del Observatorio, Rami Abdelrahman. «Algunos fueron detenidos, juzgados y ejecutados», añadió.
Muchas de las víctimas de esta oleada de asesinatos fueron decapitadas, según el Observatorio, que cita fuentes de la zona donde ocurrió esta matanza.
El líder de la tribu Al Sheitaat, el jeque Rafaa Aakla al-Raju, hizo un llamamiento a través de un mensaje grabado para que otras tribus se unan a la lucha contra el Estado Islámico.
«Pedimos a las otras tribus que nos apoyen porque más tarde será su turno. Si el Estado Islámico acaba con nosotros, otras tribus serán entonces el objetivo», dijo Al Raju en un vídeo que fue publicado en Youtube.
El conflicto entre el Estado Islámico y la tribu Al Sheitaat, que cuenta con unos 70.000 miembros, comenzó tras la toma de los yihadistas de dos campos petrolíferos el pasado mes de julio.
Además, fuentes oficiales de Irak confirmado la muerte este sábado de otros 312 residentes de la localidad de Kocho, en el norte del país, donde el Estado Islámico mató a 80 yazidíes y secuestró a las mujeres y los niños tras concluir un ultimátum de cinco días para que se convirtieran al Islam, según informó la cadena británica Sky News.
En total, más de 400 yazidíes fallecieron en el ataque en Kocho, población que fue prácticamente borrada del mapa.
Las fuerzas de Estado Islámico llegaron en vehículos todoterreno y procedieron a eliminar a la población ante la incapacidad de las fuerzas de seguridad para acceder inmediatamente al lugar.
Se sospecha no obstante que los supervivientes podrían encontrarse en Tal Afar, cerca de Mosul, en manos del Estado Islámico, según informaron fuentes del Kurdistán iraquí.
Por su parte, el Ejército de Estados Unidos realizó varios bombardeos aéreos contra las posiciones del Estado Islámico cerca de la capital kurda, Arbil, y la presa de Mosul, según informó este sábado el Comando Central estadounidense.
En total se llevaron a cabo nueve bombardeos aéreos, en los que se destruyeron o dañaron siete vehículos armados, cinco blindados y dos Humvee, según el comunicado del Comando Central. «Todos los aviones salieron de las zonas de ataque de forma segura», aseguró.
El objetivo de estos ataques fue respaldar los «esfuerzos humanitarios» que se realizan en Irak y proteger tanto al personal y las instalaciones estadounidenses de la zona de las tropas del Estado Islámico.
La presa de Mosul, la más grande del país, está bajo el mando del Estado Islámico a principios de este mes. El control de esta construcción podría dar a los combatientes sunitas la capacidad de inundar ciudades o cortar los suministros de agua y electricidad.
Por otro lado, después de la captura de Mosul, situada en el norte del país, el pasado mes de junio, hizo aumentar las alarmas por parte del Gobierno iraquí y dio lugar a los primeros bombardeos por parte del Ejército estadounidense para combatir al Estado Islámico.
El Estado Islámico es una organización yihadista nacida en Irak escindida de la red terrorista Al Qaeda. Con la sublevación en 2011 contra el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad, el grupo penetró en Siria y desde allí dirigió una ofensiva que le permitió hacerse con el control del norte y el oeste de Irak.
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