Egipto atacó con su fuerza aérea posiciones de la organización terrorista Estado Islámico (EI) en Libia, en represalia por la decapitación de 21 cristianos egipcios por los yihadistas.
El Cairo también reclamó una intervención internacional en Libia, país que está sumergido en el caos desde hace al menos dos años y en el que los terroristas islámicos dominan varias ciudades portuarias.
Potencias occidentales estuvieron de acuerdo con el reclamo egipcio en que se debe actuar en Libia.
La comunidad internacional debe tomar medidas para evitar el avance del EI en Libia, sumida en una guerra civil desde 2011, destacaron los presidentes de Francia y Egipto, François Hollande y Abdel Fatah al-Sisi, después de mantener una conversación telefónica.
Tras conocerse un sockeante video en el que se ve la decapitación de 21 cristianos coptos egipcios, las fuerzas de Egipto bombardearon posiciones y depósitos de armas del grupo terrorista. Lo informó el ejército a través de un comunicado emitido en la televisión estatal.
Según el Ministerio de Exteriores de El Cairo, los objetivos se sitúan en la región de la ciudad portuaria de Derna, en el este de Libia, donde los terroristas proclamaron un «califato». El bombardeo provocó al menos siete bajas en el EI.
Numerosos países y organismos, entre ellos Estados Unidos, la Unión Europea (UE) y la ONU, condenaron la masacre perpetrada por el EI, mientras que el jefe del Estado mayor libio, Sakir al-Yurushi, parte del Gobierno reconocido internacionalmente y con sede en Tobruk, dijo que la operación egipcia fue coordinada con las fuerzas locales. Según este militar libio, en acciones de bombardeo sobre Benghazi y Sirte también actuaron aviones libios, así como egipcios.
Libia atraviesa una compleja situación política desde la guerra civil que terminó con la dictadura de Muammar Gadaffy. Actualmente existen dos gobiernos que se disputan la legitimidad del poder político. Uno de ellos, con sede en Tobruk, es respaldado internacionalmente. El otro, con sede en la capital nacional, Trípoli, está compuesto fundamentalmente por fuerzas islámicas. El gobierno islámico condenó la operación egipcia y subrayó que se trata de un «ataque a la soberanía libia».
Los 21 coptos egipcios decapitados en el video del EI fueron secuestrados hace más de un mes en Libia, donde trabajaban. Se trata además de la primera grabación de este tipo emitida por el EI fuera de Siria e Irak. En verdad, se trata de la formación libia Ansar al-Sharia, que se considera a sí misma afiliada al EI.
«Fueron asesinados sólo por ser cristianos», lamentó el Papa Francisco refiriéndose al hecho. «La sangre de nuestros hermanos cristianos es testimonio de un grito. Que sean católicos, ortodoxos, coptos o luteranos no es lo importante: ¡son cristianos! La sangre es la misma, la sangre reconoce a Cristo», dijo.
Miles de personas se reunieron en la iglesia copta de la localidad de Al Our, al sur de El Cairo, velando en ausencia a sus compatriotas que pagaron un horrible precio por buscar trabajo en Libia. Trece de los 21 egipcios decapitados eran originarios de la empobrecida Al Our. De las paredes de la iglesia colgaban estandartes negros proclamando «Egipto levántate, la sangre de tus mártires te llama a vengarte». Junto a la imagen de Jesús fueron colocadas fotos de las víctimas.
El ministro de Exteriores de Egipto, Sameh Shukri, viajó a Nueva York para reunirse con el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, y miembros del Consejo de Seguridad, que también emitió una condena. Su Ministerio advirtió que aún hay cientos de miles ciudadanos egipcios viviendo en Libia.
Derna, donde ocurrió la múltiple ejecución, fue conquistada por los yihadistas en abril. En octubre, Ansar al-Sharia se adhirió al EI, y la ciudad se declaró a sí misma un «califato». Junto a su ejército, el EI creó un tribunal que aplica la Sharia de manera cruenta, con cotidianas ejecuciones sumarias.
La decapitación de jóvenes y mujeres, ex funcionarios y ex jueces, así como miembros de seguridad capturados, es algo rutinario en el régimen de terror que se impuso en Derna. Esta ciudad tiene unos 100.000 habitantes, y para vivir en ella es obligatorio jurar lealtar al EI.
El EI también domina en Benghazi, segunda ciudad de Libia y base de la resistencia a la dictadura de Gadaffy.
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