La organización terrorista Estado Islámico (EI) destruyó en el norte de Irak bienes culturales del Oriente Antiguo, entre ellos la figura de un guardián alado de una puerta asiria de más de 2.600 años de antigüedad.
El EI mostró el acto de vandalismo en un video subido a Internet. Para el grupo yihadista, las imágenes fomentaban «la idolatría y el politeísmo».
Si bien el EI es el más extremista dentro del islamismo radical, este argumento se basa en las enseñanzas del Corán y escritos de Mahoma, recordaron expertos.
El video de los extremistas difundido en Internet muestra a miembros del EI mientras destruyen a martillazos y con herramientas eléctricas invaluables obras antiguas del Museo de Arqueología la ciudad de Mosul y monumentos funerarios de la ciudad de Nínive, también en Irak. El moderno Irak fue la cuna de la antiguas civilizaciones asiria y babilonia, contemporáneas del Egipto de los faraones.
Expertos explicaron que en muchos de los casos se trata de piezas originales. La gran figura asiria destruida, un ser con rostro humano que los asirios consideraban una deidad protectora, era un ejemplar único «del arte icónico oriental antiguo», dijo Markus Hilgert, director del Museo del Antiguo Oriente de Berlín.
«Es como si alguien destruyera la esfinge de Egipto», explicó. En otras palabras, la destrucción de la efigie antropomorfa, es un delito gravísimo contra el patrimonio de la Humanidad, y del todo irreparable. Sólo una réplica puede ahora sustituir a la pieza, destruida por los terroristas.
Según declaraciones de un miembro del EI, las estatuas, producto de la cultura asiria, «fomentaban la idolatría y el politeísmo». En el video, el terrorista asegura que Mahoma también destruyó todos los ídolos al llegar a La Meca, acto que está narrado en el Corán mismo.
El EI se remite a la enseñanza de un islam que prohíbe la representación de personas y dioses y lanzó una campaña para destruir «todas las reliquias del politeísmo y otras creencias heréticas».
Expertos consultados indicaron que la figura formaba parte de la Puerta de Nergal del siglo VII a.C. en la fortaleza de Nínive, centro del imperio asirio, y que seguramente será imposible de reconstruir.
El ministro de Antigüedades de Irak, Adil Fahd Sharshab, afirmó que se trataba de uno de los mayores delitos y una pérdida enorme no sólo para Irak, sino para toda la humanidad.
El gobernador provincial, Athil Nudshaifi apuntó, no obstante, que algunas de las obras originales fueron trasladadas a Bagdad y reemplazadas por copias.
De todos modos, la representante de la Unesco, Irina Bokova, aseguró estar «profundamente consternada» y solicitó una sesión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU.
Los bienes culturales sufrieron grandes daños desde la invasión a Irak en 2003 por Estados Unidos. Cuando cayó Bagdad, los seguidores de Saddam Hussein vandalizaron el museo de arqueología de la capital iraquí, uno de los más importantes del mundo.
Esta semana también se reportó la quema por parte del EI de una biblioteca en la que había numerosos manuscritos y archivos.
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