Después de sesiones maratónicas, el Grupo 5+1 e Irán anunciaron un acuerdo que establece límites al programa nuclear iraní para no que no pueda producir armas atómicas. El convenio apunta a un pacto más amplio en el término de tres semanas.
Leyendo una declaración conjunta, la directora de política exterior de la Unión Europea (UE), Federica Mogherini, saludó lo que calificó de «paso decisivo» después de más de una década de gestiones. El canciller iraní, Mohammad Javad Zarif, leyó la misma declaración en farsi.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y los ministros de Exteriores de Reino Unido, Francia y Alemania los siguieron en el podio.
Mogherini dijo que las siete naciones empezarán a redactar el texto de un acuerdo definitivo. Citó varias restricciones convenidas para el enriquecimiento de material que pudiera utilizarse tanto para la producción de energía como de bombas.
Las sanciones económicas a Irán deben levantarse después que la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) dé su visto bueno.
Zarif dijo a la prensa que el acuerdo demostrará que «nuestro programa es exclusivamente pacífico, siempre lo fue y siempre lo será», sin perjudicar la búsqueda de energía nuclear para propósitos civiles.
«Nuestras instalaciones continuarán. Seguiremos enriqueciendo material, seguiremos la investigación y desarrollo», señaló, y agregó que un planeado reactor de agua pesada será modernizado.
«Dimos un paso importante pero todavía nos falta para llegar donde queremos», aseveró Zarif y añadió que el paso preliminar adoptado es «un triunfo para todos».
El presidente norteamericano, Barack Obama, consideró «histórico» el acuerdo inicial alcanzado en Suiza, pero advirtió a Teherán que el mundo estará atento al cumplimiento de los compromisos asumidos.
«Hoy Estados Unidos, junto a aliados y asociados, alcanzó un entendimiento histórico con Irán que, cuando esté completamente implementado, impedirá que ese país obtenga un arma nuclear», dijo Obama en un discurso pronunciado en el jardín de la Casa Blanca.
De acuerdo con el mandatario estadounidense, el entendimiento anunciado por las partes en Suiza tiene condiciones de tornar al mundo «un lugar más seguro».
«Inspectores internacionales tendrán un acceso sin precedentes no apenas a las instalaciones nucleares iraníes, sino a toda la cadena de abastecimiento que sostiene el programa nuclear de Irán», destacó.
«Con este entendimiento, Irán será objeto de más inspecciones que cualquier otro país en el mundo», puntualizó.
«En contrapartida, la comunidad internacional acordó proporcionar a Irán alivio a ciertas sanciones, en especial aquéllas aprobadas en el Consejo de Seguridad de la ONU, en la medida en que Irán tome pasos en cumplimiento del acuerdo», explicó.
«Las sanciones unilaterales estadounidenses seguirán vigentes», dijo.
Obama, sin embargo, alertó que el trabajo aún no está terminado y que Irán no podrá hacer trampa sin ser descubierto por los mecanismos acordados.
«Quiero enfatizar que el trabajo aún no terminó. El acuerdo aún no fue firmado», indicó Obama, antes de añadir que «detalles fundamentales serán finalizados en los próximos meses, y nada estará negociado hasta que todo esté negociado».
«Una solución integral, negociada, a la cuestión nuclear iraní contribuirá a la paz y estabilidad en la región de Oriente Medio», dijo en un comunicado el secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki Moon.
El compromiso alcanzado esboza las grandes líneas del acuerdo destinado a impedir a Teherán dotarse de bombas atómicas. Los parámetros deben detallarse antes del 30 de junio con vistas a un pacto final que ponga fin a más de una década de tensiones con la República Islámica.
Según dichos parámetros, el número de centrifugadoras en Irán se reducirá en dos tercios: de 19 mil (10.200 de ellas en funcionamiento) a 6.104 unidades. De estas últimas, sólo 5.060, en concreto las denominadas de primera generación IR-1, tendrán derecho a producir uranio enriquecido durante diez años.
Teherán reducirá sus reservas de uranio empobrecido (LEU) de 10.000 kg a 300 kg durante 15 años. Irán aceptó no enriquecer uranio a más de un 3.67% durante al menos 15 años.
La AIEA se hará cargo del material sobrante, que sólo servirá para realizar sustituciones. Teherán aceptó no construir nuevas instalaciones de enriquecimiento de uranio durante 15 años.
El «breakout time» es, en el lenguaje de los expertos, el tiempo necesario para fabricar el uranio enriquecido necesario para producir una bomba atómica. Durante un período de 10 años, este «breakout time», que es actualmente de 2 a 3 meses, deberá alcanzar una duración de al menos un año.
Irán aceptó no enriquecer uranio durante al menos 15 años en el complejo nuclear de Fordo, construido en el interior de una montaña. Asimismo, esta planta, que no contará con material fisible durante ese mismo período, continuará abierta, pero no enriquecerá uranio. Al menos dos tercios de las centrifugadoras de Fordo se retirarán del sitio.
Con 17 mil centrifugadoras IR-1 de primera generación, un millar de IR-2M y una capacidad para albergar 50 mil unidades, Natanz es la primera instalación de enriquecimiento iraní. Teherán aceptó que Natanz se convierta en su única instalación de enriquecimiento, pero para ello deberá dotarse únicamente de 5.060 centrifugadoras IR-1 durante 10 años. Las unidades IR-2M se retirarán y pasarán bajo control de la AIEA.
La AIEA se encargará de controlar regularmente todos los complejos nucleares iraníes. Los inspectores del organismo podrán acceder a las minas de uranio y a los enclaves donde Irán produce el óxido de uranio durante 25 años.
El corazón del reactor de agua pesada de Arak, capaz de producir plutonio, será destruido o trasladado fuera del territorio iraní. El reactor se reconstruirá de nuevo, pero para limitarlo a la investigación y a la producción de radioisótopos con fines médicos, por lo que no podrá producir plutonio con fines militares.
El combustible utilizado se enviará al extranjero durante toda la vida del reactor. Teherán no podrá construir un nuevo reactor de agua pesada durante 15 años.
EE.UU y la UE levantarán sus sanciones en función del respeto de los compromisos por parte de Irán y se volverán a decretar, en caso de violación del acuerdo.
Las resoluciones de la ONU se levantarán al mismo tiempo que Irán respete las acciones que responden a las principales preocupaciones. Una nueva resolución del Consejo de Seguridad de mantendrá las prohibiciones de transferencia de tecnología sensible y apoyará la aplicación de este acuerdo.
Los períodos de aplicación varían de 10 a 15 años según las actividades y estarán vigentes durante 25 años para las inspecciones de la cadena de abastecimiento en uranio.
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