«En 24 horas, el gobierno de unidad nacional formado hace un año entre Al Fatah y Hamás deberá dimitir». Así lo anunció el presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, en la 15ª Conferencia del Consejo Revolucionario de su partido, celebrada en Ramallah.
Además, el secretario general del consejo, Amín Maqbu, señaló que «el gobierno renunciará en las próximas 24 horas debido a que es débil y no tiene ninguna posibilidad de que Hamás le permita trabajar en Gaza».
La decisión sería un intento por formar un gobierno de unidad totalmente nuevo, en lugar de continuar con los esfuerzos, hasta ahora infructuosos, por reformar el actual gabinete.
La formación del próximo ejecutivo de la AP podría tardar varios días, y la medida cuenta con el apoyo de Al Fatah.
El anuncio se produce poco más de un año después de que se estableciera el último gobierno encabezado por Rami Hamdallah, tras un pacto de reconciliación entre el liderazgo de Cisjordania y el grupo terrorista Hamás en Gaza.
Según fuentes citadas por «Haaretz», la movida había sido discutida varias veces en los últimos meses, especialmente por la inhabilidad del gabinete para operar en Gaza.
El acuerdo alcanzado en 2014 establecía la formación de un gobierno interino y la celebración de elecciones generales en los territorios palestinos, al tiempo que trataba de poner fin a la división política y administrativa entre Cisjordania y Gaza.
Abbás se reunirá con Hamdallah para intentar salir de esta crisis. El portavoz gubernamental Ihab Bseiso confirmó el encuentro, aunque no la dimisión de todo el gabinete.
Tuvimos una reunión y no se habló de ello», afirmó. Sin embargo, apuntó que el encuentro con Hamdallah servirá para «aclarar la disputa», sin entrar en detalles.
Desde que se firmó el pacto, Hamás acusó a la dirigencia de Al Fatah de no cumplir sus promesas en Gaza, en especial lograr la reconstrucción del territorio tras la operación militar israelí o el levantamiento del bloqueo.
En los últimos meses se han registrado explosiones y escaramuzas en Gaza entre seguidores de Hamás y facciones opositoras, entre acusaciones de que miembros de Al Fatah tratan de desestabilizar la franja.
Hamás no dio señales de ceder el poder al que llegó por la fuerza en la franja en 2007 tras un golpe de estado.
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