Una flotilla de militantes propalestinos zarpó de las costas europeas para tratar de romper el bloqueo marítimo israelí de la Franja de Gaza, cinco años después de una tentativa similar que se saldó con un ataque mortal de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI).
En la «Flottilla de la Libertad III», que debe llegar a las costas de Gaza hacia fines de julio, viajan el ex presidente tunecino Moncef Marzuki, el diputado árabe-israelí Bassel Ghattas de la Lista Árabe Unida, y al menos un parlamentario europeo.
«Queremos mantener la presión internacional para terminar con el bloqueo, que no somos los únicos en considerar inhumano e ilegal», afirmó Ghattas.
El diputado fue acusado de traición por politicos israelíes por aceptar viajar en la flotilla.
«No hay nada peor para un diputado israelí que participar en esta flotilla cuyo objetivo es ayudar a la organización terrorista Hamás», declaró el ministro de Inmigración Zeev Elkin.
En una carta abierta al primer ministro israelí Binyamín Netanyahu, Ghattas escribió que la flotilla, «civil y pacífica, tiene el objetivo de llamar la atención de la comunidad internacional sobre la suerte de 1,8 millones de palestinos que viven en condiciones vergonzosas y dignas de una prisión debido al sitio militar impuesto por Israel».
«Cualquier tentativa de impedir que la flotilla llegue a destino implicará a Israel en una nueva crisis internacional o un escándalo», agregó Ghattas, refiriéndose al abordaje del barco turco «Mavi Marmara» en mayo de 2010, que culminó con la muerte de 10 personas.
El objetivo de la flotilla es llamar la atención sobre el bloqueo naval impuesto por Israel a la franja desde junio de 2006.
Israel instauró el bloqueo en junio del 2006, en represalia al secuestro del soldado Gilad Shalit por parte de miembros de Hamás, y lo reforzó un año más tarde, después de que la organización terrorista tomara el poder en un golpe de Estado.
En la actualidad, los barcos de pesca palestinos no pueden navegar más allá de seis millas náuticas y ningún navío puede ingresar en las aguas de la Franja de Gaza, patrulladas por la Marina israelí.
Los organizadores de la flotilla buscan capitalizar la actual situación, en la que Israel enfrenta crecientes llamados a un boicot y es sometido a presiones internacionales.
La flotilla está integrada por cinco barcos con unas 70 personas a bordo, entre las que figuran representantes de más de 20 países, explica la Plataforma de ONG francesas por Palestina, que apoya el viaje.
A bordo de la Flotilla III nadie imagina que Israel recurra nuevamente a la fuerza.
«Israel perdió mucho al utilizar la violencia en 2010 y sería una estupidez de su parte hacer lo mismo otra vez», sostuvo el diputado Ghattas.
En noviembre de 2014, la Corte Penal Internacional (CPI) consideró que era «razonable pensar» que Israel podía haber cometido crímenes de guerra durante esa operación, pero que el caso no era lo suficientemente grave para que la CPI iniciara un proceso judicial.
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