El nuevo secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, quiere reformar la institución, incorporar a Hamás y la Yihad Islámica y revisar las relaciones con Israel, ante lo que considera la imposibilidad de renovar el proceso de paz.
«Este Gobierno israelí es un gobierno de colonos, para colonos y por colonos. Quieren minar la solución de dos Estados, minar la Autoridad Palestina (AP) para tener un Estado y dos sistemas: apartheid», denunció Erekat en su oficina en Jericó del Departamento de Negociaciones, que sigue encabezando y compatibiliza con su nuevo cargo en la OLP.
Según Erekat, el primer ministro israelí Binyamín Netanyahu «quiere mantener el statu quo y no hace nada más que construir asentamientos, a pesar de sus palabras conciliatorias en favor de una solución negociada al conflicto entre israelíes y palestinos».
El Ejecutivo que lidera Netanyahu, escorado a la ultraderecha y con importante presencia del movimiento colono, hace, para Erekat, «imposible» cualquier posibilidad de volver a la mesa de negociación.
«Su ministra de Justicia, Ayelet Shaked, llamó a los niños palestinos 'pequeñas serpientes', su ministro de Educación, Naftali Bennett, justifica matanzas de palestinos. Incluso nombró al ex jefe del Consejo de Asentamientos, Dani Dayán, para ser embajador en Brasil. Esto muestra que Netanyahu no hace nada más que trabajar por los colonos con impunidad», señaló.
«Espero que llegue el día en que los israelíes elijan un primer ministro que nos vea como socios para lograr la solución de dos Estados, en vez de este, que la está destruyendo», agregó.
Ante esta situación, Erekat y el liderazgo palestino ponen sus esperanzas para el establecimiento de su Estado, en las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital, en la comunidad internacional, esfera donde en los últimos años avanzaron en reconocimiento y participación en instituciones, agencias y tratados.
Otro de los frentes en los que trabajan es su exigencia a la comunidad internacional de que, dado que considera ilegales las colonias judías en territorios palestinos militarmente ocupados, dejen de beneficiarse y comerciar con ellas.
«Instamos a países europeos, latinoamericanos, africanos, asiáticos, a Estados Unidos, a dejar de negociar con los asentamientos. Los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este son ilegales bajo la legislación internacional, por lo que todos los países deben honrar sus leyes e impedir que sus empresas trabajen con ellos», señaló.
«El mundo debe poner fin a los programas de educación, académicos, inversiones, agricultura, comercio, todo. Los productos de los asentamientos están manchados de sangre palestina; proceden de tierra robada, usan agua robada y deberían estar prohibidos. Pedimos un boicot absoluto a esos productos», agregó.
Ante la falta de negociaciones y, a su entender, de una voluntad real de Netanyahu por alcanzar la paz, Erekat propuso que se revisen los acuerdos de relaciones con Israel, entre ellos el reconocimiento que la OLP hizo de ese Estado, al entender que este debe ser algo «recíproco» y que el Gobierno israelí se niega a reconocer a un Estado palestino.
Además, opinó que la AP no debe seguir funcionando y debe «devolver las llaves» a Israel, para que sea este país quien se encargue de gestionar el territorio ocupado.
Es una amenaza que el presidente de la AP, Mahmud Abbás, viene haciendo desde hace años, pero a la que Erekat recientemente puso fecha.
«La situación actual no es sostenible. No podemos seguir teniendo una AP vacía de toda autoridad. Y no creo que la situación pueda prolongarse más allá de finales de este año», aseguró.
Según explicó, «los acuerdos con Israel se hicieron para desarrollar instituciones nacionales y crear un Estado, pero Israel mina la posibilidad de que haya un Estado palestino, mina los acuerdos y sólo promueve las colonias. Durante la última negociación en nueve meses se incrementaron los asentamientos en un 18%».
«Si no se va hacia un Estado palestino, entonces las relaciones con Israel tienen que ser totalmente redefinidas», dijo.
Respecto a la actual situación, con los últimos ataques violentos de colonos extremistas contra la población palestina, Erekat instó al mundo a intervenir y afirmó que «los países no deberían permitir a sus ciudadanos ir a Israel, servir en su Ejército y ocupar los territorios palestinos».
El jefe negociador denunció que «hay chicos, hijos de familias judías de clase alta en Estados Unidos y Europa que creen que pueden venir a Cisjordania y quemar a palestinos, quemar árboles y quemar iglesias y que eso les acerca a Gios. La intolerancia y el racismo son enfermedades y la gente debe oponerse a ellos».
«Cuando la ceguera política, la cultura del odio, la intolerancia, el apartheid y el racismo se institucionalizan, los ataques contra palestinos son el resultado natural», destacó en relación al atentado en que quemaron viva a una familia palestina mientras dormía en la localidad cisjordana de Duma.
«Lo que ocurre en Cisjordania y Jerusalén Este con los colonos son crímenes de guerra. Fruto de la intolerancia y el racismo que es resultado del apartheid institucionalizado por el Gobierno israelí», denunció.
En el camino hacia la reforma de las instituciones palestinas y la redefinición de las relaciones con Israel, Erekat consideró imprescindible la participación de todas las facciones palestinas, por lo que invitó a Hamás y a la Yihad Islámica a unirse a la OLP, donde hasta ahora no están representadas.
«Espero que Hamás elija a sus delegados para la próxima reunión del Consejo Nacional Palestino», manifestó, antes de recordar que el organismo que dirige «es el representante de los once millones de palestinos que hay en todo el mundo».
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