Una vez más el principal foco de violencia entre terroristas palestinos y las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) volvió a ser la ciudad de Hebrón, en donde Mahdi Mohamed Ramadán al Muhtasib (23), murió a manos de los soldados hebreos luego que intentara acuchillar a un policía militarizado israelí cerca de la Tumba de los Patriarcas, un lugar sagrado para ambas religiones.
El policía militarizado resultó levemente herido, según informaron las FDI.
Horas después, Farouk Abdel Qader Omar Sidr (19), otro palestino de 19 años, fue baleado por soldados israelíes y murió luego de un intent de ataque con arma blanca que no dejó heridos en la calle Shuhada, una vía famosa porque pese a estar en el corazón de la Ciudad Vieja de Hebrón, sólo puede ser utilizada por colonos judíos.
Ambos sucesos se suman a una larga serie de incidentes de la misma naturaleza que tuvieron lugar en las últimas semanas en Hebrón, la ciudad cisjordana donde están enterrados los patriarcass bíblicos Abraham, Itzjak y Yaakov, y sus respectivas mujeres, según las creencias religiosas judía, cristiana y musulmana.
A ese asentamiento se suma otro, muchos más grande y casi aledaño y uno de los más radicalizados de Cisjordania, el de Kiriat Arba, donde también se registraron varios casos de apuñalamiento.
Hebrón se convirtió en los últimos 10 días en el foco de mayor tensión entre las FDI y los palestinos, después de dos semanas y media de rampante violencia en Israel, Cisjordania, Gaza y Jerusalén.
De hecho, es allí donde se registró la mayoría de las muertes y heridos de la última semana de la ola de violencia que comenzó en Jerusalén hace un mes.
Desde principio de octubre al menos 62 palestinos y 11 israelíes murieron, mientras 1.300 palestinos y decenas de israelíes resultaron heridos.
El Centro de Ayuda Legal y Derechos Humanos de Jerusalén, una ONG palestina con sede en Ramallah, denunció que Israel aún se niega a entregar los cuerpos de 29 de estas víctimas palestinas, entre ellas 17 oriundos de Hebrón, según un comunicado, en el que citan como fuentes al Ministerio de Salud palestino y a las familias de los fallecidos.
Además de retener los cuerpos de muchos de los palestinos muertos, Israel ordenó demoler las casas de los terroristas en Jerusalén y aumentar la presencia militar en la zona.
Un palestino de 52 años, Nadim Shqeirat, murió luego que soldados de las FDI frenaran en uno de los nuevos puestos de control militar callejeros a la ambulancia que lo transportaba al hospital. Cuando finalmente llegó a la sala de urgencias, los médicos informaron que había sufrido un paro cardíaco.
La ONU advirtió que la actual ola de violencia en Israel y la Autoridad Palestina (AP) se encamina hacia una «catástrofe».
En Ginebra, el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Zeid Ra'ad al-Hussein, dijo que la escalada en el conflicto de ya seis décadas de duración entre Israel y la AP era «en extremo peligrosa».
«La violencia entre palestinos e israelíes nos acercará a una catástrofe si no se detiene inmediatamente», afirmó Al Hussein durante una sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU especialmente dedicada a la crisis.
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