«El mundo espera seguridad de nuestra parte y destruiremos al Estado Islámico (EI), dijo el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, en una reunión en Roma a la que asistieron ministros de 23 de las naciones que luchan contra los yihadistas.
«Estamos comprometidos a usar todos los recursos a nuestra disposición para permanecer en la ofensiva en todos los frentes», indicó.
«Continuaremos la presión, estrangulando al EI desde cada ángulo, destruyendo sus intentos de establecer redes en otras partes; cortaremos sus finanzas, expondremos sus mentiras», dijo Kerry en una conferencia de prensa después de la reunión.
La coalición internacional contra el EI reivindicó el «fuerte impacto» de sus operaciones, si bien se incidió en la necesidad de intensificar los esfuerzos y de pacificar la convulsa Siria.
En la reunión restringida ministerial de esta coalición participaron 23 países de los 66 que la componen actualmente, después de la reciente suma de Afganistán.
Tras el encuentro, los asistentes emitieron un documento conjunto en el que destacan unánimemente que sus «acciones contra el EI están teniendo efecto y un fuerte impacto» en Irak y en Siria, donde la red terrorista proclamó su califato.
En este sentido aseguraron que están determinados «a acelerar las campañas contra el EI para frenar sus ambiciones globales y tomar todas las medidas necesarias para proteger a nuestros ciudadanos».
Kerry encomió ante la prensa estos progresos, aunque animó a sus socios de la coalición a «hacer más» para afrontar esta «guerra a largo plazo».
El jefe de la diplomacia norteamericana defendió que los progresos de la coalición son «innegables» y subrayó las cerca de 10.000 campañas aéreas y «la interrupción de su mecanismo de financiación».
«Las presiones continuarán. Queremos menoscabar su capacidad de regenerarse, acabar con sus mentiras. Continuaremos haciendo esto. El presidente Obama está convencido de que debemos continuar e incidir en lo que estamos haciendo», afirmó.
Kerry destacó sobre todo los avances en Irak y reiteró el compromiso de apoyar económicamente a ese país en el que «hacen falta inversiones» para permitir a sus habitantes volver a sus casas, retirar los explosivos y devolver a las poblaciones el agua y la electricidad.
Pero si la situación en Irak parece más controlada, como demuestra la toma de Ramadi por parte de tropas regulares iraquíes, el panorama en Siria «no mejora en absolute», según Kerry.
El responsable estadounidense describió una situación marcada por las ciudades sitiadas que presentan escenarios «no vistos desde los campos de concentración nazis», con trece millones y medio de personas con urgentes necesidades, seis de ellos menores de edad.
Kerry calificó al presidente sirio, Bashar al-Assad, de «imán para el terrorismo» y lo culpó de no permitir que la ayuda humanitaria alcance las zonas más afectadas por el conflicto, donde la gente «come plantas e incluso animales para sobrevivir».
«Intencionadamente el Gobierno de Assad no permite que les llegue la ayuda humanitaria y esto va contra la ley de la guerra», afirmó Kerry, quien aludió a la situación de Madaya y sus habitantes, marcados por toda índole de carestías.
«La tragedia de Madaya es que no es el único sitio donde ocurre esto. El Gobierno sirio recibió 113 peticiones de la ONU para que permita llegar alimentos. Sólo 13 de las peticiones fueron aceptadas», lamentó.
Por esa razón dijo que «es tiempo de negociaciones» y animó a las partes del conflicto, que debaten actualmente en Ginebra, a que lleguen un alto el fuego, algo que contribuiría a acabar con el enemigo.
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