Tras realizar el primer trasplante de corazón artificial exitoso en la historia de Cisjordania, el médico palestino, Saleem Haj-Yahia fue recibido con flores, globos y ovaciones y recibió los elogios públicos del presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás.
El cardiólogo, formado en Reino Unido, se convirtió en un habitual de los medios en su tierra natal y habló de ambiciosos planes para elevar el nivel de la infraestructura sanitaria de la AP.
Ya hice suficiente en Reino Unido. Ahora es el momento de hacer algo para mi gente», dijo Haj-Yahia, de 47 años. «En Reino Unido no se puede tener un gran impacto porque el sistema funciona bien, mientras que aquí cualquier esfuerzo significativo puede marcar la diferencia».
El objetivo de Haj-Yahia requiere bastante más que el simple orgullo nacional. El cardiólogo busca aumentar la autosuficiencia médica palestina, y hacer que el sistema sea menos dependiente de Israel.
Durante años, cualquier operación complicada o tratamiento sofisticado tenía que realizarse en hospitales israelíes, creando tanto una dependencia como un importante gasto para el ya de por sí arruinado gobierno de la AP.
«La mayoría de los pacientes palestinos trasladados a Israel eran casos de dolencias cardíacas y cáncer que conseguimos reducir en gran medida», afirmó Haj-Yahia desde su oficina en la Universidad An-Najah, en la ciudad cisjordana de Nablus.
«Algunos médicos palestinos de Nueva York, expertos en trasplante de médula, se nos unirán en un futuro próximo y estaremos en la primera línea mundial en este campo», agregó.
Desde que regresó a su tierra en 2014 para convertirse en decano de la escuela de medicina del Hospital Universitario An-Najah, Haj-Yahia se ha centró en mejorar la capacidad del centro en lo relativo a tratamiento de cáncer y trasplante de órganos. Autoridades sanitarias locales aseguraron que su trabajo ya ofrece resultados tangibles.
Amera Hindi, responsable de la Unidad de Traslados Médicos del Ministerio de Salud palestino, dijo que la partida destinada al traslado de pacientes a Israel se redujo en un 30% el año pasado. Esto fue posible gracias al «desarrollo de servicios médicos en hospitales palestinos».
Los palestinos ven el incremento de la autosuficiencia de su servicio médico como el precursor de la autonomía en otros frentes y como una forma para preparase para la independencia en su lucha por la formación de un Estado propio.
«Si tenemos éxito en la construcción del sistema, la medicina tendrá grandes avances. Es nuestro deber construir el sistema con la nueva generación de médicos que se unen a nuestras universidades», dijo Haj-Yahia.
El cardiólogo palestino nació en una localidad árabe de Israel y logró su primera carrera médica en el prestigioso Tejnión, en la ciudad de Haifa, antes obtener una educación superior en Reino Unido. Se formó en el Royal Brompton & Harefield Hospital de Londres, donde se especializó en trasplantes entre 2002 y 2009 y formó parte de un programa para desarrollar el corazón artificial y en otro de trasplante de pulmón.
Tras cuatro años como director del programa de trasplantes de corazón en Glasgow, en Escocia, decidió aceptar la oferta de An-Najah para volver a su tierra alegando que le brindó una oportunidad de generar un cambio real.
A fines del pasado enero trasplantó un corazón artificial a un joven de 18 años que sufría una cardiopatía grave.
«Estaba al borde de la muerte y sin esta operación habría muerto en dos meses», explicó Haj-Yahia.
El paciente, Ahmad Sabareh, dice tener planes para asistir a la universidad pronto. «Hoy levanté pesas. Me estoy recuperando bien», explicó mientras veía la televisión desde su habitación de hospital. «Es una nueva vida; tengo mucho planes de futuro».
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