El Banco Mundial (BM) responsabilizó a Israel de la crisis financiera que afecta a la Autoridad Palestina (AP) desde hace dos años en un informe difundido hoy, en el que asegura que las restricciones militares costaron a su economía 3.400 millones de dólares.
La economía en Cisjordania, según el BM, se ve duramente afectada por el control que Israel ejerce en sus carreteras y pasos fronterizos, medidas que también tienen su impacto en el desarrollo del sector privado en la llamada zona C, territorio de Cisjordania bajo control israelí.
«La clave de la prosperidad palestina sigue residiendo en el levantamiento de esas restricciones originadas en la seguridad de Israel», indicó el documento.
En un informe titulado «Área C y el Futuro de la Economía Palestina», el BM estableció una relación de causa-consecuencia entre las restricciones militares y la dependencia que la AP tiene en las donaciones de gobiernos extranjeros e instituciones internacionales.
La crisis mundial redujo el compromiso de la comunidad internacional con la economía palestina lo que, sumado a la imposibilidad de desarrollarse, sumieron las finanzas de la AP en una grave crisis.
El mes pasado, el primer ministro palestino, Rami Hamdallah, anunció que su Gobierno requería unos 500 millones de dólares de ayuda hasta finales de año con el fin de que el aparato burocrático de la AP siga funcionando y pueda pagar los sueldos a los funcionarios.
El impacto económico de las restricciones militares se origina no sólo en la falta de libertad de movimiento para personas y mercancías, sino también en el control del agua, de la construcción en las zonas bajo su control, de los accesos a zonas agrarias y del comercio.
El informe subrayó que si Israel levantase esas medidas, impuestas en su mayoría a raíz de la segunda Intifada, la economía de la AP se beneficiaría con una recaudación fiscal extra de 800 millones de dólares, lo que haría innecesario subir impuestos y reduciría su dependencia de la ayuda extranjera.
La zona C, así establecida en los Acuerdos de Oslo para diferenciarla de la A (exclusivo control palestino) y B (control compartido), constituye un 61% del territorio de Cisjordania.
Se trata en su mayoría de zonas agrarias que rodean los grandes núcleos urbanos palestinos que no pueden expandirse ni desarrollarse por estar controladas por Israel.
«Si se explotase el potencial de esta tierra y se permitiera a los palestinos usar sus recursos, se crearían nuevas zonas de actividad económica y ello conduciría a su economía hacia la senda de un crecimiento sostenible», señaló Mariam Sherman, directora zonal del BM.
Notas relacionadas:
Abbás: «Presión internacional para acuerdo de paz con Israel»
AP no acepta solución provisional que propone Israel
OLP: Israel enfoca tratativas con AP a temas de seguridad