El presidente de la Autoridad Palestina (AP), Mahmud Abbás, instó a la comunidad internacional a ejercer toda la presión posible para que las negociaciones entre Israel y la AP puedan lograr un acuerdo de paz definitivo.
En su discurso ante la Asamblea General de la ONU, Abbás pidió también acción internacional para frenar la construcción de asentamientos israelíes en terrotorios palestinos y poner fin a las expropiaciones de tierras ocupadas.
El líder palestino advirtió de que las conversaciones directas con Israel iniciadas en julio pasado «parecen ser la última oportunidad de lograr una paz justa», ya que «el tiempo se está acabando».
Abbás destacó la importancia de las reanudación de las conversaciones directas con Israel, gracias «a los esfuerzos sin descanso» del presidente norteamericano, Barack Obama, y su secretario de Estado, John Kerry.
Sin embargo, recalcó que si bien el inicio de las negociaciones «es una buena noticia», el proceso requiere que la comunidad internacional «ejerza todo esfuerzo posible para que tengan éxito».
Al mismo tiempo, Abbás llamó a la comunidad internacional a estar alerta y condenar cualquier acción que pueda perjudicar las tratativas, especialmente la continuación de la construcción de asentamientos israelíes en territorios ocupados y la expropiación de tierras palestinas.
Abbás sostuvo que las políticas de guerra, ocupación, asentamientos y muros pueden ofrecer «tranquilidad temporal», pero no aseguran una paz sostenible ni pueden prevenir «una explosión inevitable», ya que esas políticas «alimentan situaciones inflamadas hasta el estallido».
El mandatario palestino recordó la firma hace justo veinte años de los Acuerdos de Oslo, que - dijo - permitieron «grandes esperanzas», pero insistió en que la continuación de «la intensa construcción de asentamientos que busca cambiar la situación sobre el terreno y viola el espíritu del acuerdo».
Abbás inició su intervención recordando la «histórica» decisión de la Asamblea General del pasado 29 de noviembre del año pasado, en la que el estatus palestino pasó a ser de estado observador no miembro de la ONU.
En este sentido, insistió en que ello «no busca deslegitimizar un Estado miembro, Israel, sino consagrar la legitimidad de un Estado que debe existir, que es Palestina».
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