La líder del Partido Laborista israelí, Shelly Yachimovich afirmó que el Gobierno hebreo debe seguir financiando los asentamientos judíos en Cisjordania mientras las partes no alcancen un acuerdo definitivo de paz.
«No podemos tratar como criminales a los residentes de los asentamientos que fueron creados por decisiones de gobiernos israelíes, la mayoría liderados por el Partido Laborista», afirmó Yachimovich en una entrevista con el diario local Yediot Aharonot.
Yachimovich, que aspira a convertir a su partido en la segunda fuerza política israelí tras las elecciones del próximo 22 de enero, agregó que «no se puede borrar a las personas que viven en los asentamientos y que el Gobierno de Israel tiene que mostrar plena responsabilidad por los niños que viven en ellos».
En un inusual reportaje en el que se refirió ampliamente a sus posturas sobre el conflicto palestino-israelí, Yachimovich insistió en la fórmula de dos Estados para dos pueblos como única salida posible, y en las fronteras de 1967 como marco de referencia para un canje territorial que deje del lado israelí los tres grandes bloques de asentamientos: Maalé Adumim, Gush Etzión y Ariel.
Sobre el futuro de Jerusalén señaló que debe tratarse en una fase más tardía de cualquier acuerdo definitivo y que la división de la ciudad debe realizarse en base a la fórmula propuesta en la cumbre de Camp David en 2000 por el entonces primer ministro hebreo Ehud Barak.
La propuesta israelí al entonces líder palestino, Yasser Arafat, consistió en que los barrios judíos queden bajo soberanía israelí y los árabes bajo la del Estado palestino, fórmula luego retomada por el ex primer ministro Ehud Olmert en sus negociaciones con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás.
Las últimas encuestas pronostican que en las elecciones los laboristas podrían recuperar parte del terreno perdido en la última década y rozar los 20 escaños, lo que le convertiría en la segunda fuerza política detrás de la lista conjunta Likud Beiteinu, que encabezan el primer ministro, Binyamín Netanyahu, y el titular de Exteriores, Avigdor Liberman.
La dirigente laborista, hasta hace unos años una de las periodistas líderes en Israel, se negó a comprometerse a no formar parte de un gobierno encabezado por Netanyahu y el frente nacionalista Likud Beiteinu, que según todos los sondeos de intención de voto ganará los comicios obteniendo entre 35 y 40 diputados.
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