Tras semanas de ambigüedad, el Partido Laborista israelí anunció que no entrará en la coalición de Gobierno que aglutine el primer ministro Binyamín Netanyahu tras su previsible victoria en las elecciones del próximo día 22 de enero.
Su líder, Shelly Yachimovich, convocó una rueda de prensa para explicar la decisión.
«Tras la reciente escalada y radicalización en las posiciones de Likud Beiteinu - la lista conjunta de Netanyahu y Liberman - en todos los ámbitos - socioeconómico, diplomático y de seguridad -, el Partido Laborista sigue siendo la única alternativa para cambiar el liderazgo y no se sentará en el Gobierno de la ultraderecha», afirmó Yachimovich.
El Laborismo «hará todos los esfuerzos posibles para liderar una coalición que constituya una alternativa al Gobierno de extrema derecha espoleado por la competición sobre quién es más extremista entre el líder del partido ultraderechista, Habait Hayehudí, Naftali Bennett o los dos cabezas de lista de Likud Beiteinu, Netanyahu y Liberman», agregó.
Fuentes del partido citadas por el diario «Haaretz» señalaron que Yachimovich, que se esforzó en atraer el voto de centro con un discurso enfocado en la economía y con posiciones sobre el conflicto con los palestinos más cercanas a la derecha, entendió que no había forma de unirse a un Gobierno de Likud Beiteinu.
Una encuesta difundida por la radio pública israelí le concede a Likud Beiteinu 35 diputados, siete menos de los que obtuvieron las dos formaciones por separado en 2009, pero perfectamente situado para liderar un Gobierno con otros partidos de derechas, religiosos o de centro.
Aunque bastante lejos, el Laborismo sería la segunda fuerza política, con 18 escaños, empatada con la gran sorpresa de la campaña, el ultraderechista Habait Haiehudí, que obtendría 17 o 18.
Con todo, Yachimovich logró resucitar al partido del momento más bajo de su historia.
Sin embargo, su indefinición sobre una eventual entrada de Netanyahu apartó a parte del electorado laborista tradicional, que parece haber optado por una opción más a la izquierda, Meretz, que hace campaña precisamente con el eslogan: «Tu voto, seguro contra Bibi».
Meretz lograría hasta siete escaños, más del doble que en 2009, según el sondeo de la emisora, el que mejores resultados da a la formación de los publicados en las últimas semanas.
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