Un electricista israelí, Ofer Lipschitz (45), dijo haber tenido una visión hace nueve años, mientras reparaba unos enchufes en Los Ángeles, EE.UU. Según esta persona, un fuego intenso se apoderó de su cuerpo durante varios minutos en los cuales se le apareció Dios y le reveló que él sería el salvador del mundo.
Lipschitz abandonó todo para regresar a Israel y embarcarse en la política con el fin de seguir el dictado divino, que él asegura, no fue consecuencia de una descarga eléctrica.
«Dios se me apareció y me reveló tanta información en esos pocos minutos, que creí que me iba a desmayar», comentó el visionario.
«Esa misma noche llegué a casa en estado de shock y, aunque sólo dormí media hora, me levanté fresco, como si hubiese dormido ocho horas. Entonces me senté y durante la madrugada puse por escrito todo lo que me había sido revelado».
Lipschitz, tras varios años de predicar el mensaje divino a amigos y familia en Israel, decidió hace pocos meses crear el partido Brit Olam (Pacto Eterno, en hebreo) para preparar al pueblo judío ante la inminente llegada del Mesías. A tan sólo seis días de las elecciones generales, se muestra optimista sobre el resultado de los comicios.
«Ni siquiera era religioso antes de tener esa revelación, pero ahora sé que el Mesías tiene que llegar para limpiar este país, si el pueblo judío no quiere volver de nuevo al exilio. Por eso estoy seguro de que Brit Olam obtendrá al menos algunos escaños en el Parlamento», explicó.
Desde hace semanas, el visionario soportó estoicamente las burlas de los medios israelíes, que le recomendaron que acuda rápidamente a un psiquiatra.
Pero la mofa no detuvo a Ofer. Según él, algo huele a podrido en su país. Los israelíes ya no siguen el camino de la Torá y cada uno tira para lo suyo sin solidarizarse con el otro. Aunque sin agenda definida, más allá de la esperanza de que el Mesías llegue después de las elecciones para arreglarlo todo, Lipschitz aseguró que lo primero que haría si fuera elegido al Parlamento sería implantar la educación pública gratuita para todos los israelíes.
«No sólo la educación, también la sanidad y los medicamentos. Los israelíes gastan miles y miles de shekels en algo tan básico como estas cosas. Además también reduciría muchos de los impuestos que ahogan a la gente y, en general, le daría al sistema económico israelí un buen repaso, para asegurarme de que los políticos trabajan para la gente, y no al revés», afirmó el electricista y agregó que, «además, prohibiría a los bancos poner intereses, porque ello va contra la Torá».
En cuanto al tema del conflicto palestino-israelí, el visionario lo tiene claro. «Muy fácil, lo resolvería siguiendo el camino de la Biblia, porque Dios dio al pueblo judío todo este territorio. Bajo ninguna circunstancia permitiría un Estado palestino, pero los que quisieran, podrían vivir bajo territorio israelí y beneficiarse de él, algo que la mayoría aprobaría sin duda, por que estarían más contentos que bajo los gobiernos de Hamás y Al Fatah».
A pesar de que su aviso de la inminente llegada del Mesías tiene un regusto apocalíptico y fanático, Lipschitz afirmó ser sólo un «enviado» no muy religioso y dejó claro que no convertiría Israel en un reducto de exaltación judía.
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