El ministro de Economía israelí, Naftali Bennett, amenazó con retirar a su partido, el ultranacionalista religioso Habait Haiehudí, de la coalición del Gobierno que dirige el primer ministro Binyamín Netanyahu, en caso de éste apruebe una extensión de negociaciones con la Autoridad Palestina (AP) que incluya la liberación de presos árabes israelíes.
Bennett afirmó que los palestinos no tienen lo que decir sobre cómo trata Israel a ciudadanos. «El acuerdo, si incluye la liberación de asesinos con ciudadanía israelí, daña la soberanía de Israel», agregó el ministro.
«Netanyahu y no Abbás (presidente de la AP) es el primer ministro de los israelíes. Si se aprueba la excarcelación, Habait Haiehudí dejará el Gobierno», dijó la diputada Ayelet Shaked del partido de Bennett.
No hubo comentarios inmediatos de la oficina de Netanyahu, pero altos cargos de su partido Likud desestimaron el anuncio de Bennett como una «amenaza vacía».
Las declaraciones de Bennett llegaron horas después de que la cadena de televisión emiratí Al Arabiya informara de que israelíes y palestinos acordaron prolongar las tratativas que mantienen desde julio pasado con la mediación de Estados Unidos más allá de la fecha tope prevista inicialmente del 29 de abril.
Según el canal de televisión, el acuerdo alcanzado incluiría la liberación de presos palestinos y la de Jonathan Pollard, encarcelado en Estados Unidos.
Sin embargo, el periodista del diario «Haaretz», Barak Ravid, aseguró a través de Twitter que las fuentes oficiales israelíes a las que consultó le aseguran que se produjeron «algunos progresos positivos en el diálogo con los palestinos sobre un acuerdo para ampliar las negociaciones, pero todavía no hay avance».
El ultimátum de Bennett complica los esfuerzos de Estados Unidos para evitar que las ya frágiles negociaciones fracasen.
El partido de Bennett tiene 12 de los 68 escaños en la coalición de Gobierno, y si la abandona, Netanyahu tendría que buscar nuevos aliados para mantener una mayoría suficiente en un Parlamento de 120 bancas.
Las conversaciones entre Israel y la AP, relanzadas el pasado verano por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, se encuentran en crisis tras la decisión del Estado hebreo de no liberar al último grupo de terroristas como estaba previsto, y a la resolución de la Autoridad Palestina de solicitar formalmente la adhesión a 15 convenciones y tratados internacionales.
En represalia, el Gobierno israelí adoptó sanciones económicas contra la AP. Las medidas fueron confirmadas por un portavoz del Ejecutivo que informó acerca del bloqueo de parte de los impuestos que Israel recoge en nombre de la AP, alrededor de 100 millones de shekels, unos 31 millones de dólares mensuales.
Netanyahu descontaría de estas entregas, pactadas en los Acuerdos de Oslo de 1993, el dinero correspondiente a pagos de deuda. La AP debe actualmente más de 1.400 millones de shekels - unos 435 millones de dólares - a la Corporación Eléctrica de Israel.
Esta semana Liga Árabe anunció que entregaría 100 millones de dólares a la AP en caso de que Israel decidiera congelar dichas transferencias.
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