Reino Unido y Francia condenaron el plan de Israel para ampliar sus asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Oriental, diciendo que está poniendo en riesgo la confianza internacional sobre su deseo de lograr la paz con los palestinos.
Golpeado por una votación de la ONU que otorgó un reconocimiento a Palestina como Estado observador no miembro, Israel declaró que construiría 3.000 nuevas viviendas en los asentamientos en Cisjordania.
También Estados Unidos, uno de los ocho países que votó en contra junto a Israel en la Asamblea General de Naciones Unidas, afirmó que el reciente plan de expansión es contraproducente para el reinicio de negociaciones directas de paz, estancadas hace dos años.
Francia, que votó a favor de los palestinos, y el Reino Unido, que se abstuvo, censuraron con mayor fuerza a Israel, que quiere conservar el total de Jerusalén y partes de Cisjordania en la que tiene asentamientos bajo cualquier futuro acuerdo.
«Si son implementados, estos planes alterarían la situación en terreno en una escala que hace a la solución de dos Estados, con Jerusalén como una capital común, cada vez más difícil de lograr», dijo el ministro de Exteriores británico, William Hague, en un comunicado.
«Ellos socavarían la reputación internacional de Israel y crearían dudas sobre su declarado compromiso con alcanzar la paz con los palestinos», agregó Hague.
Su homólogo francés, Laurent Fabius, dijo que el plan de expansión israelí «podría drenar la confianza necesaria para un retorno al diálogo».
«Llamo a las autoridades israelíes a abstenerse de cualquier decisión en esta dirección y a manifestar claramente su deseo de reiniciar las negociaciones», dijo Fabius.
Israel dijo que el cambio de estatus de los palestinos en Naciones Unidas de «entidad» a «Estado no miembro» podría permitirles evitar disputas como la demarcación territorial que deberían ser discutidas en las negociaciones.
Los líderes israelíes se molestaron aún más por lo que consideraron como «incendiario» el discurso del presidente palestino, Mahmud Abbás, ante la ONU, y dijeron que la resolución de cambio de estatus desatiende la seguridad del Estado hebreo y la necesidad de que su propia soberanía sea reconocida.
Abbás también reclama ló soberanía palestina en la Franja de Gaza, pero el enclave costero palestino es gobernado por los terroristas de Hamás que son hostiles ante el Estado judío y libraron una guerra de ocho días contra Israel el mes pasado.
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