El Gobierno israelí pidió al Consejo de Seguridad de la ONU que condene a Hamás por sus actos de terrorismo y provocaciones al tiempo que criticó el «doble discurso del presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás».

«Hago un llamado al Consejo de Seguridad y a los miembros responsables de la comunidad internacional a condenar el terrorismo y las provocaciones de Hamás», afirmó el embajador israelí, Ron Prosor, en una carta al máximo órgano de decisión de la ONU.

El diplomático israelí denunció que el líder político de Hamás, Khaled Mashal, volvió a dejar claro que su «organización terrorista busca la destrucción de Israel durante un discurso lleno de odio» pronunciado el pasado fin de semana en Gaza.

Mashal llamó a «liberar toda Palestina y no ceder un milímetro desde el río Jordán hasta el Mediterráneo», lo que incluye el Estado de Israel, en una visita a la franja costera, a la que llegó por primera vez desde que dejó Cisjordania siendo niño.

En su misiva al Consejo, Prosor lamentó que el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, hable por un lado de una solución de dos Estados y por otro envíe a miembros de su partido a aplaudir a Mashal.

«Aunque habla de paz, el presidente Abbás no hizo nada para poner fin a la cultura de incitación en las mezquitas, escuelas y en los medios de comunicación en Cisjordania», añadió Prosor.

En este sentido, denunció que el «odio con el que se alimenta a diario al pueblo palestino y envenena los corazones y las mentes de la próxima generación», lo cual, según advirtió, «es el principal obstáculo para la paz».

«La comunidad internacional tiene la obligación de alzar la voz sobre este peligro; ya pasó demasiado tiempo», indicó Prosor, quien reiteró que Abbás tiene la responsabilidad de pronunciarse contra el odio y la incitación «con palabras y hechos».

Por otra parte, unos 5.000 palestinos participaron en la celebración del 25 aniversario de Hamás en la ciudad cisjordana de Shjem (Nablus), permitida por primera vez en media década como un gesto hacia la reconciliación por parte de la facción gobernante Al Fatah, a la que pertenece Abbás.

A finales de noviembre pasado, la Asamblea General de la ONU aprobó por amplia mayoría reconocer a Palestina como Estado observador no miembro del organismo, una decisión criticada por el Gobierno israelí.

En represalia, las autoridades de Jerusalén dieron luz verde a la construcción de 3.000 mil nuevas viviendas en asentamientos en Cisjordania así como la confiscación de los impuestos recaudados en nombre de la Autoridad Palestina.

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