El Gobierno israelí advirtió a Rusia en contra de enviar misiles antiaéreos S-300 a Siria, porque considera que podrían emplearse no sólo contra su Fuerza Aérea, sino también contra objetivos civiles, como el Aeropuerto Internacional Ben Gurión, cercano a Tel Aviv.
«Si esos proyectiles autopropulsados, que tienen un alcance de hasta 300 kilómetros, llegan a Damasco, el Gobierno de Israel y la cúpula militar sabrán cómo actuar», afirmó el ministro de Defensa hebreo, Moshé Yaalón, en una entrevista con el Canal 10 local.
Según informaron medios extranjeros, desde principios de año, Israel atacó objetivos militares en Siria en tres ocasiones, siempre en las inmediaciones de Damasco.
El Gobierno del primer ministro Binyamín Netanyahu no admitió ni negó la autoría de esos ataques, que según la inteligencia militar norteamericana iban destinados a coartar envíos de armamento sofisticado - misiles iraníes tierra-tierra Fateh 110, en su gran mayoría - a la organización terrorista libanesa Hezbolá, que lucha codo con codo con las tropas del presidente Bashar al-Assad dentro de Siria.
El ministro de Defensa hebreo, Moshé Yaalón, afirmó que Israel sabrá cómo actuar si los misiles S-300 abandonan Rusia con destino a Damasco.
«Por supuesto desde nuestro punto de vista es una amenaza. En este momento no puedo confirmar que se estén acelerando las cosas. Los envíos aún no se pusieron en marcha, eso sí lo puedo confirmar, y espero que no lo hagan. Pero si, desgraciadamente, llegan a Siria, sabremos qué hacer», aseguró.
En el Ejecutivo de Israel, que no suele admitir en público operaciones militares en el extranjero, las palabras de Yaalón suponen una advertencia en toda regla a Damasco.
Rusia, el fabricante y vendedor de esos misiles, comunicó que la venta obedece a su voluntad de reforzar a Damasco ante injerencias externas.
«Creemos que estas entregas son un factor de estabilización y que medidas como esta en muchos sentidos previenen que los radicales exploren supuestos en los que este conflicto podría cobrar una presencia internacional con la participación de fuerzas externas», señaló en rueda de prensa el ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, según informó el diario israelí «Haaretz».
Rusia es uno de los más sólidos aliados de Al Assad en la escena internacional. Le apoyó en la revuelta que comenzó en marzo de 2011 y, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas vetó, junto a China, tres resoluciones de condena al régimen.
Este lunes, los ministros de Exteriores de la Unión Europea votaron en Bruselas a favor de levantar el embargo a la venta de armas a sirios, siempre y cuando estas se destinen a las facciones moderadas de la oposición. El embargo está vigente desde mayo de 2011.
Lavrov criticó la decisión de los ministros de Exteriores de los 27 en su conferencia de prensa. «Básicamente la Unión Europea está arrojando gasolina a las llamas del conflicto», aseveró.
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