El primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, celebró una larga reunión en Jerusalén con el secretario norteamericano de Estado, John Kerry, que se sigue esforzando por relanzar las negociaciones entre israelíes y palestinos.

El jefe del Gobierno israelí y el canciller estadounidense conversaron por espacio de casi cuatro horas en una cena de trabajo en un gran hotel de Jerusalén.

Kerry efectúa su quinto viaje por la región desde su toma de funciones en febrero, para intentar que los líderes de Israel y la Autoridad Palestina se sienten en la mesa de negociaciones, que abandonaron hace casi tres años.

Ambos dirigentes tienen previsto volver a verse la tarde de hoy vierne en Jerusalén, una vez que el jefe de la diplomacia estadounidense se entreviste con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbás, en Ammán.

En la reunión, Netanyahu reiteró la importancia de la seguridad de Israel, al mismo tiempo que se mostró dispuesto, según sus allegados, a evacuar asentamientos en Cisjordania.

El mandatario hebreo advirtió de que «la paz está intrínsecamente ligada a la capacidad de Israel de defenderse».

«La paz no se basa en buenas intenciones ni en la legitimidad de la existencia de Israel como creen algunos. Se basa intrínsecamente en nuestra capacidad para defendernos», dijo Netanyahu.

«Sin la seguridad, sin el Ejército, no podremos defender la paz. La seguridad es una condición fundamental para alcanzarla y para mantenerla», agregó.

La necesidad de asegurar la seguridad de Israel en el marco de un acuerdo de paz, consigna de Netanyahu, fue matizada por declaraciones de su entorno sobre su apertura a concesiones para lograrlo.

«Netanyahu sabe que será necesaria una evacuación dolorosa de asentamientos que no están cerca de los grandes bloques y que será necesario intercambiar territorios», declaró el ministro de Ciencias y Tecnologías Yaacov Peri, del partido Yesh Atid.

Los medios israelíes, de manera unánime, diversificaron en los últimos días filtraciones en ese sentido, contradiciendo la opinión de buena parte de varios ministros del Likud, favorables a la anexión de Cisjordania y hostiles a la creación de un Estado palestino y a las condiciones restrictivas enunciadas por Netanyahu.

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