Israelíes considerados de «línea dura» en cuanto a temas políticos relacionados a la región y otros identificados como «palomas», adoptaron ayer martes una línea similar en relación a la propuesta de Rusia sobre la colocación del arsenal químico de Siria bajo control internacional, como forma de evitar un operativo militar norteamericano en su contra.
El Israel oficial, que tendía a ver con preocupación la postergación del planeado operativo militar de Estados Unidos contra Siria, estimando que ello enviaría un mensaje «peligroso» a países como Irán, sospecha ahora que la fórmula rusa será aprovechada como una maniobra destinada sólo a ganar tiempo.
Contra ello advierten tanto el presidente del Estado, Shimón Peres, siempre entusiasta defensor de fórmulas negociadoras, como el ex canciller y hoy presidente de la Comisión de Asuntos Exteriores y Seguridad del Parlamento, el más conservador Avigdor Liberman.
Peres advirtió ayer martes que «Siria no es de confiar» y que llevar a cabo negociaciones sobre la transferencia o traslado de armas químicas fuera del país «sería sumamente difícil».
«Siria puede aprovechar la propuesta rusa para intentar ganar tiempo», advirtió Liberman, agregando que «el presidente de Siria, Bashar al-Assad, ya está ganando con esto mucho tiempo».
De fondo, según comentaron también otras fuentes israelíes, hay motivos para un escepticismo claro acerca de la verdadera disposición de Siria a entregar su arsenal químico a la comunidad internacional. Fuentes políticas señalaron que la misma propuesta, presentada por el presidente ruso, Vladimir Putin, firme aliado de Assad, es una muestra de que cuando se plantea una amenaza verdadera, esta funciona.
La fuente trazó una analogía directa entre la crisis actual y la que puede imponerse a Israel si Irán sigue avanzando en su búsqueda de poderío nuclear. «También Irán cambiará su actitud en el tema del programa nuclear si siente que la amenaza en su contra es real y creíble», agregó la fuente.
Pero el martes, aún sin comparaciones con la política de Irán y su propia búsqueda de armas no convencionales, el sentimiento imperante en Israel era la falta de confianza en todo lo que pudiera prometer Bashar al-Assad. También la política rusa es criticada. En la percepción de Israel, la intención de Moscú es simplemente - tal cual escribió el analista militar Ron Be Yshai - «un intento desesperado de salvar a su aliado Bashar».
Mientras tanto, en el marco de un evento académico de alto nivel llevado a cabo en la conferencia anual del Centro de Investigaciones de Anti Terrorismo en el Instituto Interdisciplinario Herzlía, fue presentado un inventario de la producción por parte de Siria de sus municiones químicas y las instalaciones en las que son almacenadas.
El informe recalcó que el presidente Bashar al-Assad tiene en su poder uno de los mayores arsenales del mundo de gas mostaza, aarín y gas nervioso VX, que habría comenzado a acumular en los años '80 en 50 lugares diferentes en todo el país.
Asimismo, se reveló que fueron preparados de antemano bombas, proyectiles de artillería y misiles balísticos y misiles, como medios para lanzarlos, en caso que el ejército «necesitara» recurrir a dicho arsenal.
Según el informe de los especialistas israelíes, los gases son producidos en cinco puntos de país y que el principal es en Al Safir. En uno de los centros de almacenamiento, el Centro de Estudios Científicos e Investigación en Damasco, también habría armas biológicas.
Todo esto está en manos de las fuerzas de seguridad del régimen y de milicia leales al mismo, aunque el gran temor es que las armas químicas lleguen a menos de la organización terrorista libanesa Hezbolá, aliada de Assad, u otros grupos radicales.
Fuente: El Tiempo
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