El portavoz del ministerio de Exteriores de Irán, Ramin Mehmanparast, señaló que las posibilidades de que estalle una guerra en Oriente Medio o el Golfo Pérsico son débiles y subrayó que la principal fuente de tensiones en la región es la presencia militar extranjera.
En este sentido, Mehmanparast dijo que la posibilidad de una guerra en la región podría desaparecer una vez que las tropas extranjeras abandonen la zona.
Mehmanparast criticó la posición discriminatoria y la actitud de Occidente ante el Despertar Islámico y aseguró que los intereses occidentales en Oriente Medio se vieron puestos en peligro.
Por su parte, el ministro de Exteriores iraní, Alí Akbar Salehi, recalcó en un artículo publicado por el diario «The Washington Post» el compromiso de su país con no hacerse con armas nucleares y apostó por «construir confianza» entre las partes involucradas en las negociaciones entre el Grupo 5+1 - Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania - y Teherán.
«Hemos marcado firmemente nuestra oposición a las armas de destrucción masiva en muchas ocasiones. Hace casi siete años, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, hizo un compromiso vinculante. Emitió una 'fatwa' prohibiendo la producción, almacenamiento y uso de armas nucleares», recordó.
Asimismo, Salehi señaló que cuando en la guerra entre Irak e Irán entre 1980 y 1988 el entonces presidente de Irak, Saddam Hussein, usó armas químicas contra la población iraní, Teherán no respondió con las mismos medios. «Cuando se trata de nuestro programa de energía nuclear, la Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) fracasó a la hora de encontrar una dimensión militar, a pesar del número de horas invertidas por los inspectores en misiones intrusivas», agregó.
Salehi afirmó que «hace 45 años, Estados Unidos vendió a Irán un reactor de investigación y armas con base de uranio como combustible. No mucho después, Estados Unidos acordó ayudar a Irán a establecer un ciclo nuclear completo, junto con las centrales nucleares necesarias».
«El argumento fue que la energía nuclear daría satisfacción a las necesidades crecientes de nuestra economía y liberaría nuestras reserva de petróleo para la exportación o su conversión en petroquímicos» añadió Salehi.
Salehi destacó que «todas las relaciones están basadas en la confianza» e indicó que el ejemplo del Reactor de Investigación de Teherán «ilustra vívidamente el asunto central del problema entre Irán y Estados Unidos: la falta de confianza».
«Para restablecer la confianza, todas las partes deben asumir un acercamiento honesto con una visión de superar las barreras del pasado y alcanzar un diálogo sincero», dijo.
«Para solucionar el problema nuclear, el foco de las próximas conversaciones debe ser exhaustivo. Los asuntos complejos que estuvieron sin acuerdos durante décadas no se pueden solucionar en una noche», puntualizó. «Otro signo de respeto mutuo es la voluntad y preparación de dar y recibir, sin condiciones previas», sugirió.
«Pese a las sanciones, las amenazas de guerra, los asesinatos de múltiples científicos y otras formas de terrorismo, hemos elegido mantenernos comprometidos con el diálogo», finalizó el ministro de Exteriores iraní.
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