El presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, llegó a El Cairo, en el que supone el primer viaje de un jefe de Estado iraní a Egipto desde la revolución islámica de 1979 y después de más de treinta años de fuertes tensiones diplomáticas entre ambos países.
Hoy da comienzo en la capital egipcia una cumbre islámica en la que participarán los principales líderes del islam en la prestigiosa mezquita de Al Azhar. Ahmadinejad se reunirá con el gran imán y rector de la Universidad de Al Azhar, Ahmed al Tayyeb, una de las principales autoridades religiosas e intelectuales del islam sunita.
«La política geográfica de la región cambiará si Irán y Egipto toman una posición unificada respecto al asunto de Palestina», declaró Ahmadinejad en su primera reunión con el presidente egipcio, Mohamed Mursi.
Antes de su llegada, el mandatario iraní había expresado su deseo de visitar la Franja de Gaza esta semana, así como su voluntad de rezar en la mezquita de Al Aksa tras la liberación de Jerusalén.
Las autoridades egipcias se mostraron preocupadas por el apoyo que Irán presta el régimen del presidente sirio, Bashar al-Assad. En Egipto, la población es principalmente sunita y apoya el levantamiento contra la dictadura del gobierno de Al Assad.
Sin embargo hay otros lazos que les unen: el apoyo a Hamás en Gaza, que se reforzó en los últimos meses del gobierno de Mursi, cuya victoria en las elecciones egipcias fue elogiada por Irán, que la calificó como una «espléndida visión de la democracia que marca la fase final de un despertar islámico». Dentro de esa agenda quedan pocas dudas de que Israel es uno de los puntos pendientes en el diálogo entre ambos presidentes.
El ataque aéreo efectuado por Israel en territorio sirio, según informaron fuentes extranjeras, despertó críticas feroces en Irán, que subió el nivel de amenazas. «Van a lamentar esa agresión», aseguró Saeed Jalili, Secretario del Consejo Supremo iraní de Seguridad Nacional.
La contundencia de sus declaraciones, sin embargo, no llamaron la atención en Israel, donde según algunos observadores internacionales la población está más dispuesta a efectuar ataques disuasorios en territorio enemigo. Hasta llegar a atacar al mismo Irán, que juega con la hipótesis de conseguir un arma nuclear.
«Irán completó en los últimos dos años las investigaciones y la recolección de componentes para que pueda fabricar un arma nuclear tan pronto como se decida a hacerlo», indicó Amós Yadlin, ex jefe de Informaciones del Ejército y actual director del Instituto Israelí de Estudios de Seguridad Nacional.
Yadlin agregó que Israel podría actuar de forma preventiva contra las instalaciones nucleares en Teherán, lo que daría lugar a una respuesta contundente, pero impediría la gran devastación de las armas nucleares.
«Nuestra evaluación es que Oriente Medio no se verá envuelto en una guerra, y los iraníes responderán de una manera calculada y limitada», agregó.
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