El centro de investigación militar de Jamrayah situado a las afueras de la ciudad de Damasco registró fuertes explosiones en la madrugada de este domingo tras un bombardeo perpetrado por Fuerza Aérea israelí, según informaron la cadena estatal siria y la agencia de noticias oficial, SANA.
El bombardeo, del que todavía no se conoce ningún balance de daños, se realizó con cohetes, según las mismas fuentes que no dieron más detalles. Se trata del segundo ataque en dos días, después de que la noche anterior se produjera otra incursión aérea.
La televisión estatal reportó que «este nuevo ataque israelí es un intento de subir la moral de los grupos terroristas que fueron arrollados en sus ofensivas por nuestro noble Ejército». Por su parte, SANA añadió que podría haber víctimas.
Este emplazamiento militar, que según fuentes extranjeras ya fue bombardeado por Israel el pasado 30 de enero, alberga un centro de investigación, un depósito de munición y un almacén de misiles.
El Gobierno israelí no confirmó ni desmetió ninguna de las dos incursiones. Una portavoz del Ejército hebreo se limitó a decir que «no respondemos a este tipo de informaciones», en declaraciones realizadas a los medios.
Las llamaradas se pudieron ver desde varios puntos de la capital siria, ya que el centro militar se encuentra en lo alto del monte Qasiun, y las explosiones se sintieron, en palabras de un residente de Damasco, «como si tratara de un terremoto» se tratara, según lo relató a la cadena qatarí Al Jazeera.
En ese sentido, ciudadanos del barrio de Qudseiya aseguraron haber visto aviones en el cielo en el momento de las explosiones contra el centro militar de Jamraya y en la zona de Al Hama, de acuerdo con el Observatorio Sirio de los Derechos Humanos, una organización activista radicada en Reino Unido.
El primer Gobierno que reaccionó formalmente tras este ataque fue el libanés. Su ministro de Exteriores, Adnan Mansou, criticó a Israel «porque estas acciones sólo sirven para aumentar la tensión y la inestabilidad de la situación».
Justo cuando se estaba produciendo el bombardeo israelí en Siria, desde Beirut su presidente, Michel Suleimán, denunció la presencia de aviones de la Fuerza Aérea hebrea sobre su territorio, en la zona del valle de la Bekka, y reclamó a la ONU que presione al primer ministro Binyamín Netanyahu para que cese esta «violación de su soberanía».
Israel mira con incertidumbre a sus dos fronteras norte, Siria y Líbano. Teme que El régimen de Assad esté entregando armas sofisticadas a Hezbolá, como pago o como custodia, que acaben sirviendo para un nuevo ataque contra sus intereses.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, afirmó desde Costa Rica que Israel tiene el derecho de protegerse del envío de armas a Hezbolá.
«Lo que dije en el pasado y sigo creyendo es que los israelíes tienen derecho a protegerse del envío de armamento avanzado a organizaciones terroristas como Hezbolá, declaró el mandatario norteamericano.
Analistas internacionales sostienen que Israel pretende dejar claro que está dispuesto a recurrir a la fuerza para impedir que armas avanzadas lleguen a organizaciones terroristas o a grupos rebeldes yihadistas.
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