Ante las advertencias del régimen sirio de responder con dureza al supuesto ataque aéreo israelí contra objetivos militares en las afueras de Damasco, medios habreos informaron que Israel envió un mensaje secreto al presidente Bashar al-Assad.
A través de conductos diplomáticos, el Gobierno de Binyamín Netanyahu trasmitió su mensaje en un intento de reducir la tensión y aclarar a Assad que Israel no desea intervenir en la guerra civil en Siria.
Según publicó el diario israelí «Yediot Aharonot», en el mensaje a Damasco se especificó que el objetivo no fue el Gobierno sino las bases de la organización terrrorista libanesa Hezbolá en Siria que almacenaban armas sofisticadas iraníes.
Según informó el rotativo, Assad ordenó el despliegue de baterías de misiles para responder de forma inmediata si Israel ataca nuevamente. Asimismo, podria permitir ahora a grupos palestinos atacar desde la frontera siria.
En una señal quizá de que no cree que estalle una guerra en los próximos días, Netanyahu no anuló su viaje a China. El mandatario ya se encuentra allí donde sigue sin pronunciarse sobre un ataque atribuido a su Fuerza Aérea.
Si los pronósticos apuntasen a un grave deterioro de la situación, no estaría esta semana en China por muy importante que sea este país en cuatro temas vitales para Israel: el proyecto nuclear iraní, la situación en Siria, las negociaciones con los palestinos y la economía.
Según fuentes extranjeras, los cargamentos de los misiles iraníes Fateh-110 destruidos este fin de semana en dos ataques aéreos llegaron de Teherán hace menos de una semana para ser trasladados a Hezbolá en Líbano. Tras identificar el contenido del envío y establecer que «no pueden llegar de ningún modo al grupo terrorista», Israel lanzó varias advertencias públicas y secretas. Los cazas F-16 siguieron su llamada «línea roja» que establece abortar el traspaso de armas químicas y sofisticadas - misiles Fateh 110, Scud B, Yakhont o los antiaéreos SA-17 - a Hezbolá.
Tras el ataque del sábado por la noche contra depósitos de armas en el centro de investigación militar de Jamraya y las fuertes explosiones en la zona de la capital, Siria no tuvo más remedio que reconocer y denunciarlo. Algo que no hizo 24 horas antes en el primer raid.
«La agresión israelí es una declaración de guerra», afirmó a la CNN el viceministro sirio de Exteriores, Faisal al-Mekdad, mientras que fuentes sirias citadas por el diario «The New York Times» apuntaron que murieron decenas de miembros de la unidad de élite del Ejército de Assad. Fuentes de la oposición al régimen afirmaron que fueron atacadas las posiciones más fortificadas del Ejército sirio mientras en EE.UU otras fuentes apuntaron que el centro de investigación militar atacado era una importante instalación de armas químicas.
Lo que se prevé en Israel es que el eje Siria-Irán-Hezbolá intentará vengarse con un atentado contra turistas o embajadas israelíes en el mundo. Algo parecido a lo que sucedió con un autobús de turistas israelíes en Bulgaria. Es por ello que las representaciones diplomatic israelíes elevaron sus medidas de seguridad.
Assad se encuentra en un dilema. Por un lado, si no responde al ataque en el corazón de Damasco y muy cerca de su Palacio, será acusado en su país de emplear sin piedad su fuerza militar sólo contra su población y no contra «el enemigo sionista». Por otro, si actúa de forma abierta, la respuesta de Israel podría suponer su fin.
Además, Assad no puede evitar que su territorio sea la autopista preferida de Irán para traspasar misiles estratégicos a Hezbolá ya que ambos le ayudan a nivel militar y diario para reprimir a las fuerzas opositoras.
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