El Gobierno israelí solicitó a su homóligo de Estados Unidos que no recorte la ayuda militar que concede a Egipto anualmente, y que asciende a 1.300 millones de dólares, en respuesta al derrocamiento del régimen de Mohamed Mursi, según informó el diario «Haaretz».

La petición fue presenta a través de varias vías, declaró una fuente de alto rango de la Administración estadounidense citada por el rotativo.

Desde que el Ejército egipcio derrocó a Mursi y lo sustituyó por Adli Mansur, presidente del Tribunal Constitucional, el Gobierno israelí estuvo en permanente contacto con Washington para evaluar la situación en el país vecino y las posibles consecuencias de la rebelión para la seguridad de Israel.

Según «Haaretz», que no identifica a su fuente norteamericana, el primer ministro israelí, Binyamín Netanyahu, habló por teléfono con el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, mientras que el titular de Defensa israelí, Moshé Yaalón, hizo lo propio con su colega norteamericano, Chuck Hagel.

También dialogaron sobre la crisis egipcia el asesor de Seguridad Nacional israelí, Yaakov Amidror, y la asesora estadounidense Susan Rice.

El diario destaca que ambas partes coordinaron posturas sobre la crisis y que las autoridades israelíes elevaron ante sus interlocutores que cualquier sanción a la ayuda militar egipcia afectaría negativamente a la seguridad del Estado hebreo, en particular en la península del Sinaí, donde en los últimos días grupos armados yihadistas cometieron un atentado contra un gasoducto.

El Ejército egipcio desplegó tanques en la frontera de Rafah para impedir que islamistas de Gaza entren en el Sinaí y se unan a los Hermanos Musulmanes, movimiento del que proviene la organización terrorista Hamás que controla la franja palestina.

Egipto se beneficia de la ayuda estadounidense desde que firmó el tratado de paz con Israel en 1979, un acuerdo, que según los líderes judíos podría verse en peligro si se suspende la ayuda militar porque El Cairo no tendría ya nada que perder.

La ley estadounidense prohíbe extender ayuda financiera a cualquier gobierno surgido de un golpe de Estado, lo que generó la alarma en Israel, a pesar de que tanto la Casa Blanca como el Pentágono quieren seguir con esa asistencia porque responde a los intereses estadounidenses.

Por su parte, el senador republicano, John McCain, describió lo ocurrido en Egipto como un golpe de Estado y exhortó a la Administración del presidente Barack Obama a suspender la asistencia militar inmediatamente.

De acuerdo con «Haaretz», diplomáticos israelíes en Washington realizan en los últimos días gestiones en las dos cámaras del Congreso para convencer a senadores y congresistas de que no definan el cambio de gobierno en Egipto como un golpe de Estado.

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